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jueves, 26 de septiembre de 2019

MEMORIAS DE "BOLLO MANSO" (2) DONDE UN PUERQUITO COMPARTE VIVIENDA CON UN CIRUJANO.


                               MEMORIAS DE "BOLLO MANSO" (2)

DONDE UN PUERQUITO COMPARTE VIVIENDA CON UN CIRUJANO.







                                     FELIPITO Y EL CIRUJANO


… “Cuando me vea cualquier madrugada de esas, con un pedazo de cartón, echándole fresco a mis hijitas durante horas para que puedan dormir y llegar a su escuela medianamente descansadas, voy a estar pensando mucho en ustedes. Mucho…

Luis Alberto García.



...Y yo también...
ECL


                                      
-¡No me digas nada, llevo varios días cabrón! Realmente no necesitaba darme explicación alguna, lo conocía desde que nació, nos criamos juntos y compartimos las buenas o las malas.

-Si quieres desahogarte un poco, lo haces. Estás a punto de reventar y llevas días destilando una energía negativa que contagia. ¿Estás deprimido? ¿Tienes problemas? ¿Tu mujer te pegó los tarros? ¿No se te para el machete?

-¡Asere, no es contigo!

-Entonces, vomita y suelta eso que te atora.

-Coño, es que a veces leo cosas que me sacan demasiado de la rutina.

-¿Qué lees? ¡No jodas Ambrosio! Hace años que no te veo con un libro o periódico en las manos.

-Chico, no te hagas el comemierda. Digamos que esta vez lo vi en los noticieros.

-Mejor me explicas.

-¿Te acuerdas de aquella vez que estuvimos en casa del cuña a quien le patinaba la lengua?

-¿Cuál de esas veces, Ambrosio? Fueron tantas…

-Chico, aquel día que nos mostró con orgullo las jaulas de pollos que tenía en su balcón.

-Ya me acuerdo, tremenda peste a mierda de gallinas que tenía su apartamento.

-No sé qué cojones le inyectaron en el cerebro. ¡Le ronca la tranca! No te acuerdas del orgullo que sentía por aquella puta minigranja, hay que ser verdaderamente imbécil. ¡Coño, Eustaquio!  Mi ambia, no estamos hablando de un tipo cualquiera, no se trataba de un gil, era un mayor del ejército e informático que trabajaba en el edificio del Estado Mayor en Plaza.

-¡Asere, le tenía puesto nombres a todos aquellos pollos que se hacinaban en sus jaulitas. Había que escucharlo hablando de la edad de cada uno como si se tratara de familiares.

-¡No sé, no sé qué coño les han metido en la cabeza!

-Pienso que nos han convertido en un país sobrecargado de tontos y sin memoria. Asere, entre nos. ¿a que viene toda esta trova? Me tienes mareado. Coño, y que no existiera en aquellos tiempos una de esas verganas de mierda que protegiera a esos infelices animalitos.

-Veganas, Eustaquio.

-Verganas, ¿no son las que se oponen a que el gallo les meta la verga a las gallinas?

-Esas son las veganas, las que solo comen yerbas como los chivos. Vas a tener que leer un poco más.

-Bueno, estoy apartado de esas cosas modernas.

-Yo voy a tener que dejar de ver los noticieros también, creo que me estoy convirtiendo en un idiota más.

-Yo creo que deberías hacerlo. ¿Qué noticieros te revientas?

-Los de América Teve, Univisión y Telemundo.

-¡Coñó! ¿Puedes dormir tranquilo después de espantarte esas series de terror?

-Es que cuando los veo me monto en la máquina del tiempo para verificar todo lo que dicen.

-¿Has logrado llegar a alguna conclusión?

-Los otros días me contaba Ambrosito sobre la puñalada que le dieron a Felipito.

-¡No jodas! ¿Lo mataron?

-Lo mataron y se lo comieron.

-¿De cuál Felipito me hablas, Ambrosio?

-Del puerquito que crio el suegro de Ambrosito en una bañadera de su casa.

-¿No me habías dicho que el suegro del chama era cirujano?

-Exacto, veo que todavía conservas algo de memoria. ¡Sí, se llama Eleuterio! Dicen quienes lo conocieron que se trataba de una buena cuchilla.

-Asere, yo no puedo creer que un cirujano de esa talla se dedicara a criar un puerco dentro de su casa.

-Eso no es lo peor, no se trataba de una casa realmente, era un apartamento antiguo.

-Yo creo que me estás tomando el pelo.

-¿Qué te pasa, mi ambia? A estas alturas de la vida yo no te voy a entrar con mentiras. Tú no podrás imaginar todo el drama que se produjo con la entrada de Felipito al seno de aquella aristocrática y culta familia.

-Ni ideas.

-Pipo, Eleuterio esta criando un puerquito en su casa. Me dijo un día el chama entre serio, conmovido y sin poder escapar del asombro.

-¡Coño, Ambrosito, no puedo creerte! ¿Con lo refinada y burguesa que es esa familia?

-Yo tampoco lo creí hasta que mi novia me llevó hasta el baño. Allí estaba su hermanita jugando con el animalito como si se tratara de una mascota, yo quisiera que la hubieras visto con el cariño y ternura que le rascaba la barriguita.

-¿Y quien le puso el nombre de Felipito?

-Ese fue otro drama y motivo de discusión. Resulta que la niña quería bautizarlo con el nombre de “Yusnaivi” y encontró una tenaz resistencia de la abuela.

-¿La abuela se metió en eso?

-¡No jodas, Pipo! Tú sabes que con el tiempo los viejos se vuelven niños también.

-Es que estás hablando de una señora muy casta, pura e inmaculada criada a la antigua. ¿Por qué impuso el nombre de Felipito?

