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domingo, 26 de marzo de 2023

CUBA, EL COSTO DE SU REVOLUCION. (DOBLE MORAL)

 

CUBA, EL COSTO DE SU REVOLUCION. 

(DOBLE MORAL)



Las cámaras fotográficas de un turista solo podrán captar la imagen exterior de cualquier de cualquier cubano cuando viaja a la isla. Para nosotros mismos comenzó a resultar enigmático poder descifrar la verdadera personalidad de nuestros amigos, vecinos, compañeros de trabajo y hasta la de nuestra propia familia. La desconfianza fue una de las mejores armas utilizadas por el régimen y con el tiempo se hizo más difícil poder creerles o confiar en ellos. No ha sido una situación accidental esa transformación experimentada por los nacionales que afectó y mantiene vigencia en todos los estratos de nuestra sociedad. Los primeros en aplicar la doble moralidad, lo hicieron respondiendo a mecanismos de auto defensa para poder sobrevivir.

 

Marginados todos aquellos que se enfrentaran a los lineamientos impuestos por el sistema imperante, sus vecinos se dieron cuenta muy pronto que debían cambiar toda actitud de rebeldía por una más complaciente que no los privara de aquellos “privilegios”, ofrecidos por la sociedad a cambio de obediencia y por último, un servilismo solo observado en países con regímenes represivos como los de Corea del Norte, China, Albania, Rumanía con mayor gravedad y todos los pertenecientes al desaparecido campo socialista. Es necesario destacar que, los errores cometidos por los padres pueden ser muy bien pagados por sus hijos, quienes a la hora de optar por una buena carrera o escuela, se tienen en consideración la afiliación política de su familia. Nada de eso puede ser captado por una cámara y pocos se atreven a manifestarlo en público.

 

Si sumamos a ello el grado de miseria al que fuera sometido nuestro país y su explotación con fines políticos, comprenderemos algunas de las razones que justifican el “supuesto” apoyo de las masas al régimen. Mencionemos que algunos artículos de primera necesidad, han sido distribuidos de acuerdo a una escala de méritos laborales impuestas por el sindicato gubernamental. La necesidad del hombre y su familia nunca se ha tenido en consideración, lo mismo ocurre con la distribución de las viviendas. Razones sobran entonces para que el hombre asista a manifestaciones, trabajos voluntarios, guardias, reuniones, etc., toda vez que esos puntos se cuentan como “méritos” utilizados para optar por cualquiera de aquellos artículos de primera necesidad.

 

El hombre asiste y el gobierno sabe perfectamente que en la mayoría de los casos esas asistencias se producen en contra de su voluntad. El hombre asiste y sonríe ante las cámaras y ante el partido. El partido sabe perfectamente que es una expresión hipócrita, la cámara solo capta la imagen. El partido lo sabe porque una gran mayoría de sus militantes muestran un rostro falso, ese partido se extiende desde sus más bajos niveles hasta la cumbre, donde la hipocresía adquiere valores superiores al que se manifiesta entre la gente del pueblo.

 

Pasan los años y las dos morales pueden vivir armoniosamente en el mismo cuerpo, conviven con mucha naturalidad y se toleran. Con el tiempo se arraiga y forma parte de la cultura de ese pueblo. Una cara para la calle y la otra en la intimidad de su familia, ¡ojo!, la verdadera no siempre se muestra al traspasar el umbral de la casa, ya he mencionado que la desconfianza pudo penetrar muy bien en nuestros hogares. La delación de parientes era una acción ejemplarizante que muy bien podía ocupar un espacio en la prensa, novelas, programas policíacos, etc. Se estimulaba la chivatería y de paso se sembraba el terror en el seno del hogar, nos encontramos ante un mecanismo diabólico que pocos extranjeros podrán comprender si no los han experimentado. El cubano siempre ríe, manifestarán los visitantes, pero nunca podrán conocer que se encierra en su interior y siempre se justificará cualquier sonrisa por el carácter alegre de la gente en la isla.

 

Los homosexuales pertenecieron a las víctimas más destacadas de esa maquinaria que, hoy pretenden ocultar o borrar ante supuestas defensas mostradas hacia ellos por parte de la hijita de Raúl Castro. Desgraciadamente fueron miles los que sufrieron la homofobia dirigida por el estado, ser homosexual en aquellos tiempos era sinónimo de contrarrevolucionario. Muchos de aquellos seres se vieron obligados a contraer matrimonio y utilizar como arma la doble moral para poder sobrevivir o gozar de los supuestos beneficios que les ofrecía la dictadura del proletariado.

 

La doble moral viaja más allá de las fronteras cubanas y adquiere límites enajenantes en los tiempos actuales. Presionados por el chantaje de no dejarlos regresar a su país, una parte de esa población que emigró buscando nuevos horizontes en otras tierras, es capaz de aplaudir, sonreír y asistir a las actividades que organizan sus verdugos en el exterior. No se pueden hacer predicciones sobre un futuro cercano ni a largo plazo sobre el destino de la isla, mientras nuestra sociedad no vea el desfile de varias generaciones de cubanos que se purifiquen y no sean obligadas a actuar con hipocresía para poder sobrevivir.

 

Mientras exista el hombre que pueda sonreír por algo que detesta y aplaudir a quienes verdaderamente odian. Mientras ese hombre no goce las garantías que ofrece una verdadera libertad, nos encontramos arando en el mar. No es una tarea que se pueda resolver con un cambio inmediato hacia la democracia, tomará varios años lavar las mentes de los cubanos para obtener al hombre sincero que siempre fuimos, el que solo puede vivir con el rostro que observa frente a su espejo. La falsedad del hombre nuevo ha sido otro de los precios pagados por los cubanos en esa loca aventura llamada “revolución”.

 

 

La Nueva Prensa Libre.

Montreal..Canadá

 

 

 

Esteban Casañas Lostal.

Montreal..Canadá.

2008-07-07

 

 

 

Y si tenéis por rey a un déspota, deberéis destronarlo, pero comprobad que el trono que erigiera en vuestro interior ha sido antes destruido.

Jalil Gibrán.

