CUBA, EL COSTO DE SU REVOLUCION.
( LA VIVIENDA )
…Un gobierno revolucionario resolvería el problema de
la vivienda rebajando resueltamente el cincuenta por ciento de los alquileres,
eximiendo de toda contribución a las casas habitadas por sus propios dueños,
triplicando los impuestos sobre las casas alquiladas, demoliendo las infernales
cuarterías para levantar en su lugar edificios modernos de muchas plantas y
financiando la construcción de viviendas en toda la Isla en escala nunca vista…
CUBA, EL COSTO DE SU REVOLUCION.
( LA VIVIENDA )
…Cuba podría albergar espléndidamente una población
tres veces mayor; no hay razón, pues, para que exista miseria entre sus
actuales habitantes. Los mercados debieran estar abarrotados de productos; las
despensas de las casas debieran estar llenas; todos los brazos podrían estar
produciendo laboriosamente…
Fragmentos del alegato de autodefensa realizado
durante el juicio por el asalto al Cuartel Moncada en Santiago de Cuba. El
documento es conocido como “La Historia me absolverá”. 18 de Octubre de 1953.
CINCUENTA Y CINCO AÑOS DESPUÉS.
El peor enemigo que ha tenido Castro lo ha sido
siempre el propio Castro, medio siglo de incesantes arengas cargadas de
promesas se suman a su famoso alegato. Si nos propusiéramos investigar sobre el
contenido de todos sus agotadores discursos, encontraremos una lista interminable
de todas aquellas promesas incumplidas y pudiéramos calificarlas de falsas.
Mentiras hábilmente manifestadas por un profesional orador, y que por supuesto,
acompañadas siempre con el tono populista del que se nutren las “masas”
desesperadas, condujeron nuestro país a la situación actual.
Mencionó durante aquel famoso alegato, la existencia
de unas doscientas cincuenta mil viviendas en mal estado, las agrupó en
cuarterías, solares, bohíos, etc. La cifra mencionada puede ser considerada
dudosa, si se tiene en cuenta la tendencia que siempre tuvo ese régimen y él en
particular a la exageración. Tomemos como ejemplo los veinte mil muertos que se
le achacan al régimen de Batista durante sus períodos de gobiernos. Los
historiadores e investigadores se encargaron de desmentir esas cifras,
reduciéndolas a los tres mil quinientos o setecientos, citando nombres y
apellidos de las víctimas comprendidas en ambas bandas beligerantes. Conociendo
como ha funcionado ese sistema, puede dudarse de la veracidad relacionada con
estadísticas hechas públicas.
Hoy, cincuenta y cinco años después de aquel discurso
y miles realizados durante su mandato, el gobierno cubano manifiesta a través
de su prensa lo siguiente: En La Habana hay cerca de mil edificios “en estado
crítico”, con unas 8.000 viviendas que alojan a cerca de 26.000 personas, y no
hay madera suficiente para apuntalarlas y evitar su derrumbe, informó este
miércoles el diario oficialista Juventud Rebelde.
Conociendo de las habilidades demostradas en las
manipulaciones de cifras, nosotros los cubanos sabemos que las ofrecidas por el
gobierno se encuentran pendientes de multiplicación. Lo cierto es que La Habana
se derrumba poco a poco ante nuestras narices, debido el desinterés e
indolencia del régimen que ha gobernado en la isla durante medio siglo. Hoy no
hay madera para apuntalar nuestros edificios, ayer, la flota mercante cubana se
encargaba de transportar el cemento producido en el país con destino a la
exportación. Por si fuera poco, el acero utilizado en la construcción se
importaba desde la Unión Soviética y luego era revendido a diferentes países,
yo participé en esas transportaciones. Mientras tanto, el ciudadano cubano se
sometía a injustificados sacrificios y nunca pudo resolver el problema de su
vivienda.
Cincuenta y cinco años después de aquel discurso prometedor, no solo proliferaron las villas de miserias en Cuba. Varias generaciones de cubanos se han visto obligados a convivir en condiciones infrahumanas bajo el mismo techo, y lo peor de todo, se ha destruido el patrimonio de toda una nación. El legado dejado por ese régimen a las futuras generaciones de cubanos es desolador, se necesitará el paso de muchos años para reconstruir al país y levantarlo de sus cenizas como el Ave de Fénix. Ese es otro de los precios pagados por los cubanos en una loca aventura llamada “Revolución”.
Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá.
2008-05-06
Y si tenéis por rey a un déspota, deberéis
destronarlo, pero comprobad que el trono que erigiera en vuestro interior ha
sido antes destruido.
Jalil Gibrán.
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