BENIGNO, EL CHE Y EL CABALLERO DE PARÍS.
Hace solo unos días, disfrutaba de un pequeño
documental que aborda escasas páginas de la vida de Benigno. Para el que no lo
conozca, él es uno de aquellos guerreros apocalípticos que sobrevivió el
fracaso de la guerrilla del Ché en Bolivia. No pretendo narrarles el contenido
de la filmación y al final de este trabajo les diré dónde encontrarlo.
Comienza, mostrándonos un cuadro que le fuera
regalado en el comité central del partido comunista. El mencionado cuadro
contiene dos páginas escritas con puño y letra del mítico guerrillero, y donde
por supuesto, se hace mención de un cumpleaños de Benigno celebrado en plena
campaña guerrillera.
En esos instantes de la filmación, Benigno no puede
desprenderse del fantasma de su antiguo jefe y nos ofrece la figura de aquel
aguerrido combatiente que, comienza a desmoronarse por el efecto nocivo de los
años. Benigno no puede dejar de ser quien es y se presta a complacer la
radicalidad de un público deseoso de venganzas. Sus palabras, reflejan rasgos
de una sublime y traidora melancolía que, lo hace regresar con terrible
inocencia guajira hacia su pasado. Guarda con admiración y respeto aquellas
líneas encuadradas que formaron parte de una fallida epopeya, pero sin dudas,
son eslabones perdidos de una historia oscura e inconclusa, cuya tinta lo marcó
para siempre.
Benigno sigue siendo él durante esos segundos de
narración en un parque de París y la nostalgia que siente al presentarnos su
cuadro es inocultable. Nos encontramos entonces ante la figura del guerrillero
que no oculta ante las cámaras su orgullo por aquellos tiempos pasados. Un poco
más adelante, nos confiesa y convierte en cómplices de un antiguo romance
ideológico por el jefe máximo. Idilio que duró muchos años y comienza a ser
narrado en pasado. Sus palabras reflejan el dolor oculto del que se siente
traicionado por alguien en quien creyó ciegamente y amó una vez. Sus palabras,
saturadas de frustración, viajan en ese instante hacia la figura del líder
máximo y lo acusa de haber jugado con su amor, el amor de todos por la libertad
y llevarle el pan a cada pueblo. Resultan impactantes los vínculos de la
palabra amor, libertad y pan, cuando ellas nos traen el recuerdo del místico
Ché Guevara, una máquina de matar y la del máximo líder, hoy casi moribundo,
vendiendo la imagen piadosa de un embajador de ese amor anegado en sangre. El
precio de sus amores resultó extremadamente caros en muchos pueblos, la
ecuación sangre y amor solo han desembocado en catástrofes de las que luego
toman mucho tiempo recuperarse.
Benigno deja de ser el guerrillero y asume su
verdadera personalidad, comienza a hablar como Dariel Alarcón y nos muestra un
viejo radio que guarda como símbolo de aquella traición elaborada supuestamente
desde La Habana.
Detengámonos un solo instante ante ese artefacto y
dejaría como tarea a expertos en comunicaciones mis simplistas análisis.
Retrocedamos hasta el contexto histórico de la guerrilla, ¿en cuál fase se
encontraba en aquellos tiempos las comunicaciones por satélites?, no olvidemos
que estamos regresando hasta los años 67-68. Hago esa pregunta por simple
curiosidad y mínimos conocimientos en comunicaciones, al contarse entre las
asignaturas de la profesión de Pilotos de Altura.
En el caso cubano, su fase era nula o pudo
encontrarse en proyectos. Luego entonces, ¿cómo pudiera pensarse que un simple
aparatico de baterías tuviera los watts de potencia necesarios para hacer
llegar las ondas hasta La Habana? Los que conocen un poco de comunicaciones
saben a qué me refiero.
Pudo funcionar en todo momento como receptor, pero
pongo en tela de juicio su capacidad como transmisor. O sea, la traición no
debe comenzar por la ausencia de una simple llave de telegrafía que muy bien
pudo comprarse en Bolivia y hacerla llegar a la guerrilla, resulta casi
infantil la explicación a la que se aferra Dariel.
Es indudable que fueron condenados al abandono y
silencio desde su llegada a ese país, ninguna de las condiciones prometidas
existía para justificar el arribo de la tropa. “El Ché nunca contestaba”.
“Estamos embarcados”. “¿Quién nos ha traicionado? Ellos se convirtieron en un
lastre muy pesado para Fidel y los intereses políticos de una potencia no
dispuesta a cargar con él.
La traición, extrañamente se habla solamente de la
logística que nunca recibieron y nos deja embargados por la duda, al menos en
ese cortometraje. No se mencionan los nombres de Regis Debray, Bustos, Monje,
la desaparecida Unión Soviética y otros que tuvieron participación en esa
cadena de traiciones que los condenaron al fracaso desde su nacimiento.
Luego del arribo y cuando nadie pensara existieran
sobrevivientes, Fidel les exige un voto de silencio. El mismo que ha reinado en
torno a la muerte de Camilo Cienfuegos, Benigno lo acepta por un largo tiempo,
Daniel trata de romperlo con su deserción y divorcio, suma una cifra más a la
interminable lista de traidores. Es atacado por sus antiguos enemigos con saña,
es aplaudido por antiguos enemigos también en esa amalgama de sentimientos
encontrados por la confusión.