 

 

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lunes, 20 de marzo de 2023

CUBA, EL COSTO DE SU REVOLUCIÓN. (INTERNACIONALISMO)


CUBA, EL COSTO DE SU REVOLUCIÓN. 

(INTERNACIONALISMO)




…¡Estamos cumpliendo un elemental deber internacionalista cuando ayudamos al pueblo de Angola! (APLAUSOS) No buscamos petróleo, ni buscamos cobre, ni buscamos hierro, ni buscamos nada en absoluto. Simplemente aplicamos una política de principios…

 

…De modo que cuando los imperialistas se preguntan qué interés tenemos, les tendremos que decir: miren, léanse un manual de internacionalismo proletario para que puedan entender por qué nosotros estamos ayudando en Angola…

 

(Fragmento del discurso de Fidel Castro en el teatro Carlos Marx el 22 de Diciembre de 1975 durante la clausura del primer congreso del partido.)


 

No fue necesaria la existencia de un Fidel Castro con su “revolución” para inculcarle al pueblo cubano ese sentimiento tan humano y arraigado en nuestra gente conocido como “solidaridad”. Por idiosincrasia, el criollo siempre fue una persona que se identificaba con el dolor ajeno y acudía en ayuda del necesitado sin que mediara una orientación o disposición oficial. Sentimiento que gozaba de raíces bien profundas dentro de nuestra población más desposeída, destacándose entre ellos los campesinos y obreros. Si nos remontáramos a épocas anteriores al año cincuenta y nueve, encontraremos también que los pobladores del interior del país eran mucho más hospitalarios y solidarios que los de su capital. No son simples deducciones, yo conocí de muy cerca aquella gente porque viví entre ellos.

 

El disparo de la válvula de seguridad que controlaba las pasiones, egos y ambiciones de poder de Castro, sus desmedidas pretensiones por erigirse como el Napoleón del Tercer Mundo, su incondicional alineamiento al proyecto de expansión comunista de la URSS y su adopción como metrópoli política de la isla, condujeron al país, no exentas esas acciones de altas dosis de caprichos incontrolables, al grado de destrucción que se observa hoy día.

 

A nadie se le ocurriría quitarle los zapatos que calza su hijo para dárselos al vecino en un gesto de “solidaridad”, ese buen vecino agradecería aquella acción, pero se negaría a someter al niño a un sacrificio inmerecido. En el caso de Cuba ha sucedido algo parecido, se ha desvestido a un santo para vestir a otro. Se privó a nuestra población de poder mejorar sus condiciones de vida o cuando menos, satisfacer sus necesidades cotidianas elementales en la vida de cualquier ser humano. Sus vecinos han aceptado aquellos regalos aplaudiendo la acción, ignorando el verdadero origen de aquellas mercancías y para colmo, haciéndose eco de una campaña que no dejaba de ser otra con propósitos políticos muy bien definidos. La izquierda internacional ha sido el mejor portavoz y cómplice de aquellas acciones despiadadas que, han sometido a nuestro pueblo desde hace medio siglo a una vida miserable, y por si resultara insuficiente, la destrucción económica de la isla.


Motonave "Coral Islands", primer buque cubano que arribó con tropas a la República Popular de Angola.

Castro, como propietario de todo lo que existe en su feudo, incluyendo la vida y voluntades de sus habitantes, ha dispuesto y despilfarrado a su antojo las pocas riquezas que allí se han producido, acciones realizadas sin contar con la voluntad popular. Puede preguntarse entonces, ¿ha sido un gesto solidario del pueblo cubano? La respuesta sería un rotundo no, Castro no contó con su pueblo para desviar los recursos que le pertenecían por derecho. El clímax de esa situación obtiene sus máximos valores con la aparición en nuestro lenguaje popular de una frase convertida en consigna, “El Internacionalismo Proletario”. Adaptada en nuestro ambiente con las interpretaciones propias de un dictador que, condenaba a todo siervo que se negara a acatarla como suya. Fase en la cual no solo se despilfarraba la producción del país, el Estado actuaba como dueño de las almas de su pueblo y se daba el lujo de enviarlos como soldados a cualquier parte del mundo. Aplausos recibidos por parte de toda la izquierda internacional, lágrimas de nuestras madres, esposas e hijos por sus muertos.

 

Mientras nuestra población esperaba impaciente la llegada de un barco cargado de pollo, el dueño absoluto de esa isla lo desviaba para Nicaragua. Regalaba el azúcar a su antojo, el petróleo recibido de la URSS, el arroz de nuestra población, sus medicamentos, barcos, centrales azucareros, hospitales y todo cuanto pudiera satisfacer su ego. Una isla que siempre dependió de su agricultura y que al arribar Castro al poder se encontraba entre los tres primeros países con mejor nivel de vida en América, no pudo soportar el peso de todas sus alocadas aventuras que fueron bien aplaudidas por esa izquierda cómplice del mundo. Incursiones guerreristas de manera simultánea por varios continentes, donde se destaca la presencia de 50 000 hombres durante quince años en Angola, sirvieron para precipitar la caída de la economía en ese bache del que no han podido salir desde finales de los setenta. Hoy, tratando de mantenerse en el poder a cualquier precio, no solo han sido capaces de vender parte de nuestro patrimonio, han sido tan inmorales que pactan tras bambalinas la venta de nuestra soberanía.

 

La llegada de Castro y su revolución nunca fue necesaria para inculcar a los cubanos ese sentimiento tan humano conocido como “solidaridad”. Todo lo contrario, ha servido para destruirlo. Hoy, aquel hospitalario y humilde campesino se ha convertido en uno de los más despiadados explotadores de la gente de ciudad, la comida es su mejor arma en un país con medio siglo de hambruna. Ese falso “Internacionalismo Proletario” no solo ha sido una pesada carga para nuestro pueblo, ha sido la vía utilizada para la exportación de muertes que deben contar en el inventario de ese régimen. ¡Y lo peor! No existe un solo ejemplo de éxito y prosperidad en ninguno de los países donde hayan sufrido la injerencia o influencia del sistema cubano, pero los izquierdistas son tercos y siguen aplaudiendo. Este ha sido otros de los precios bien caros pagados por el pueblo cubano en esa alocada aventura llamada “revolución”.