-Lo hizo en memoria de su fallecido marido, Don Felipe de Altarriba Loyola Velasco y Gutiérrez de la Concha.

-¡Cojones, que cantidad de nombres! Tuvo que ser un personaje muy importante cuando la colonia o república.

-¡Ni lo uno, ni lo otro! Me contó mi suegro que era un comemierda que trabajó de voluntario en el recién creado cuerpo de bomberos de su pueblo cuando ella era joven.

-¡Mira pa'eso! Con los mojones que se atracaba esa vieja, pobre puerquito, lo cagaron con ese nombrecito.

-¡Na, tú no te imaginas! Como que quisieron cogerme pal trajín en eso de limpiar el baño y llevarle el sancocho al puto marrano. Me acomplejé, pensé que querían cobrarme por mantener la relación con mi novia y rechacé todo tipo de presión.

-¡Así, así se hace! Que pa'eso eres el primogénito de Ambrosio Felipe de la Caridad Paz San Gil y Martínez del Pozo Seco. Que, aunque sea un comemierda más, lo soy también de alcurnia y si te agarro en una pendejada de esas te caigo a patadas por el culo. ¡Primero cadáver que pendejo!

-¡Olvídalo! Yo no estaba pa'esas cosas, no era fácil meterse esa escalera cargando una cubeta de sancocho. Me daba lástima con el suegro que es buena gente, pero era un flojo de piernas. Coño, tener que ir pedaleando una bicicleta china hasta el hospital y luego regresar con la cubeta repleta de sancocho en la parrilla no era fácil. Felipito creció y no imaginas los troncos de mojones que cagaba. Ya sabes que la suegra se pasaba el puto día arreglándose las uñas, la vieja delirando y hablando de aquel comemierda bombero, la niña con sus traumas por unos tenis Adidas y pidiendo que la dejaran afeitar las piernas. ¿Mi novia? Se lo advertí bien claro, si manoseaba a Felipito la dejaba en esas. ¡Coño, Pipo! El agua entraba a esa casa de Pascua a San Juan y el jabón se había perdido del mercado.

-¡Qué tragedia! Pobres de ustedes, trágica infancia y dramática juventud. ¿Y en qué paró toda esa historia?

-¡Nada! Yo no creo que haya sido por agotamiento, me inclino a pensar que el hambre logró reducir su voluntad y un día mi suegro, como si acabara de despertar de una horrible pesadilla, anunció que Felipito sería sacrificado por el bien de toda la familia. ¡A cagarse, Liberales del Perico! Hubo que llamar al médico de la familia debido el ataque sufrido por la vieja, convulsionaba y se le escapaban unos peos terriblemente apestosos, ya te habrán contado del picadillo de soya. La niña explotó en lágrimas como si se tratara del amor de su vida. Mi suegra tomó la noticia con indiferencia mientras se limaba las uñas y mi novia estaba advertida, debía mantenerse al margen de la vida de Felipito.

-¿Entonces llamaron a alguien para sacrificarlo?

-¡Coño, Puro! ¿Qué ingenuo eres? Con el hambre asediando a todo un país, ¿Cómo crees que se cometería semejante error? A esa hora te verías obligado a compartir un poco de carne con el verdugo y nos estábamos jugando la vida.

-¿Entonces?

-¡Lo matamos! Realmente yo tampoco participé.

-¿Entonces?

-Ambrosito, ¿la puñalada se le da por la derecha o izquierda? Me preguntó Eleuterio aquella fatal tarde para Felipito.

-¡Coño, mi suegro! ¿Qué repinga sé yo de eso? El que debe saberlo eres tú, ¿no eres cirujano?

-Si lo soy, pero de seres humanos.

-De todas maneras, la diferencia entre ellos y nosotros es muy corta. ¿Tú no eres un guajiro de casa de la pinga?

-¡Oye, vamos a respetarnos!

-Yo no te estoy faltando el respeto, gracias a la revolución estás como estás.

-Si, gracias a la revolución he criado un puerco dentro de mi apartamento. ¡No caigamos nuevamente en temas políticos! ¿Le doy la puñalada por la izquierda o derecha?

-¡Asere, yo no sé ni pinga de matar puercos! Si tienes dudas se la suenas por el centro y que Dios se apiade de él.

-Llégate a la cocina y trae el cuchillo más grande que encuentres.

-¡Coño, Eleuterio! Allí no hay un puto cuchillo que valga la pena.

-¡Trae cualquiera, cojones! Hoy termino esta cabrona comedia, no cargo un cubo mas de sancocho para este hijoputa. Lo obedecí y llevé el mejor que encontré. El lío ahora era llevar a Felipito hasta el lugar adecuado para sonarle la puñalada, las pocas veces que se sacaba del baño, el puerco se acostaba en el piso de la cocina. Todo parece indicar que leyó nuestras intensiones y se negaba a salir del puto baño.

-Asere, yo no sé si este puto puerco es adivino. ¿Por qué no lo engañamos y le brindamos un pancito?

-¡Ni se te ocurra, coño! Solo hay un pan en la cocina y es el mío, no lo como para garantizarle el desayuno a la niña con un vasito de agua con azúcar.

-Eleuterio, solo hay una forma de convencer a este puerco de mierda y tiene que ser por la boca.

-¡No sé, hazle un discurso, ponle música en la grabadora! Ni se te ocurra tocar ese pan, es sagrado.

-Si la niña viniera y le rascara la barriguita, tal vez la vieja pueda convencerlo llamándolo por su nombre. No encuentro otra manera de traerlo.

-Ambrosito, dale un discurso, cualquier cosa menos el pancito.

