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miércoles, 29 de julio de 2020

LAS MEMORIAS DE UN SARGAZO. PRÓLOGO


LAS MEMORIAS DE UN SARGAZO. 

PRÓLOGO






LAS MEMORIAS DE UN SARGAZO.


No pude negarme y caigo nuevamente en su trampa, el cariño mutuo supera al del simple amigo, somos hermanos desde hace varios años. ¿Qué podré escribir para decirle el placer sentido en cada incursión suya en la vida del marino? Porque, aunque él no lo crea, toda su vida en el mar es un punto de referencia para cientos de hombres.

La superficie de la Tierra está cubierta en un 72 % de agua. Los océanos y grandes mares constituyen 95 de ese porciento.
Desde la antiquísima de las antigüedades, los mares y océanos constituyeron las fronteras desconocidas a las que se enfrentaban, maravillados y asustados los seres que recién comenzaban su andadura sobre tierra firme.

Moisés ¿tuvo qué separar sus aguas?  Odiseo luchó contra monstruos, deidades hermosas y tentadoras, en un alarde de valor, fantasía y desesperado amor por su patria y su hogar…
Los Vikingos se atrevieron, a golpe de remos y mirando a las estrellas, a desafiar a sus poderos Dioses, a descubrir el desconocido mundo al otro lado de ese mar inmenso y aterrador. Otros, soñando y desafiando dogmas e ignorancias, probaron que la tierra no era cuadrada ni tenía confines.

La epopeya del hombre, a lo largo de la historia, se ha escrito sobre el mar y a través de él. Se ha escrito con la sangre, arrojo y esa extraña condición humana de ser MARINOS.
Estos, excepcionales y muchas veces incomprendidos hombres, vivieron cada uno en su época, sus particulares y desgarradores dramas.
Este libro va de eso. De historias hermosas, de rastreras cobardías, de VALOR, ENTEREZA. Y sobre todo de las vivencias que solo conocen aquellos que han mirado el Océano cara a cara, venciéndolo unas veces, siendo vencidos otras.

Esta vez, su aventura o punto de partida en este libro que hoy nos ofrece, comienza desde su ingreso en la Marina Mercante Cubana en el lejano 1967 cuando aún contaba con solo 17 años. Muchos sueños e ilusiones fueron el equipaje del primer viaje con aquella cuarteada maleta a punto de naufragar. Le resultó imposible renunciar en medio de un bravo océano, se lo prometió cada día navegado hasta la próxima orilla. Aquel viejo mundo que apareció ante sus ojos sirvió para que aquellos sueños se multiplicaran.

En este libro con un título muy especial que, dice muy poco, al menos para el que no lo conozca, es sumamente importante para esos miles de hombres de varias generaciones salpicados por la curiosidad o simplemente por sentirse identificados con sus historias, para ellos, dice y significa mucho. Creo sea uno de los más serios, donde aborda ese mundo donde se desarrolló como hombre, ser humano o como un pez. 

Esteban apura sus notas, sabe haber vencido hace un tiempo el cenit de su vida y no desea desaparecer como un simple Sargazo, como muchos de su época, mudos, ciegos, sordos y carentes de memoria.
Aborda con orden cronológico cada una de las naves donde curtiera su piel con salitre y muchas aventuras. Trata de no olvidar nombres conocidos y otros no tanto, buenos y malos, regulares también. Se refiere a ellos con ese amor del que consideró a una tripulación como la extensión de su familia y con cierto desprecio, por qué, ¿no?, hacia aquellos que ayudaron a destruir una noble y ruda profesión asfixiando a sus hombres.

Esteban Casañas Lostal nunca se ha considerado escritor, poeta, historiador o Capitán, como lo llaman de cariño. Sin embargo, nadie podrá negar su mérito. Tienen que sumar miles las horas dedicadas al rescate de tres flotas borradas de nuestra historia, labor reconocida por muchos marinos como él y atacada por elementos desde la isla, cuyo empeño no ha sido otro que ocultarla a las nuevas generaciones. Trabajo que comenzara a finales de la década del noventa y que hoy rinde sus frutos. 
No es historiador, pero nos deja un legado que, será punto de referencia para esos historiadores que se empeñen en escribirla de verdad.

Siento una gran satisfacción al escribir estas líneas por invitación suya, vendrán dos libros más, según me cuenta. No desea abandonar a ningún amigo vivo o muerto, enemigos también. Se ha tomado muy en serio este rol que le regaló el destino y me alegro mucho. Mi hermano ha sido todo un aventurero y lo refleja en muchos de sus trabajos, solo que esta vez asume la responsabilidad rechazada por muchos hombres, quienes prefirieron vivir y morir como simples Sargazos, almas dispersar por el mundo a la deriva.

Busquen silenciosamente los monstruos y tentaciones de Ulises, la descomunal y primitiva fuerza de los Vikingos, la obstinación y el ansia de conocimientos de los marinos de esos siglos de descubrimientos. Y por qué, ¿no? Miren de nuevo esa extraña y surrealista película “Piratas del Caribe“. Allí podrán reconocer cada uno de los personajes e historias narradas y vividas en primera persona por el Autor de este libro.


No podían, no debían desaparecer.
Quizás la voz de alguno de aquellos marinos, los de ayer y muchos de los de hoy, le hayan gritado al oído: “NO NOS DEJES MORIR. TUS HISTORIAS, TUS AMORÍOS, TUS PENURIAS, TUS AMIGOS, ENEMIGOS Y HASTA TUS LÁGRIMAS SON TAMBIÉN LAS NUESTRAS. “
Gracias, Esteban Casañas Lostal.