 

 

…El presidente de Angola, Joao Loureno, ha presentado disculpas oficiales por las matanzas en mayo de 1977 tras una escisión en el gubernamental Movimiento del Pueblo para la Liberación de Angola (MPLA), que se saldaron con decenas de miles de muertos…

 

…La rebelión contó con la participación del ministro Nito Alves, pero el entonces presidente angoleño, Agostinho Neto, lo derrotó con el auxilio del castrismo. En la masacre fallecieron 30.000 personas según organizaciones como Amnistía Internacional, pero otras fuentes aumentan la cifra hasta 90.000, informó la agencia EFE…

 

…La “Operación Carlota”, como se denominó la intervención cubana en Angola en respaldo de Neto involucró a unos 350.000 soldados y se extendió por 16 años. Los últimos soldados cubanos regresaron a la isla en 1991.


El Gobierno cubano reconoce solamente 2.077 muertes en la Guerra de Angola, una cifra que ha sido cuestionada por investigadores e historiadores…

 

 

 

Esteban Casañas Lostal.

Montreal..Canadá.

2008-06-22

 

 

 

Y si tenéis por rey a un déspota, deberéis destronarlo, pero comprobad que el trono que erigiera en vuestro interior ha sido antes destruido.

Jalil Gibrán.



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sábado, 18 de marzo de 2023

EL LECHERO.

 

 EL LECHERO




Yo lo había visto antes y nunca me llamó la atención, pero hoy, mientras conducía, me topé en una de esas calles estrechas de la ciudad con uno de esos camiones conducidos por un lechero. El tipo se bajó y dejó el paquete en la puerta de la casa, como hacían antes por allá, solo que esta vez visitaba una sola puerta. Después que arrancó no se detuvo más y dobló en la primera esquina, pero me dejó ese sabor nostálgico por una especie que se extinguió en la isla hace muchos años.

 

Me acuerdo de las broncas del lechero con La Chiquitica cuando vivía en Juanelo, los escándalos eran diarios por falta de pago. Lo que le faltaba de tamaño le sobraba de lengua y su colección de malapalabras era una de las más abundantes en el barrio. Hasta las mujeres grandes le temían, porque allí es así, el que más grite y gesticule es el que gana casi siempre. Mi vieja no la podía ver ni en pintura, yo sí, La Chiquitica estaba muy buena y yo era un chama de solo diecisiete años, edad peligrosa donde se piensa con la cabeza equivocada.

 

Como andaba en los trajines de entrada a la marina, la pura me metió miedo. ¡Es una puta! ¡Es una antisocial! Por lo de puta no me preocupaba, es una profesión muy antigua, me consolaba por conveniencia. Pero cuando escuchaba ese antisocial me cagaba y daba marcha atrás. Una vez coincidimos en una ruta 24 y la hijaputa se puso pa’mi calavera, yo le esquivaba la mirada, pero ella ahí, sentada frente a mí en esos asientos atravesados que tenían las Leylands. Aparte de todo, aunque no quisiera tenía que mirarla, la muy cabrona abría las piernas y me calentaba, sabía dónde me dolía, pero ahí mismo venía ese antisocial pronunciado por la vieja y me volvía a enfriar. La cosa terminó muy fea, cuando nos bajamos en el paradero del Lawton, La Chiquitica se puso detrás de mí y me dijo maricón al oído, así como lo oyen. Le cogí miedo y como mis pasos eran más largos que los de ella, llegué primero al barrio. Tampoco era buen punto, porque además de mal hablada y conflictiva, tenía tres fiñes de color diferentes. Utilizó más tinta desde el mayor al más pequeño, el primero pasaba por blanquito, el segundo era mulato y el último no pudo escapar, se le viró el pomo completo. Y bueno, aparte de las broncas con el lechero, también tenía sus rumbas con los padres de sus chamas, eliminé esa posibilidad de enterrar al muñeco ante tantas adversidades.

 

El lechero era un tipo que venía con un uniforme gris, era el que estaba de moda en aquellos tiempos, lo usaban hasta los bomberos, nosotros los marineros también, la gente de la cruz roja, los barrenderos, camioneros, todo se iba convirtiendo a ese color tan aburrido. En mi casa tenía que dejar dos litros de leches por mis hermanos menores, nunca hubo bateo, eso sí, había que recogerlo rápido. ¿Se acuerdan de aquella leche? El taponcito del litro era un cartoncito y casi siempre podía observarse la grasa contenida muy cerca del pico de la botella. Cuando la hervían había que vigilarla porque se botaba y luego al enfriarse hacía nata. Con aquella nata la pura hacía mantequilla de vez en cuando, se escapaba. El lechero se convirtió en una pieza más del barrio, se impuso en nuestro folclor con su canasta metálica y el tintinear del choque de aquellas botellas vacías. Se conocía el nombre de casi todos sus clientes, y si eran mujeres la memoria no les fallaba. Su popularidad solo era compartida con los carteros y los leones, pero estos últimos no se andaban con bromas, casi siempre andaban amargados.

 

Recuerdo la última imagen que tengo de un lechero, correrían principios de los setenta sin llegar a la mitad, ya vivíamos en Luyanó y lo conté por ahí sin darle la importancia que se merecen. Después de esa fecha desaparecieron como el Almiquí, creo que la suerte corrida por ellos fue mucho peor. Hace unos años encontraron un ejemplar de ese animal considerado en total extinción, solo uno. Entonces, te pones a darle güiro al asunto, el que tenga tiempo para pensar, por supuesto, y te llegan un millón de preguntas. ¡Coño! ¿Este animalito tan curioso no tiene parientes, una tía o un primo? Parece que no, se reproduce como el niño Jesús o, vaya usted a saber, el bicho ha sido hallado en la región oriental, o sea, es palestino. Va y sus parientes emigraron a La Habana, cabe esa posibilidad también, aunque sea considerado algo irracional. Cuando lees sobre la extinción del Almiquí, encuentras que fueron diezmados por especies depredadoras que fueron introducidas por los colonizadores. La suerte de los lecheros fue peor, fueron exterminados por un solo depredador que es pichón de un gallego. Ya se ha encontrado un o dos ejemplares del Almiquí, por lo menos sobrevivieron hasta hoy. ¿Alguien ha encontrado a un lechero después de los setenta? Por supuesto que no, los eliminaron totalmente y la historia no los ha tenido en cuenta, muchos cuentos vinieron después. ¿No recuerdan los puntos de leche? Ese fue el paredón de los lecheros.