-¡Asere, voy tumbando y arréglatela como puedas! No estoy para estas trovas. Que no resingue ese puerco de mierda, vamos a pincharlo en el mismo baño.

-¡Griiiiiiiifñuuuuuuupingaaaaaaaa! Aseres lectores, disculpen que no sepa hacer una transcripción exacta del grito de un puerco cuando lo están asesinando con un cuchillo sin filo. No olviden que en el 68 el comandante “La Piedra” intervino los negocios particulares y después no tuvimos amoladores de cuchillos y tijeras. Felipito salió corriendo por toda la casa con la mitad del cuchillo clavado.

-¡Ambrosito, cierra la puerta del balcón! Si Felipito cae a la calle hemos perdido la batalla. Le gritó el suegro y el muchacho salió corriendo a cumplir la orden.

-¡Asesinos, criminales! Eso no se le hace a un ser humano. Gritó la vieja desde la sala. -¡Griiiiiiiifñuuuuuuupingaaaaaaaa! Protesto Felipito mientras buscaba refugio en el cuarto matrimonial. -¡Que suelten a los 5 héroes! Gritó la vieja con mas fuerza y confundida o adelantada a su época.


-¡Callate, vieja de pinga! No te vas a comer ni un chicharrón de tu marido de mierda. Le respondió el cirujano muy sudoroso y nervioso mientras corría detrás del puerco.

-¡Coño de tu madre! Ese hijo de puta ha roto el Daytron que mi prima me compró en la diplotienda. Protestó la suegra de Ambrosito mientras detuvo el arreglo de sus uñas.

-¡No fue tu prima, maricona! Eso lo adquiriste con mis prendas que vendiste en la tienda del oro. Toc, toc, toc, toc. Fue un sonido fuerte en la puerta de la casa que detuvo todas las actividades que se desarrollaban en esos instantes, Felipito dejó de gritar, la vieja se secó las lágrimas, la niña corrió asustada para su cuarto y la novia de Ambrosito abrió un libro fingiendo que estaba estudiando. Eleuterio respiro profundamente como les recomendaba a sus pacientes y se dirigió hasta la puerta de entrada. Miró por ese huequito dispuesto para observar y se puso muy nervioso. -¡Es Fefa, la del Comité! Les dijo tan bajito que apenas les llegó como un susurro y todos comprendieron, no necesitaban explicarles dos veces cuando se acercaba una desgracia. -¡Griiiiiiiifñuuuuuuupingaaaaaaaa! Grito Felipito desde el cuarto. -¡Ambrosito, dale el pan para que se calle!

-¿Estás seguro? ¿Qué le das de desayuno mañana a la niña?

-¡Que se vaya en ayunas y no proteste! Ambrosito se dirigió a la cocina mientras Eleuterio corría los tres cerrojos que aseguraban la puerta de la calle, tal y como se ve en las películas de New York.

-Compañero, ¿sucede algo en esta casa? Hemos escuchado unos gritos de terror como si estuvieran asesinando a alguien.

-¡No, compañera! Es que mi hija tenia puesto un casete del grupo Orishas y ya le mandé a bajar el volumen.

-Yo pensaba que se trataba del grupo Gente de Zona o del reguetonero Osmani García.

-¡No, compañera! Usted se encuentra muy adelantada en el tiempo y hasta ahora no hemos tenido problemas con la pasta de dientes.

-No lo comprendo muy bien. Si tienen algún problema ya saben que pueden contar con nuestro apoyo.

-Muchas gracias, compañera. Fefa se retiró y no insistió en su investigación. -¡Griiiiiiiifñuuuuuuupingaaaaaaaa! Volvió a gritar el hijoputa puerco, solo que esta vez no cargaba tanto volumen su quejido. Corrió nuevamente por toda la sala derramando sangre y cagando cada dos metros ante las protestas de la suegra de Ambrosito. Felipito dio un salto espectacular y cayó desmayado encima de la cama matrimonial.

-¿Habrá muerto finalmente el hijoputa? Le preguntó Ambrosito con cierta carga de ingenuidad a Eleuterio.

-No tengo ideas, pero para salir de las dudas llégate hasta el maletín mío y trae el estetoscopio. Después vino, según me contara Ambrosito, una de las imágenes mas tiernas que observara en toda su vida, Eleuterio auscultaba a Felipito con el mismo amor que hacia con sus pacientes en el hospital.

-¡Coño, Ambrosio! Que interesante esta toda esta historia, solo que no acabo de comprender su relación con las preguntas que te hice al principio. ¿Estás deprimido ¿Tienes problemas? ¿Tu mujer te pegó los tarros? ¿No se te para el machete?

-¡Nada de eso, Eustaquio! Ahora se ve bien que quien no lees eres tú.

-No comas mierda, tú sabes perfectamente que esa es mi debilidad.

-Si, pero no leíste la carta de ese actor cubano, muy bueno él. Chico, donde dice que usaba un pedazo de cartón para echarle fresquito a su hija, muy ofendido por las burlas de tres o cuatro.








Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá
2019-09-26


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miércoles, 18 de septiembre de 2019

RENUNCIO A MI CIUDADANÍA


                                     RENUNCIO A MI CIUDADANÍA






No ha sido hoy que tomé esa decisión, ha sido hace muchos años que me privé de ella, pero hoy, cuando se realiza ese teatro de marionetas cuyo título es; " Tercera conferencia la nación y la emigración", lo hago con
carácter oficial. Renuncio oficialmente a ser "ciudadano cubano", no me importa portar un pasaporte que me desacredite como ser humano en el mundo.