Las manifestaciones de sus antiguos camaradas de
armas resultan aún más dolorosas, son degradantes y lo rebajan a la mínima
categoría que pueda ocupar el ser humano. Observemos las declaraciones que un
día realizara Harry Villegas, el Pombo de la guerrilla:
… -¿Qué pasó con su ex compañero de revolución Dariel
Alarcón (Benigno), otro sobreviviente de la guerrilla del Che?
-“Se fue de Cuba en el marco de nuestras limitaciones
económicas. Él tenía una finquita, un buen trabajo, y lo más importante, el
reconocimiento y cariño de nuestro pueblo. Pero, bueno, no le bastó con eso.
Recuerdo que el Che hacía evaluaciones y en ellas decía que Benigno era simple,
sin matices, sin dobleces y con problemas con la comida. En el fondo no era un
revolucionario…
Ha sido una práctica común desde la aparición del mal
llamado “Período Especial”, acusar a todo desertor como emigrante económico.
Solo que en esas acusaciones existen contradicciones sumamente importantes,
Dariel tenía una finquita, un buen trabajo, y sobresalen por encima de ellas,
la condición de ser quien fue y contar con todas las puertas abiertas para
disfrute de los privilegios reservados a los de su estirpe.
…“En el fondo no era un revolucionario”… Manifestó
Pombo en aquel injusto y ordenado ataque contra su compañero de trincheras.
¿Cómo pudiera explicar tan estúpida afirmación? ¿Cómo podrá borrar de un
zarpazo toda su trayectoria de luchas? Es sencillamente imposible. Creo que Dariel
Alarcón continúa siendo revolucionario, el hombre convencido de la pureza de
sus ideales y por el que dio toda su vida, la excepción de la regla, el hombre
que un día decidió desprenderse de aquella mentira condenada al fracaso.
Benigno fue el héroe que un día me impusieron durante mi juventud y al cual
traicioné antes de que él traicionara a los suyos.
Hoy, viaja por las calles de París cargando un cuadro
con dos páginas de un diario escrito el mismo día de mi cumpleaños, extraña
coincidencia. Lucha constantemente en esa batalla que existe y tal vez nunca
podrá vencer, una pelea entre demonios, un encuentro entre su ser y la
conciencia, Benigno no se rinde.
Entre todas las fábulas contadas por nuestros abuelos
sobre el Caballero de París, se contaba una que tuvo un gran arraigo entre la
gente de nuestro pueblo. Cuenta la leyenda que, aquel hidalgo caballero se
volvió loco ante el fallecimiento de su amada novia. Nos dijeron que era de
linaje y por sus venas corría sangre azul, muchos de nosotros las aceptamos
sabiendo que eran falsas, era una historia muy bella la que acompañaba a
nuestro loco por todas las calles de La Habana. Orgulloso, educado y bohemio,
aquel hombre vivió su miseria con felicidad hasta que trataron de arrancarlo de
ella. Nunca lo vi mendigar y todos nos acercábamos con cariño y respeto, le
ofrecíamos algo a cambio de poco, tal vez una curiosa explicación sobre los
papeles y dibujos que nos mostraba. ¿Y en París?
Por las calles de París viaja diariamente Dariel
Alarcón, “El Caballero de La Habana”. Puede que lo acusen de locura también, su
historia no se aparta mucho de la de aquel dulce caballero. Vivió enamorado de
una ideología que lo traicionó como a la más vulgar y promiscua prostituta,
tuvo que estar loco para renunciar a tanto por tan poco. Tiene que ser
irracional cambiar toda la gloria que le corresponde, aunque ella descansara
sobre pedestales falsos, por el ataque de amigos y enemigos. “El Caballero de
La Habana” anda por las adoquinadas calles de París con su cuadro y radio en
las manos, trata de convencer al mundo y convencerse así mismo.
La ciudad luz le resulta un escenario difícil para
esa batalla que lleva dentro, en cada esquina puede encontrarse con una
emboscada. En cada cuadra aparecerá la imagen de un icono que lo regresará
hasta el punto de partida y lo obligará a emprender nuevas tácticas en esa dura
batalla que libra con su conciencia. De algo no pueden tener la más absoluta
duda sus enemigos y detractores, Benigno, Dariel Alarcón o "El Caballero de La
Habana", es un hombre valiente. No todos renuncian a tanto por tan poco, no
todos se pueden desprender de esa máscara como él lo supo hacer. No todos
poseen la virilidad de andar orgullosos cargando su miseria, no todos se
arriesgan a algo tan simple y valioso, enfrentar al mundo con su nombre.
Benigno fue el
héroe que me impusieron en la juventud y al que yo traicioné antes de que él
traicionara a los suyos. Hoy se considera un hombre sin banderas y la
frustración puede vencerlo antes de que desaparezca de este mundo. Solo me
resta decir una cosa y puede ser objeto de infinidad de ataques y malas
interpretaciones, poco importa. Con sus virtudes y defectos, con sus
pretensiones de brindar el amor y el pan de una manera tan equivocada, con sus
dudas sobre la libertad, con todas las causas que sirvan como agravante a la
hora de juzgarlo, nosotros necesitamos muchos Benignos, porque señores, hay
hombres que nacen y mueren héroes. Guajiro, orgulloso y bohemio, estoy
convencido de que vive su miseria con felicidad y algún día logrará esa paz
espiritual a la que tratamos de acercarnos al final del camino.
Post Data.-
Desafortunadamente fue eliminado de Youtube el video original que dio origen a este articulo.
Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá
Martes, 17 de Octubre del 2006
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