 

Pero hay demasiadas complicaciones objetivas y subjetivas que atentan contra un vaso de leche, y si algo debe reconocerse siempre lo es, ese radicalismo de los comunistas a la hora de tomar decisiones. Era lógico, demasiadas comodidades aquellas de llevarte la leche hasta la puerta de la casa, rezagos del pasado, desviación ideológica, influencia burguesa y no se sabe cuántas mierdas más. ¡Hay que arrancar todos esos males de raíz! Dijo alguien por ahí, no podemos permitirnos esos lujos. Imaginen ustedes a una sociedad empeñada en construir el socialismo. Lechero, camiones, gasolina, estibadores, planta pasteurizadora, ¿Pasteur?, ese nombre suena feo, casi capitalista. Y detrás de esa tropa vienen camiones cisternas, tinas, vaquerías, ordeñadores, vaqueros, pasto y vacas. Demasiada larga la cadena a mantener para lograr un vaso de leche, siempre se rompe algún eslabón que jode la cosa y la leche se corta, y cuando eso pasa, la fábrica de yogurt se encuentra afectada por falta de piezas de repuestos, o simplemente no hay pomos para envasarla. ¡Al carajo la leche! Gritó un enardecido patriota empeñado en la causa por la construcción del socialismo. ¡Tampoco así! Respondió un médico militante, la leche es una fuente de calcio muy necesaria en el desarrollo de los niños. ¡Qué levanten la mano los que están de acuerdo, los que están en contra, los que se abstienen! Hay que analizar a esos compañeros que manifiestan posiciones neutras, con la revolución, todo. Se suspende el vaso de leche, solo se otorgará a niños menores de siete años y ancianos que superen los ciento ochenta. ¿Y las vacas, qué hacemos con las vacas? ¡Al carajo las vacas! La leche será importada en polvo y que se mezcle con agua, más agua que polvo, para que no se bote. No podemos darnos el lujo de mantener a una persona pendiente de que hierva, si multiplicamos ese tiempo perdido por toda la población, nos tardaremos siglo y medio en construir el socialismo. ¡Así será, comandante en jefe, ordene!

 

¡Coño! ¿Y los lecheros, vaqueros, choferes? ¡La revolución les asignará otras tareas! ¿Y la carne, no habrá carne? Eso es vicio del capitalismo, produce gota, hasta cáncer dicen hoy. Es verdad, es verdad, es verdad, manifiestan los fervientes revolucionarios, no hay dieta más sana que consumir vegetales, hasta las tiñosas se convierten en vegetarianas. ¿Qué no? Esas auras no ven una vaca muerta desde que triunfó la revolución, las pocas que mueren lo hacen por accidentes ferroviarios o por no respetar las señales del tránsito, luego desaparecen y se convierten en fantasmas. Se me olvidaba, se quedó sin pincha el inseminador, el verdadero marido de la vaca.



Fueron muchas las agravantes que atentaron en contra de nuestros hermanos lecheros, cuando los historiadores investiguen a profundidad, siempre saldrá al aire aquel viejo refrán que posiblemente los haya condenado injustamente. ¡Al lechero no lo mataron por echarle agua a la leche! Dijeron nuestras abuelitas y madres, mujeres destacadas por esa sabiduría popular que hoy se sustituye con reguetones. ¡Claro que no! Los mataron por echar la leche donde no debían, otro vicio del capitalismo que denigraba esa inmaculada virginidad de aquella moral virtuosa que se vivió, y sirviera de fuente donde se nutriera los más perfectos ideales del socialismo, el mismo que hoy se disfruta después de medio siglo.

 

El lechero formó un escándalo del carajo, no digo yo, mi vieja había discutido con Pedro mi padrastro la noche anterior. En medio de aquel escándalo familiar tan divertido y normal entre nosotros, la vieja agarró a Francisco y María Merced con sus taburetes y los lanzó escalera abajo. Detrás de aquellos aburguesados muñecos tan humanizados por la artesanía popular, mi vieja no se detuvo y sonó al eleguá que era un coco y se rompió por el camino, el mocho de tabaco quedó justamente en la puerta de la escalera. Todo parece indicar que el lechero era santero, ¡esta escalera está untá y yo no voy a entrar! Fue todo lo que dijo y dejó los litros en la acera, hubo que bajar más rápido de lo acostumbrado, los tiempos habían cambiado.

 

El camión dobló en aquella esquina y yo continué mi viaje por una ciudad, donde el tráfico se dificultaba por la acumulación de la nieve caída en la última tormenta. Escuchaba un disco de Nocturno en esos instantes, nada, una especie de masoquismo sublime que disfrutamos los que vivimos un destierro indefinido. Viajé hasta Juanelo, me senté frente a La Chiquitica en una ruta 24, recogí los dos litros de leche que le tocaban a mis hermanos y le pagué al lechero. Llego a la casa y enciendo el televisor, pasan imágenes de una vaquería en Estados Unidos, algunas vacas se caen y cuando se levantan han perdido el sentido de la orientación, caen nuevamente después de ridículos movimientos, dicen que son unas vacas locas. Pasan a Cuba, anuncian la autorización de entrada de los cubanos a los hoteles, los precios son inalcanzables para los nacionales que ganan como máximo unos quince dólares mensuales. Allí, las vacas no se vuelven locas, casi no las hay, los locos son los vaqueros.


https://secretoscuba.foroactivo.com/t8035-el-lechero

 

 

 

Esteban Casañas Lostal.

Montreal..Canadá.

2008-04-02

 

 

 

Y si tenéis por rey a un déspota, deberéis destronarlo, pero comprobad que el trono que erigiera en vuestro interior ha sido antes destruido.

Jalil Gibrán.

 

 

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CUBA, EL COSTO DE SU REVOLUCIÓN. (AZÚCAR)

 

CUBA, EL COSTO DE SU REVOLUCIÓN.