No quiero portar una libretica que me crucifique como posible emigrante ante embajadas extranjeras. Es dolorosa esa carga cuando en realidad deseo visitar a un familiar en el extranjero, a mi madre a punto de fallecer, a un hijo por operar, o simplemente pasear y cargar un poco las baterías, las necesarias para sobrevivir unos cuantos meses y volver a salir. Salir y
regresar, regresar con un chorizo cargado de pacotilla, cargado de ropas como un embutido y con billetes en las plantas de los pies, obligado a mentir y especular, revender y negociar, vivir y explotar el dolor de los
míos, luchar.

Renuncio a una ciudadanía que me llega a molestar y otros deciden por ella, que provoca conferencias donde se discute si tengo derecho a salir de mi tierra o a entrar. Donde hasta hoy, necesitaba una visa no exigida a ningún extranjero y debía pagar. No quiero esa ciudadanía otorgada por quienes me humillaron, lanzaron huevos que hoy les faltan para comer, y amplificaron gritos de escoria, gusanos, apátridas, traidores, gusanos y hoy derivadas en mercenarios, mafia.

No deseo ser ciudadano de un país donde no pueda disfrutar con mi hermano de sus hoteles y playas, donde se me reciba por mis billetes y se me llame señor, mientras a otros infelices llamados "compañeros" se les priven de sus derechos "ciudadanos". Renuncio a ser cómplice de una infamia histórica, a que otro que yo no elegí asista a una conferencia donde no pueda expresar lo que siento, uno elegido por ellos y que no me representa. No deseo ser ciudadano de un país donde encarcelen a sus hombres por disentir del pensamiento impuesto, donde sus hijos se arriesguen a escapar en frágiles balsas en busca de libertad, donde ese gobierno ordene hundirlos y el mundo guarde cómplice silencio.

No quiero ser ciudadano de un país donde confundan a mi madre y hermana con una jinetera, por muy culta que sea. Donde la aspiración de cada muchacho sea la de escapar a un precio tan alto como el de la vida misma, renuncio.


Detesto ostentar el pasaporte de un país, cuyo propietario apesta al ser identificado por su color o escudo como si fuera una epidemia. No deseo ser representado por seres que abracen pechos o aprieten manos ensangrentadas con las vidas de seres nacidos en mi pueblo, renuncio.

No me interesa ser cubano para aquellos que arruinaron mi tierra, poco me importa, poco me ha beneficiado, por no decirles que me ha causado muchos dolores de cabeza. Al extremo de provocar avergonzarme de serlo, virtud para unos cuantos, felicidades, pero yo renuncio a la posesión de un puto pasaporte azul o verde con un escudo que nada protege ni representa, me limpio, bueno, ya saben.

¡Poco me importa, caballeros! Soy pesao, intransigente, vertical, extremista, inclaudicable, arrogante, intolerante, anormal, desafiante, indiferente, yo soy lo que le salga de los timbales a todos los que hoy se reúnan en esa nueva obra teatral, pero soy independiente.

¡Me río, señores! Me orino de la risa con las noticias, no es para menos, que si Menoyo representa a la disidencia mientras en las cárceles cubanas se pudren almas de mi pueblo, que si a unos "mercenarios" les devuelven la
ciudadanía. ¡Hummmm! ¿Mercenarios? ¿Cubanos? ¿Les devolvieron la ciudadanía?


¿Cuántos? ¿Payasos cagalitrosos? ¿Mercenarios? ¿Y los cubanos que fueron a matar en Etiopía, Angola, Nicaragua, etc., eran mercenarios? ¡Ohhhh no! Misiones "Internacionalistas". Necesitan fulas, están desesperados.

¡Renuncio, señores! No me importa un bledo la ciudadanía cubana, me siento orgulloso de la canadiense. Me ha devuelto la dignidad que a la otra le
faltaba, nadie me para, no me miran con ojos de emigrante, no me exigen visas para viajar, tengo derechos. ¿Saben qué es eso?, derecho a reclamar, algo vedado para el portador de un pasaporte azul o verde con un escudo extravagante, un posible emigrante.

Renuncio a todo, me considero sin derechos a viajar a mi tierra mientras cuatro guanajos se reúnan con las razones de mi destierro. Mientras esos que asisten para escuchar órdenes sean elegidos por el gobierno y no representen mi voz o pensamientos. Es más, me siento orgulloso de esta renuncia ahora que desean ofrecerla a "supuestos mercenarios" en bandejas de plata.


¡Eso sí, señores! Conservo la nacionalidad de Pepe Antonio, esa,  esa no me la 
puede quitar nadie, menos aún doscientos cabrones.




Y si tenéis por rey a un déspota, deberéis destronarlo, pero comprobad que el trono que erigiera en vuestro interior ha sido antes destruido.

Jalil Gibrán.







Esteban Casañas Lostal
Montreal..Canadá.
2004-05-23



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sábado, 14 de septiembre de 2019

UNA MIRADA PERSONAL AL MARIEL


                UNA MIRADA PERSONAL AL MARIEL





http://temas.cubava.cu/2014/07/24/mirad ... 21jm7grJdg


Escrito por Esteban Casañas Lostal. Publicado en Historia de Cuba



...Este trabajo no lo tenía contemplado en mis planes, han pasado muchos años desde los sucesos de la Embajada del Perú, Venezuela y el éxodo del Mariel. Ocurrieron en el año 1980 y los muchachos que nacieron en esa fecha hoy tienen 20 años, ellos mismos no saben nada de lo acontecido y son cubanos, menos aún saben de esos hechos los extranjeros. Para satisfacer el interés de algunas personas, me embarco hoy en la nave de los recuerdos y les narraré lo que vieron estos ojos.