Pilar Alberti Mederos
Las Palmas de Gran Canaria,
24 de Junio del 2020



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lunes, 13 de julio de 2020

AQUELLOS OJOS AZULES.


AQUELLOS OJOS AZULES.



Hoy la recordé y me vino a la mente nuestro primer encuentro después de varios años ausentes, muertos por el tiempo. Cuando la vi corriendo hacia mí con los brazos abiertos, no puedo negar que comencé a soñar, nos fundimos en un beso. No quiero detenerme en el sabor de sus labios, carnosos, azucarados, concebidos perfectamente para besar y para que por ellos transitaran todo aquel amor oculto que descubrimos por Internet. Nos besamos en público sin pudor o vergüenza, muy a pesar de nuestra edad, porque debería ser así, pero es que el amor no tiene fechas en el almanaque. Nos besamos con descaro ante la mirada inquieta de quienes nos rodeaban y pude leer en sus rostros lo que hubieran deseado decirnos; "¡Miren a ese par de viejos, este mundo está perdido!"

Besaba con los ojos cerrados y no pude percatarme que ocultaba lo más hermoso de su rostro, el sonido de un claxon nos devolvió a la realidad y fue cuando pude apreciarlos. Enseguida fui invadido por un sentimiento de culpa desconocido y mi conciencia, tan molesta y jodedora, repetía la misma pregunta. ¿Cómo coño pudiste olvidar unos ojos tan bellos? En medio de la desesperación y el temor a que surgiera un reclamo, debo confesarles que no hallé la respuesta.

Había olvidado su puto apellido y la edad, resultaba un grav
ísimo pecado haber olvidado aquellos ojos encantadores, siempre había sido un buen fisonomista, ¿Qué me sucedió? Esto no tiene perdón. ¿Cómo se los describiría? Porque bellos, hermosos, bonitos, celestiales y adorables, usados para referirse a esas ventanas de su alma, seria pecar por exceso de modestia. No eran azules propiamente dicho, eso pensé cuando nos encontrábamos en el andén del aeropuerto esperando un taxi, tampoco me preocupé mucho en identificar su místico color. Del azul marino profundo, podían ser recibido como violáceos cuando un rayo de sombra se proyectaba en ellos, algo saltones y misteriosos como los de Betty Davis, enigmáticos.

Nunca perdoné aquel descuido de mi memoria y de aquel lamentable bache surgió de sus cenizas un amor enmudecido por la ausencia. Fuimos sin demoras a una posada de la Calle 8 y traté de absorber toda aquella intensidad azul que me devolvió al mar en cada encuentro.

No deseo cansarlos, cada regreso mío a Miami estuvo marcado por una felicidad desconocida en tantos años de aventuras mundanas, solo que no tuvo la duración deseada.

-¿Qué coño te pasó? Fue todo lo que se me ocurrió decir cuando desperté un día a su lado y noté que el color de sus ojos había cambiado de la noche a la mañana. Me vino a la mente las epidemias de conjuntivitis, dengue hemorrágico y todas esas calamidades que abundan en la isla, pero regresé en la geografía, nada de eso existía en Miami.

-¿Por qué lo preguntas? No podía negarse que era cubana en la forma de responder.

-¡Coño! Anoche te acostaste con los ojos azules y hoy los tienes muy negros, algo te sucedió y debemos buscar a un oftalmólogo.

-¡Que oftalmólogo, ni un carajo! Además, no tengo Medicaid, Medicare, ni seguro médico.

-¿Cómo resolvemos tu problema?

-¿Cuál problema?

-Ese lío que tienes con la pigmentación de los ojos.

-Acostumbrándote.

-¿Cómo?

-Que te acostumbres, yo no tengo problemas en los ojos, solo fue una simple alergia.

-¿Alergia?

-Como lo oyes, me recomendaron darles un reposo a los lentes de contacto.

-¿Lentes de contactos? Entonces, ¿me estuviste mintiendo durante estos años?

-Quien te manda a ser tan comemierda, debes ponerte las pilas, estamos en el siglo XXI.

-¡Tu madre, hijaputa! No sabes el cargo de conciencia que he tenido durante este tiempo.

Continuamos compartiendo cama durante otro corto tiempo, que no amor, ese sentimiento había muerto cuando le cambió de color sus ojos. Usaba gafas oscuras con la intención de disminuir ese dolor que viajaba conmigo por las calles de Miami o en aquellos encuentros con amistades suyas. Nadie mencionó nada sobre aquel repentino cambio de color y se comportaban como si lo supieran, cómplices de mierda.

No pude sobreponerme a esa traición, nunca se lo perdoné y la mandé al carajo. Hoy ando con mucha desconfianza por aquella ciudad, mujeres a las que conocí en la isla con sus nalgas planchadas y tetas pequeñas, se exhiben con tremendos culos y pechugas en las fiestas. No sé si debo cargar una aguja conmigo para cuando me encuentre con otra de aquellas novias de mi juventud, bueno, ya todas son algo viejas como yo, pero conservan muy vivas sus puterías.

Tengan cuidado mis amigos, ustedes también pueden ser víctimas de un fraude y estamos desprotegidos.





Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá.
2017-09-03


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Síntesis biográfica del autor

CRONOLOGÍA DE UNA AVENTURA

                               CRONOLOGÍA DE UNA AVENTURA La vida para mí nunca ha dejado de ser una aventura, una extensa ...