 (AZÚCAR)




 

Si existiera un factor o elemento que demuestre todo el grado de destrucción experimentado en nuestro país durante el medio siglo de gobierno castrista, no dudaría en señalar a nuestra industria azucarera. Cuba fue hasta la llegada al poder de esa supuesta “revolución” el primer exportador mundial de azúcar de caña.

 

La caña fue introducida en Santo Domingo por Cristóbal Colón en el año 1493 cuando su segundo viaje. Llegó a Cuba durante el mandato de su primer gobernador Diego Velázquez, entre los años 1511 y 1524 comenzó a cultivarse, pero no se fundó ningún ingenio azucarero hasta finales del último quinquenio del siglo XVI. Su desarrollo fue muy lento durante los siglos XVII y XVIII.

 

A finales del siglo XVIII cobra auge la industria azucarera cubana gracias a la revolución e independencia de Haití, eventos que condujeron a la ruina de esa industria en aquel país y lo desplazara del primer lugar ocupado hasta entonces.

 

Durante el siglo XIX se introduce la máquina de vapor, generalizándose su uso en las tres primeras décadas y se construyeron vías férreas. A pesar de encontrarse el país involucrado en la Guerra de Independencia de los Diez años, la producción de azúcar aumentó casi cinco veces desde 1850 (223,145 toneladas largas españolas) hasta 1894 (1,054,214 toneladas). La Segunda Guerra de Independencia (1895-1898) dio lugar a un retroceso en la producción y en 1897 solo se lograron 212,051 toneladas.

 

Conquistada la independencia, se facilitó la reorganización de la industria azucarera sobre bases más ventajosas que las del siglo XIX. Se abrieron puertas al mercado en Estados Unidos, se ampliaron las vías de comunicación por ferrocarril y carretera, se abrieron las puertas a la inmigración e inversiones extranjeras con un estimado en 50 millones de dólares en 1895 que se vieron aumentadas a 700 millones hacia 1929. Todos esos factores favorables dieron un rápido crecimiento a nuestra industria azucarera y se reflejó en el aumento de su producción. En 1913 se superó por primera vez la producción de 2 millones de toneladas largas españolas, en 1916 se elevó a más de 3 millones de toneladas, en 1919 se lograron más de 4 millones de toneladas y en 1925 se obtuvieron 5 millones, quintuplicándose en solo cinco lustros la producción lograda el siglo anterior.

 

En 1928 el azúcar entra en una crisis mundial de sobreproducción y Cuba inicia una restricción de sus zafras azucareras. La crisis y las altas tarifas impuestas por Estados Unidos en 1930 dieron lugar al descenso vertical experimentado en su producción. En 1933 se produjeron solamente 1, 994, 238 de toneladas largas española, en 1947 se logra nuevamente una producción superior a los 5 millones y se establece un nuevo record de 7, 011, 637 en 1952.

 

En el período comprendido entre los años 1952 y 1959 los índices de producción por centrales aumentaron y se mantienen con bastante estabilidad. Este ha sido el panorama de esa rama de nuestra economía encontrada por Castro cuando arribó al poder. Sería deshonesto ocultar algunos males paralelos que afectaban a una gran parte de la mano de obra que sustentaba esa poderosa industria, hablemos de los jornaleros eventuales que participaban en los cortes de cañas y que luego de terminada las zafras quedaban desamparados. Tampoco se puede negar las condiciones de vida de aquellos seres, fueron explotadas políticamente en sus discursos hasta la saciedad.

 

¿Qué ha ocurrido con aquella gloriosa industria azucarera? Apenas existe y muy pocas veces puede satisfacer la demanda interna del país, aun cuando ese producto se encuentra regulado a su población por la “libreta de racionamiento”. Vale destacar que en diferentes oportunidades, el gobierno cubano se ha visto obligado a importar azúcar con ese fin. ¿Por qué? Se preguntarán muchos de ustedes y las respuestas pueden ser muy variadas, los cubanos las conocemos perfectamente.

 

Cuba cayó en una crisis profunda luego que desapareció la subvención recibida durante décadas desde el Campo Socialista, tiempo en el cual se olvidaron de modernizar esa industria. Poco importaba emprender una tarea de esa envergadura cuando se recibía plata suficiente para derrochar. La expansión del sistema como ideología universal fue una prioridad del régimen y su cabecilla. La mayor parte de esas ayudas fueron desviadas a movimientos subversivos, guerrillas, guerras, etc., mientras la industria azucarera y el país se les iban hundiendo y se culpaba al bloqueo norteamericano de todas estas tragedias.

 

En estudios realizados para el período 1991-1996 por los señores José R. González y Arturo Pino, ellos hacen los siguientes señalamientos:

Existe consenso en que la evidente baja en la producción de azúcar se debe fundamentalmente a diversos factores no técnicos sino más bien administrativos que inciden negativamente en la correcta aplicación de la técnica. Entre los más marcados tenemos: a) Falta de una política fundamentada en criterios técnicos y coherentes con la realidad en cada momento, b) Aguda falta de combustible, c) Falta de piezas de repuesto para toda la maquinaria vinculada al proceso, d) Bajo índice de implementación de nuevas tecnologías, e) Baja calidad de la materia prima llegada del campo, f) Debilidad en los controles técnicos y administrativos.

 

El hecho de que según informes recientes la caña cortada permanece a menudo más de 50 horas en los campos y que por esa razón y por las impurezas que contiene a su entrada en los molinos el rendimiento haya disminuido de modo substancial, denota falta total de organización en la parte administrativa y apatía o desgano del lado de los trabajadores.

 

En resumen, la industria azucarera un bastión histórico de la economía cubana se encuentra en precarias condiciones. El promedio de producción de las zafras, durante la década de los cincuenta fue de 5.7 millones de toneladas; en 1952 la zafra superó los 7 millones de toneladas; en 1995-98 oscila alrededor de 3.4 millones, lo que significa que en las últimas zafras de la Cuba «revolucionaria» se produce aproximadamente la mitad de lo que se producía en el país en 1952. Cuba que era el primer país exportador de azúcar de caña en el mundo, ha pasado ahora a ocupar el séptimo lugar.

 

La destrucción de nuestra industria azucarera ha sido otro de los altos precios pagados por el pueblo cubano en esa loca aventura llamada “revolución”.