Yo me encontraba trabajando en las Microbrigadas de Alamar en esa fecha, me enteré de lo ocurrido en las embajadas, porque todos los días en la noche escuchaba la Voz de los Estados Unidos. Era la única forma de enterarnos de lo que pasaba en nuestro país y el mundo. La prensa Castrista, la escrita y hablada, siempre se dedicó a ocultar la verdad y en la mayoría de los casos, la manipulaba.

Esa pesadilla tuvo sus orígenes cuando un grupo de cubanos trataron de penetrar en la Embajada del Perú a tiro limpio y a bordo de un autobús, uno de los escoltas de la misión perdió la vida. Ante la negativa de entregar a esas personas solicitadas por el régimen cubano, Fidel ordenó retirarle la custodia a la mencionada sede diplomática. De nada sirvieron las llamadas de alerta que se le hicieron por parte del personal allegado a él y que han salido a la luz durante los últimos años. De nada ha servido nunca cuanto consejo se le haya dado, él actúa y dirige la isla de acuerdo a sus caprichos, los nefastos resultados son bien conocidos.

Nunca llegó a imaginar la magnitud del error que cometió en esos momentos, convirtiéndolo en mi modesta opinión, en uno de los errores políticos de mayor relevancia en todos los años que lleva en el poder. El mundo se sorprendería al enterarse que en los terrenos de una embajada, situada en el paraíso de los comunistas de este continente, entrarían en pocas horas más de diez mil cubanos. Aquella crisis no fue mayor porque volvieron a instalar el servicio de vigilancia, no solo en la sede diplomática, lo hicieron en toda la barriada cercana, donde posteriormente eran arrestadas personas que llegaron tarde desde las provincias del interior del país.

La prensa oficialista en sus inicios, no daba la cantidad exacta de refugiados dentro de la misión. Los cubanos solo teníamos dos opciones, le creíamos a las informaciones dadas por el gobierno o a la ofrecida por la radio americana. En mi caso muy particular, siempre me incliné por la segunda.

Internacionalmente provocó grandes problemas, aquellas personas se hacinaban dentro de los pocos terrenos de la embajada y la ayuda que se estaba ofreciendo por parte del Estado cubano, era ofrecida de una manera anárquica y desordenada, donde los más desvalidos no alcanzaban a ella. Independiente de que se hayan metido algunos delincuentes en esa sede, estoy convencido de que la mayor parte de las cosas que sucedieron, fueron realizadas por elementos provocadores al servicio del gobierno. Una página similar ocurrió en la base americana de Panamá catorce años más tarde, con la muerte de un marine americano. No creo que una persona en busca de refugio y libertad, ponga en juego parte de los logros obtenidos, como lo hicieron en ambas oportunidades.

Conmigo trabajaba un antiguo amigo de la marina, había entrado hacía varias semanas antes de esos acontecimientos a la microbrigada. Buscaba una vivienda, su hijo se había casado y las cosas se le complicaron en el reducido apartamento donde vivía. Yo me encontraba de Jefe de Obras y al ver que el hombre se había pasado tres días sin ir a trabajar, decidí visitarlo para saber de él.

En el pasillo de aquello que era casi un solar y sentados en destartaladas sillas, Ernesto me confirmó que no tenía sentido regresar a la Micro, porque su hijo y la esposa se habían metido en la Embajada del Perú. En semejante problema lo enrolaría el hijo en esos momentos, ya que Ernesto era militante del Partido. Yo conocía al muchacho desde que era muy pequeño, era operador de una grúa de la construcción, siempre fue algo inquieto, pero no se podía negar que era buen trabajador. Se estaban realizando negociaciones para que las personas salieran de aquel recinto con un salvoconducto, comentando entre ambos, ninguno de los dos creíamos en la buena fe del gobierno y en algo si me dejó muy convencido Ernesto, él no permitiría que le tocaran a su hijo.

A la semana siguiente volví por la casa y ya estaba el muchacho, quien me narró toda la amarga experiencia vivida en aquella trampa. Su esposa, una linda jovencita, se encontraba en esos momentos en la casa de los padres. Aquellos eran comunistas y le rompieron el salvoconducto, la separaron del marido y le esfumaron los deseos de abandonar el país, era casi una chiquilla sin valor ni voluntad para reclamar sus derechos. El hijo de Ernesto se mantuvo firme en su posición de abandonar la isla y el padre lo apoyaba.

Después de algunas negociaciones, varios países se ofrecieron para recibir a cubanos embarcados en esa aventura y se abre la puerta del “Mariel”. La segunda salida masiva de cubanos hacia el exterior que, ocurría varios años después de la rotura del puente aéreo de Camarioca y del cual, quedaron muchos cubanos varados en la isla. Cubanos que quedaron presos en granjas y se les privó de todos sus derechos por el solo hecho de solicitar la salida del país. Gente con niveles de profesionales a las que se ubicaron como barredores de calle, trabajadores de la agricultura, etc.

El caso de Ernesto fue uno de los que más sentí en esos tiempos, el hombre era un magnífico trabajador. Además de ser militante del Partido, llegó a ser dirigente del sindicato en uno de los barcos de la flota donde estuvimos juntos, pero de nada le sirvió tener aquellos méritos. La vida le jugaría una mala pasada, tan mala, que me lo encontré en Miami y no ha podido olvidarla. Las leyes cubanas consideran al hombre mayor de edad a los 16 años, con esa edad se entra al Servicio Militar Obligatorio. Puedes ir a una guerra y matar, para esos intereses de Estado, el cubano es un adulto. Sin embargo, para salir del país y otros trámites formales, se considera la mayoría de edad a los 21 y esa fue la que aplicaron entonces. Ernesto se vio obligado a asistir al Círculo Social de las Fuerzas Armadas llamado Gerardo Abreu Fontán para firmar su autorización de salida del hijo. A ambos lados de la entrada del mencionado centro, habían dos hileras de delincuentes y gente sin escrúpulos protegidos por la policía. Durante el trayecto hasta la entrada a Ernesto le tiraron huevos, lo escupieron, trataron de romperle la ropa a su esposa, quien fuera víctima también de aquellos atropellos hasta que logró entrar y firmar.