 

 

…”Creo que nosotros, los dirigentes de esta Revolución, hemos costado demasiado caros en el aprendizaje. Y desgraciadamente nuestro problema —no cuando se trate de sustituir a los dirigentes de la Revolución, ¡que este pueblo los puede sustituir cuando quiera, en el momento que quiera, y ahora mismo si lo quiere! (EXCLAMACIONES DE: “¡No!” y “¡Fidel, Fidel, Fidel!”)—, uno de nuestros más difíciles problemas es precisamente, y en eso estamos pagando una buena herencia, la herencia en primer lugar de nuestra propia ignorancia…

 

Fidel Castro 26-07-1970

 

¡Hummmm! Y bien cara que nos ha salido esa escuelita. ¿Llegaron a aprender?

 

¡AZÚCAAAAAAAAA! …(Celia Cruz).

 

 

Y si tenéis por rey a un déspota, deberéis destronarlo, pero comprobad que el trono que erigiera en vuestro interior ha sido antes destruido.

Jalil Gibrán.

 

 

“Nueva Prensa Libre”

Montreal..Canadá

 

 

Esteban Casañas Lostal.

Montreal..Canadá.

2008-09-10

 

 

 

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martes, 14 de marzo de 2023

CUBA, EL COSTO DE SU REVOLUCION. (LA FAMILIA)

 

CUBA, EL COSTO DE SU REVOLUCIÓN. 

(LA FAMILIA)




 

 

 

…”Por eso, no importa lo que cueste, ¡no importa!, no importa los sacrificios. Allá los impacientes, allá los que creen que una revolución es la conquista del paraíso desde el primer día y no comprenden que la revolución es simplemente el derecho a comenzar a construir un paraíso para el pueblo, un paraíso para la sociedad humana”…

 

Fidel Castro 13 de Mayo de 1962

 

 

 

La definición del concepto familia es muy variado y amplio, políticos, historiadores, católicos, antropólogos y sociólogos, ofrecen una diferenciada gama conceptual para describirlas. Se destacan entre ellas los vínculos sanguíneos o de parentesco, religiosos, sociales, económicos, etc. Estas pueden sufrir cambios de sociedad a sociedad, incluso dentro de ellas mismas. No tienen los mismos valores dependiendo de las diferencias de culturas o momentos históricos y pueden sufrir transformaciones constantemente. Su estudio es imposible de resumir en dos cuartillas, pero todos los caminos que puedan recorrerse en una investigación profunda, nos llevará a una estricta conclusión, la familia es el pilar donde descansan todas las sociedades por muchas diferencias que existan entre ellas.

 

La familia cubana ha sufrido esos cambios que muy bien pudieran adjudicarse al momento histórico vivido, existe una gran diferencia de valores y conceptos entre aquella familia existente antes de 1959 y la posterior a Castro. Predominantemente de formación nuclear, la familia cubana se agrupaba por su relación de parentesco. Unidad que supo mantener hasta esa fecha y donde el grado de influencia familiar era determinante en la formación de las futuras generaciones.

 

Ha quedado demostrado el papel desarrollado por los regímenes de corte totalitario en la destrucción de aquellos valores morales y tradiciones que eran trasmitidas entre generaciones a través de los lazos familiares. Con el fin de desarrollar una profunda labor ideológica afines a los intereses de la clase en el poder, era necesario cortar ese cordón umbilical que ataba a los menores a la influencia de su familia. Castro no perdió mucho tiempo y desde los primeros años promovió esa separación de los jóvenes del control familiar. Las primeras manifestaciones de ese desgarramiento se observan en las movilizaciones hacia tareas dirigidas fundamentalmente en regiones alejadas de ese influjo diario, hablemos de estudiantes campesinas ubicadas en la capital o de los miles de jóvenes que participaron en la campaña de alfabetización, Jóvenes Rebeldes (una versión revolucionaria de los Boys Scouts), los Cinco Picos (jóvenes que fueron movilizados hasta la Sierra Maestra con la meta de subir cinco veces el Pico Turquino con la finalidad de demostrar algo que aún no se sabe) recogidas de café, zafras, movilizaciones militares, etc. En términos generales esos jóvenes se desprendieron para siempre del rígido control familiar, porque posteriormente eran premiados con becas otorgadas “generosamente” por la revolución.

 

Para los que piensan que la labor proselitista sobre los jóvenes comenzó años posteriores a la declaración del carácter “socialista” de esa revolución, pudiera ser un error que desmiente la propia cartilla del alfabetizador donde el culto a la personalidad del comandante era presente en cada clase que se impartía al campesinado, yo fui testigo de ese acontecimiento.

 

Una vez separados del hogar, los jóvenes se encontraban a merced de la voluntad del estado durante todas las horas del día y casi la totalidad del año. El bombardeo ideológico se hizo sentir con fuerzas dentro de los planes de becas, cada albergue contaba con un “charlista” que era asesorado por una persona mayor. Se realizaban con bastante frecuencia esos círculos de estudios donde apareció una nueva cultura entre la juventud, la constante invitación a la delación como una actividad “revolucionaria” se iba imponiendo, la promiscuidad disfrazada con la práctica o derecho al “amor libre”, la cultura del odio y la negación de Dios. El enfrentamiento enfermizo en contra de todas las religiones, eran altamente dosificadas por una educación netamente materialista que luego fuera enriquecida con los métodos aplicados en el campo socialista. Años posteriores y bajo el asesoramiento de la nueva metrópoli, el control sobre la juventud se hizo más rígida con la aplicación de métodos especializados en el logro de la subordinación mental del ser humano. Con mucha más experiencia y poder sobre las personas, el régimen cubano implantó con carácter obligatorio el sistema de enseñanza a partir del nivel secundario en escuelas construidas en el campo, la familia perdió definitivamente el control sobre sus hijos.



Paralelamente a esa tarea y apurado por lograr resultados a corto plazo, la semilla del odio fue trasladada al seno del hogar por medio de su militancia y organizaciones vinculadas estrechamente a la familia. La privacidad fue prácticamente anulada por la ingerencia de los CDR (Comité de Defensa de la Revolución), la FMC (Federación de Mujeres Cubanas) UPC (Unión de Pioneros de Cuba) y otras. Todas sus campañas ideológicas actuaron como un bombardeo masivo sobre las mentes de los cubanos, explotando indiscriminadamente viejos prejuicios y tabúes que existieron en la sociedad cubana. El racismo, machismo, creencias religiosas, homofobia, diferencias de clases y otros males, adquirieron valores exagerados que eran utilizados para enfrentar a unos contra otros dentro del mismo hogar. El hacinamiento experimentado durante medio siglo por la familia cubana ante la imposibilidad de adquirir una vivienda decorosa, fue una de las herramientas mejor utilizadas para el desarrollo de esa labor.

 

La división de la familia cubana adquiere estado legal a partir de los años sesenta, aunque en su constitución se alegara lo contrario. Todas las planillas existentes para solicitar una escuela o entrada a un centro laboral contaban en su cuestionario con la siguiente pregunta: ¿Mantiene usted vínculos o correspondencia con familiares en el extranjero? Responder afirmativamente a esa pregunta era una anulación automática de cualquier aspiración. Se debe sumar también el control existente sobre todo tipo de correspondencia hacia y desde Cuba para justificar el miedo de los cubanos y la renuncia a la existencia de esos parientes en el exterior.

 

El daño producido a la familia cubana es un tema muy amplio de tratar y los resultados los tenemos en la formación y conceptos de vida de las últimas generaciones. Ese ha sido otro de los altos precios pagados por los cubanos en esa loca aventura llamada “revolución”.

 

 

 

…¿Qué será nuestra patria, sin embargo, dentro de 10 años? ¿Qué será dentro de 20 años? ¿Y qué será de esta tierra y esta patria y este pueblo nuestro, cuando hayan transcurrido 60 años a partir del 1ro de Enero de 1959? (APLAUSOS.) Con seguridad que no será esto que nos dejaron, con seguridad que no será el país pobre que nos dejaron que no producía más que azúcar y que tenía que importarlo todo…

 

Fidel Castro en el mismo discurso.

 

 

 

¡Hummmm! ¿Qué será?, ¿qué será?, ¿qué seráaaaaaa? ¿Qué será de mi vida?, ¿qué será?...

 

José Feliciano

 

 

Periódico Nueva Prensa Libre.

Montreal..Canadá

 

 

 

Esteban Casañas Lostal.

Montreal..Canadá.

2008-08-05

 

 

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lunes, 13 de marzo de 2023

CUBA, EL COSTO DE SU REVOLUCION. ( LA VIVIENDA )

 CUBA, EL COSTO DE SU REVOLUCION. 

( LA VIVIENDA )


…Un gobierno revolucionario resolvería el problema de la vivienda rebajando resueltamente el cincuenta por ciento de los alquileres, eximiendo de toda contribución a las casas habitadas por sus propios dueños, triplicando los impuestos sobre las casas alquiladas, demoliendo las infernales cuarterías para levantar en su lugar edificios modernos de muchas plantas y financiando la construcción de viviendas en toda la Isla en escala nunca vista…



CUBA, EL COSTO DE SU REVOLUCION. 

( LA VIVIENDA )

 

…Cuba podría albergar espléndidamente una población tres veces mayor; no hay razón, pues, para que exista miseria entre sus actuales habitantes. Los mercados debieran estar abarrotados de productos; las despensas de las casas debieran estar llenas; todos los brazos podrían estar produciendo laboriosamente…

 

Fragmentos del alegato de autodefensa realizado durante el juicio por el asalto al Cuartel Moncada en Santiago de Cuba. El documento es conocido como “La Historia me absolverá”. 18 de Octubre de 1953.

 

 

CINCUENTA Y CINCO AÑOS DESPUÉS.


El peor enemigo que ha tenido Castro lo ha sido siempre el propio Castro, medio siglo de incesantes arengas cargadas de promesas se suman a su famoso alegato. Si nos propusiéramos investigar sobre el contenido de todos sus agotadores discursos, encontraremos una lista interminable de todas aquellas promesas incumplidas y pudiéramos calificarlas de falsas. Mentiras hábilmente manifestadas por un profesional orador, y que por supuesto, acompañadas siempre con el tono populista del que se nutren las “masas” desesperadas, condujeron nuestro país a la situación actual.


Mencionó durante aquel famoso alegato, la existencia de unas doscientas cincuenta mil viviendas en mal estado, las agrupó en cuarterías, solares, bohíos, etc. La cifra mencionada puede ser considerada dudosa, si se tiene en cuenta la tendencia que siempre tuvo ese régimen y él en particular a la exageración. Tomemos como ejemplo los veinte mil muertos que se le achacan al régimen de Batista durante sus períodos de gobiernos. Los historiadores e investigadores se encargaron de desmentir esas cifras, reduciéndolas a los tres mil quinientos o setecientos, citando nombres y apellidos de las víctimas comprendidas en ambas bandas beligerantes. Conociendo como ha funcionado ese sistema, puede dudarse de la veracidad relacionada con estadísticas hechas públicas.


Hoy, cincuenta y cinco años después de aquel discurso y miles realizados durante su mandato, el gobierno cubano manifiesta a través de su prensa lo siguiente: En La Habana hay cerca de mil edificios “en estado crítico”, con unas 8.000 viviendas que alojan a cerca de 26.000 personas, y no hay madera suficiente para apuntalarlas y evitar su derrumbe, informó este miércoles el diario oficialista Juventud Rebelde.




Conociendo de las habilidades demostradas en las manipulaciones de cifras, nosotros los cubanos sabemos que las ofrecidas por el gobierno se encuentran pendientes de multiplicación. Lo cierto es que La Habana se derrumba poco a poco ante nuestras narices, debido el desinterés e indolencia del régimen que ha gobernado en la isla durante medio siglo. Hoy no hay madera para apuntalar nuestros edificios, ayer, la flota mercante cubana se encargaba de transportar el cemento producido en el país con destino a la exportación. Por si fuera poco, el acero utilizado en la construcción se importaba desde la Unión Soviética y luego era revendido a diferentes países, yo participé en esas transportaciones. Mientras tanto, el ciudadano cubano se sometía a injustificados sacrificios y nunca pudo resolver el problema de su vivienda.