Posteriormente fue expulsado del Partido y separado de la marina mercante a la que había dedicado parte de su vida. Le ofrecieron la plaza de barrendero, luego trabajó en la fábrica de cigarros que está en la ave. de Rancho Boyeros y antes de que partiera a EU, se encontraba de carnicero en La Habana Vieja. Aquél muchachito por el que firmara su condena, trabajó muy duro en Miami para sacar a su padre, madre y el hermano más pequeño.

Cada embarcación que llegaba de Miami en busca de familiares, era obligada a cargar pasajeros que eran desconocidos. La mayoría de ellos delincuentes que fueron sacados de las cárceles, otros que habían cumplido sus condenas y se encontraban en la calle, fueron obligados a abandonar la isla, bajo la amenaza de volver a encerrarlos. Cuando limpió las cárceles, hizo la misma operación con los hospitales de enfermos mentales, entonces el envío era de gente loca. La gente aceptó llevarlos al territorio americano porque era la única manera de poder llevarse a sus familiares.

Inconforme con la salida de ovejas descarriadas de su rebaño, el Partido Comunista, la Juventud Comunista, el Sindicato progubernamental, los CDR (Comité de Defensa de la Revolución) y otros organismos que pertenecen al gobierno, organizaron y utilizaron a los delincuentes en turbas. Realizaron lo que hasta hoy ha quedado constituido por el régimen y por la que muchas personas sienten miedo, los llamados “Actos de Repudio”. Luego de la caída del bloque comunista la instituyeron como; “Brigadas de Respuesta Rápida”, que actúan bajo la protección de la policía y los servicios de inteligencia. Para estos fines se nutrieron de militantes comunistas y de los miembros de la brigada Blas Roca.

El propósito del embarque de los delincuentes, entre los que se encontraban asesinos con antecedentes de sangre, era desacreditar a toda esa masa de cubanos que escapaban de la dictadura. Creo firmemente que logró parte de sus objetivos, porque a la llegada de esos seres a Miami, fueron rechazados por la comunidad allí existente. Sin descontar los actos delictivos, cometidos por muchos de esos provocadores desde su llegada a tierras de libertad. Sin embargo, la gente de aquella generación de cubanos, fueron absorbidas por la sociedad, se integraron y forman parte de ella desde hace 20 años. Esos Marielitos tuvieron negada sus entradas a la isla hasta después de la década de los 90, posterior a la caída del bloque comunista y ante la necesidad de dólares, es que se autoriza la visita de ellos al país. Muchos de aquellos que en Cuba vivieron precariamente, regresaban ahora con dinero en el bolsillo y una vida estable a solo 90 millas de su lugar de origen. Aquellos que un día los expulsaron, los que escupieron sus rostros y participaron en los detestables actos de repudio, continúan viviendo en una extrema pobreza. Razones por las cuales, la comunidad cubana de Miami ha sido el centro de los ataques del régimen encabezado por el senil gobernante que ha arruinado la isla. Nunca podrá reconocer la derrota que ha representado para el régimen, la estabilidad económica de esa comunidad de cubanos.

Sucedieron muchos hechos dignos de la vergüenza y el desprecio de cualquier persona civilizada. Recuerdo que en la marina mercante, muchas personas presentaron para largarse. Los obligaban a realizar trámites que nada tenían que ver con la salida del país, eran trampas tendidas y en las que todos tenían que caer. Allí los estarían esperando antiguos compañeros de trabajo, gente con las que un día te habías jugado la vida navegando, gente cobarde que gritaban a la orden de un Partido desmoralizado y corrupto. Así me enteré del acto de repudio que le hicieran a Orlando del Río, un Jefe de Máquinas muy querido por nosotros, creo que ya falleció, pero lo recuerdo con mucho cariño, fue un hombre muy simple. De la misma manera, le realizaron actos de repudio a muchos más, eran tiempos confusos, hubo mucho miedo y cobardía al mismo tiempo, ambas cosas no han desaparecido nunca de la mente de los cubanos, aquellas fueron las primeras lecciones.

Frente a la entrada de la Clínica Dependiente y estando a bordo de una guagua de la ruta 15 con dirección a Santos Suárez, pude ver como una turba de degenerados golpeaban a una anciana y a un muchacho que supongo haya sido su nieto, todo eso porque deseaban abandonar la isla solamente.

Uno de mis mejores amigos, era Oficial de uno de los Ferries que viajaban hasta Isla de Pinos. Estando atracados en Nueva Gerona y próximo a salir para La Habana, vio como una turba traía a una mujer con toda la ropa destruida y los senos al aire, el cuerpo lleno de hematomas, rasguños, mordidas, etc., Aquello lo marcó tanto, que posteriormente se convirtió en un ferviente opositor al régimen, ese hombre del que les hablo vive actualmente en Cuba y desde joven se había sumado a esa ola que envolvió a todo el mundo, en la misma que muchos navegamos en busca de un futuro.