Cincuenta y cinco años después de aquel discurso prometedor, no solo proliferaron las villas de miserias en Cuba. Varias generaciones de cubanos se han visto obligados a convivir en condiciones infrahumanas bajo el mismo techo, y lo peor de todo, se ha destruido el patrimonio de toda una nación. El legado dejado por ese régimen a las futuras generaciones de cubanos es desolador, se necesitará el paso de muchos años para reconstruir al país y levantarlo de sus cenizas como el Ave de Fénix. Ese es otro de los precios pagados por los cubanos en una loca aventura llamada “Revolución”.




Esteban Casañas Lostal.

Montreal..Canadá.

2008-05-06

 

 

 


Y si tenéis por rey a un déspota, deberéis destronarlo, pero comprobad que el trono que erigiera en vuestro interior ha sido antes destruido.

Jalil Gibrán.


domingo, 11 de diciembre de 2022

LA ESCOBA

 

LA ESCOBA




 

Quisiera tener una escoba con la cual poder barrer todo lo malo, lo feo, lo sucio, lo desagradable, lo amargo de esta vida, lo indeseable, los sufrimientos, los pesares, los dolores, las enfermedades, el llanto de los niños, el de la viuda y la madre. Barrería con las guerras, las desilusiones, el hambre, el odio, la venganza, el crimen, las riquezas de unos y las pobrezas de millones. Barrería con muchas cosas si me encontrara esa escoba para limpiar tierra, mar y aire.

 

Barrería con los fabricantes de aerosoles que han jodido la atmósfera abriéndole huecos a la capa de ozono, acabaría con aquellos que con sus grandes explosiones terminan con la vida en el área de sus experimentos. Barrería también con las grandes industrias que hacen el aire irrespirable, todo aparato que despida carbono de manera incontrolable, todo lo que ensucie el aire sería barrido por esta escoba y cuando haya dejado el aire limpio, entonces barrería otra cosa.

 

Barrería el mar por ejemplo y los ríos que lo contaminan, nadie tiene derecho a ensuciarlo. El mar es de todos y con él debemos alimentarnos, se alimentarán también futuras generaciones. ¿Qué será de la humanidad si desde hoy no lo cuidamos? Por eso, barrería con todo lo que a su alrededor sea venenoso, esas grandes industrias, los barcos contaminantes, al que lo use para ensayar una bomba. Con aquel también, al cual el mar no le inspire amor y que al amor mate contaminando ese mar que Dios nos dio para vivir de él y con él.

 

Barrería después toda la tierra para limpiarla de tanta basura, no dejaría un espacio de ella sin barrer, todas sus islas, cayos y continentes. Arrasaría con todo lo que no sirve, barrería con los artistas que venden su arte a un gobierno o dictadores. Los barrería porque el arte es de la humanidad y no pertenece a nadie, no importa su ideología, los barrería por cobardes. Limpiaría a la tierra de las plumas sucias, aquellas que se venden en contra de sus pueblos y se comportan igual que los artistas. Barrería a quienes escriben a favor de la mentira y en contra de su gente. Barrería al poeta capaz de componerle odas a un tirano, lo haría con el compositor que su obra sea como la de estos poetas, los barrería por cabrones, porque en esta vida hay muchas cosas en las cuales inspirarse.

 

Dentro de esa bola de basura que ya me está pesando, barrería a los cantantes que vendan su voz y canten en contra de los intereses de sus pueblos. Barrería con los pintores que han movido un pincel para pintar a tiranos, también si sus obras no representan el sentir de su nación o continente y estos viajes contra sus intereses. Con el escultor haría lo mismo, barrería con sus obras y cinceles. En esa bola inmensa de basura incluiría a los historiadores, aquellos cuyos trabajos se han dirigido a ocultar la verdadera historia de nuestros pueblos. Creadores de una historia falsa que no solo engaña a los nuestros, sino que también confunden a los vecinos. Continuaré barriendo toda la tierra, rodaría esta bola de basura, aunque no conozca su destino.

 

Movería la escoba con más fuerza para barrer al médico que no asista al enfermo, al cirujano que no opere al pobre por el delito de no tener dinero, la enfermera que te niegue una sonrisa, aunque te estés muriendo. Barrería con todos los funcionarios sobornables, aquellos cabrones a los que hay que pagarles por un servicio que están obligados a prestar. Metería en esa bola de desperdicios a todos los políticos con sus seguidores, de la tendencia que sean. Políticos todos serán barridos por esa escoba y con ellos andarán los religiosos, aquellos que en el nombre de Dios matan, no importa cuál de los miles de dioses que existen. Los barro por hijoputas, porque ningún Dios predica el odio y menos la muerte en su nombre.

 

Así, andando, recogería a las putas, no a la infeliz que vende su cuerpo para mantener a su cría o a su pobre familia. Hablo de la puta del alma, la que se vende y abandona sus hijos, la corrompida. Con ella irán los proxenetas que no quieren trabajar, al que explota a los niños sexual y laboralmente. Barrería con todos los militares, desde el primer general hasta el último cabo. A éste le doy de paso un escobazo, porque mientras más burros son más malos. Barrería con todos los ejércitos y sus armamentos. Ellos gastan mucho y no producen nada, además, después que la tierra esté limpia de tanta porquería no habrá más guerras. A escobazos también metería en esa pesada bola a los traficantes de drogas y con ellos a los excelentísimos miembros de las Naciones Unidas, se reúnen mucho, gastan mucha plata y al final no resuelven nada.

 

Cuando la bola esté bien pesada, debajo de ella meto a todos los tiranos que han llegado al poder por la fuerza. Entonces, cuando estén bien cómodos soportando el peso de todo lo que han hecho, limpiaré todas las letrinas del mundo y verteré sus contenidos sobre esta inmensa bola de porquería. Lo más jodido de todo y no había pensado en ello, es que no sé dónde botar toda esta mierda.

 

 

Esteban Casañas Lostal.

Montreal. Canadá.

1999-10-25

 

 

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Síntesis biográfica del autor

CRONOLOGÍA DE UNA AVENTURA

                               CRONOLOGÍA DE UNA AVENTURA La vida para mí nunca ha dejado de ser una aventura, una extensa ...