En mi cuadra se fueron varios y el Comité no encontró quórum para realizar sus manifestaciones. De mi casa salió un cuñado, un trabajador que siempre había ayudado a su madre a mantener toda la familia, ese no era escoria como decía el gobierno. Al lado de la casa vivía un muchacho que había cumplido una sentencia de un año por delitos menores, lo fueron a buscar de noche y se lo llevaron. Nunca tuvo intenciones de abandonar la isla, pero a estas horas, debe estar aplaudiendo aquella decisión del gobierno de expulsarlo. En Miami rehízo su vida y construyó una familia, años más tarde regresó totalmente regenerado. En esa misma cuadra se marchó una Doctora, la molestábamos cada vez que nuestros hijos se enfermaban, no importaba la hora, ella estaba disponible para atendernos. La noche que fueron a buscarla, ella se encontraba realizando la guardia del Comité de Defensa. Luego nos enteramos que obligaron a su familia a pagar miles de dólares por su carrera, cuando en realidad, ya ella lo había pagado con su servicio social, esa tampoco era escoria como quisieron pintarlo. Alipio era un vecino que tenía un carro del 49, era de origen guajiro. Nosotros le comprábamos viandas al hombre para nuestros hijos, la que el gobierno era incapaz de ofertarnos, pero no solo eso, en esa cuadra todos disfrutamos de la generosidad de Alipio. A cualquier hora que lo molestaras para ir a un hospital, allí estaba el hombre dispuesto, no te cobraba nada y esperaba hasta que terminaras. El día de la salida, la chivata del Comité trató en vano de movilizar personas para hacerle un acto de repudio, ningún vecino asistió, pero hubo algo más en el caso de Alipio; le comieron el cerebro al hijo para que no se marchara. El muchacho renunció a su salida y al pasar el tiempo, no encontraba como mantenerse. Luego, algún cabrón se enamoró de su casa y le hicieron la vida amarga para que se largara, lo consiguieron.

En la cuadra más abajo vivió Carlitos, un agente de la policía que presentó la salida para abandonar el país. Esa era la gente que les dolía al gobierno, con ellos se ensañaban de verdad, nadie se enteraba de la salida de un delincuente, generalmente lo sacaban de madrugada. En el caso de los profesionales, contra ellos se descargó todo el odio del sistema. En fin, en mi opinión; la mayor parte de la escoria que abandonó la isla, fueron todos aquellos mandados por el gobierno. Relatos de abusos indiscriminados, son parte del testimonio de muchos cubanos, es una verdadera lástima que se pierda la memoria.

Del Mariel han pasado 20 años, todos hemos envejecido, menos el régimen que se mantiene intacto. La prensa cubana trató por todos los medios de ocultar siempre la cantidad exacta de cubanos que abandonaban la isla, solo al final de esa terrible campaña, coincidieron con las cifras dadas por los americanos. De aquel fracaso el régimen aprendió algo muy importante, tenía un arma en las manos con las cuales poder chantajear a cualquier Presidente americano. Un éxodo como aquel se repitió en el 94, pero no con embarcaciones que salieron desde Miami. Ahora serían en rústicas y débiles balsas que en muchas oportunidades no llegaron. Ante las narices de policías y agentes del gobierno salieron cientos de Eliancitos, para ellos no hubo reclamaciones ni marchas, se olvidaron que eran cubanos y niños, solo fueron unas víctimas de las manipulaciones políticas de un tirano. Esa válvula de escape la puede abrir cuando quiera y nuevamente se lanzarán al agua otros miles de cubanos que caerán en sus trampas, no bastan veinte mil visas al año para satisfacer a los que se sienten inconformes, ya sumamos dos millones, ¿cuántos más se sumarán?...


Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canada
2000-07-17


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Adolfo en 30 julio, 2014 en 12:53 pm dijo:
Esta bien Sadiel pero ten en cuenta que estas empezando, aún no eres escritor, eres un muchacjho osado que se atreve a meterse en este mundo, y eso es positivo para ti, y a lo mejor tienes buen futuro, pero ese buen futuro depende de tí, el escritor o periodista, el bueno, se tiene que acatar a la verdad, al menos la tuya, y para tratar temas complejos que no están a tu alcance, debes investigar o consultar antes de hacerlo público, porque debes saber que en el mundo occidental lo que importa es la noticia solamente para venderla, y es el ejemplo de la presunta muerte de Mariela Castro, otros escriben sus experiencias y sus experiencias no han sido positivas y por tanto escribe sobre ellas, pero si esas experiencias son en contra de la revolución al tú publicarlas te estas comprometiendo con ellas, y posiblemente esas experiencias fueron únicas en un gran contexto donde no todo salió bien pero si la mayoría de las cosas, hay gente que se dedican ver las manchas del Sol, y aunque ese Sol esté tapado por una nube y sea difícil de ver existe, hoy existen muchos problemas que preocupan a la juventud y a la vejentud, y que no es lo que pasó en el Mariel, ejemplo, ¿qué pasará en este país si seguimos con esa cultura a la “lucha”? ?si sigue la corrupción imperando? ¿qué pasará si algunos de esos nuevos ricos que desde ahora y habiendo sido gente de a pie se apartan del pueblo y llegaran al poder? esos son verdaderos peligros, y muy importantes.


Adolfo en 28 julio, 2014 en 1:41 pm dijo:
Se me olvidaba, ¿por qué el autor no comenta el desfile multitudinario del pueblo, no de delincuentes, agentes de la seguridad del estado etc, que se hizo el 17 de mayo frente a la embajada? Hay que decirlo todo si se es honesto


Adolfo en 28 julio, 2014 en 1:36 pm dijo:
Sadiel estas cogiendo un camino equivocado, publicar en tu bloq no tu verdad si no la verdad de otro, por muy distorsionada que sea, y que tenga un contenido contrarrevolucionario, te hace violar las normas de tu bloq, y recuerda tu bloq es tuyo, pero la plataforma en que te sostienes es del estado y a mi casa nadie va a hbalar mal de mi, te lo alerto.
Yo estuve en el Mariel en los hechos del Mariel, pero del otro lado fdui movilizado por el MININT, y mi versión es otra aaunque coincido que los actos de repudio se le fue de la mano y se perdió el control y muchas deudas personales se resolvieron a costa de los actos de repudio.
Ante todo Ernesto es un traidor, qué hacía Ernesto dentro de las filas del Partido, quien sabe a cuanta gente le hizo la vida un yogurt.
veamos los hechos, invaden a la sede diplomática en ese hecho muere un sencillo y humilde custodio, un vigilante de la PNR, eso se le olvidó al autor, las autoridades del Perú se niegan a devolverlos, amparando a homicidas, eso tambien se le olvida al autor, si eso quedaba así se iban a llenar todas las embajadas, con el peligro para la vida de todos los vigilantes, la decisión fue correcta se le quitó la custodia a todas las embajadas y de inmediato hubo una reacción de todos los paises , para que así no fuera, menos el del Perú, se llenó de gente, quítale los custodios a las embajadas de EEUU, en Mejico, El Salvador, Perú, etc, y verás como se llena, Cuba no opta por una acción comando con en la Embajada del Vaticano en el Perú, solamente se le vira la tortilla, pero el Gobierno del Perú no adopta la medida de acoger a esos ocupantes, tan ocupantes como los que entraron a la fuerza, ¿por qué hacer diferencia?, al contrario estos últimos entraron pacíficamente.
El gobierno del Perú no estuvo de acuerdo en que Cuba ayudara a los ocupantes, el gobierno del Perú dejó a su suerte a los que ocuparon su embajada, les dio la espalda y dejó que el gobierno de Cuba le diera solución, al principio se les llevó comida y la gente, los que estaban dentro, le arrebatabn la comida a los demás, después se decidió llevarles la comida y que niños y anciano salieran en orden hasta un panel en el exterior en donde coger la comida y cuando entraban lo arrebataban. Surge el salvoconducto con el cual salió todo el mundo, al principio hubo, represión por parte del pueblo, y se les puso guagua para sacarlo de los alrededores de la embajada. Yo estuve de guardia en el Fortán y la protección era para los emigrantes, había un gran círculo al cual sólo podían entrar los que emigraban, fuera del círculo la población gritando, mi función y la de otros compañeros conmigo era que pasaran hacia dentro del círculo y de allí al oficial de emigración que estaba en la puerta y ¡qué no entraran donde estaba el público! pues había quienes pensaban que era una cola en su nerviosismo.
Al Fontan podias entrarf y salir cuando tú, el emigrante lo quería hacer, cuando llegaba una embarcación al Mariel venía con una lista de gente a recoger, muchos de ellos, ni sabían que lo habían venido a buscar, salían a cualquier hora del día motocicletas que si mal no recuerdo eran júpiter llegaba a tu casa y te decían que estaban buscando muchos se enteraban en ese momento y ahí mismo se decidían o no, nadie fue obligado, a ningún médico se le dijo que tenían que pagar su carrera, después fui oficial de emigración y eso no estaba en el contenido de la entrevista, los actos de repudio surgen porque esa salida del país por la via del Mariel, tenía en el orden teórico una causa la muerte de un custodio de embajada y había que demostrarle al mundo que de la misma forma en que se iban gente, habían quienes los repudiaban, hay que ser bobo para no darse cuenta del objetivo político de ello. Hubo errores, hubo oportunismo de gentes, hubo gente que se corrompieron y vendieron actas de defunción, certificación de nacimientos, fueron los menos, todos los que entraron en el Mariel, o en su gran mayoría se pudieron ir, y como dice el autor que eran 10 000 fueron 10 mil que no pueden hacer el mismo cuento.
Sí se mandó a la escoria, pero amén de la actuación individual de algun agente de la policía, no era obligado, no se fue nadie con hechos de sangre, y aún asi hubos presos que no quisieron irse, es una gran mentira, una difamación que empezamos a vaciar los hospitales de dementes, aunque si entre los familiares reclamados había uno con esas dificultades y el encargado de su custodia lo decidía se lo permitían, sí vi abusos, vi gente extralimitarse y nosotros metiéndolos presos, eso pasa cuando ocurren hechos masivos que su origen fue la violencia. ¿qué hubiese pasado si no existiera la Ley de Ajuste Cubano? ¿qué pasaria si existiera la Ley de Ajuste Mejicano, Salvadoreño, o Haitiano, etc ? Espero que tú o el autor me responda


sadieldavid
en 28 julio, 2014 en 5:47 pm dijo:
mire,la verdad es que trato de traer a mi blog el pensar de otras personas no solo el mio,ok reflejo lo que puedo para que otros lean tambien lo que se habla en las redes sobre estos temas



Mariano Ochoa Poveda
en 28 julio, 2014 en 7:29 pm dijo:
sadieldavid manito, pero en verdad recomiendo investigar un poco mas a la hora de hablar sobre politica, porque nunca sabes como quedar bien, y a veces las redes internaciones, generalmente, hacen ver de un hecho de cuba todo lo contrario a como ocurrio.



Sadiel David en 27 julio, 2014 en 3:41 pm dijo:
soy un muchacho escritor el cual nunca ha publicado nunca,pues me propuse crear este blog para todos aquellos jovenes asi como yo comenten y hablen de sus experiencias y lo bien que les hace escribir sobre los temas importantes para la Juventud


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Síntesis biográfica del autor

CRONOLOGÍA DE UNA AVENTURA

                               CRONOLOGÍA DE UNA AVENTURA La vida para mí nunca ha dejado de ser una aventura, una extensa ...