Visitas recibidas en la Peña

sábado, 22 de julio de 2023

SOMBRAS

    Sombras




Busco la sombra de un sueño,
la que pueda producir un beso,
aquella que se refleje en el suelo,
no solo cuando exprese amor,
busco la sombra de un beso, cuando beso.

Quisiera hallar la sombra del mar,
y que ella alivie del sol a mis muertos,
para que no mueran de sed como en el desierto,
que su nube de oscuridad alcance a un árbol,
y que allí, protegida por el placer de ese crepúsculo,
anide una gaviota sin arenas, 
sin tener que volar tan lejos.

Busco la sombra del principio y un fin,
la de una bala o las alas de un colibrí,
una sombra con el color de la esperanza,
que oculte la amargura del dolor,
con la imagen de los recuerdos,
una sombra dulce que me rescate del sufrimiento.

Busco la sombra de un sueño,
y que en su vuelo no se confunda en pesadilla,
la de una voz que una vez tuvo dueño,
dueño sin necesidad de mendigar un verbo.

Ando sediento y no me detengo,
el sol castiga mi espalda, hiere mis sentimientos,
no llevo sombrero y se evaporan mis pensamientos,
en el piso no existe nada, no soy yo,
vago por una calle que conocí y por ella, miro, 
andan amigos que no tienen sombra como yo.
sus voces viajan sin eco, hablan temblando, sin verbos.

Trato de encontrar la sombra del viento,
y solo una música extraña encuentro,
es cantada en una lengua que no entiendo,
veo a un viejo jugando en la acera,
es tan anciano como yo y no lo comprendo.

Pienso que una vez jugamos,
pero el recuerdo carece de sombras,
dice que allí donde juega nacen y se van, 
no me entiende tampoco,
no interrumpe su juego, quizás su sueño,
nunca tiene sombra, la acera carece de ella,
las nalgas no dejan huellas, no sirve su arcilla.

Tengo miedo, siento espanto, un día me voy,
no está muy lejos, tengo temor de no dejar sombras,
no hay luz, no pueden producirse sueños, nadie duerme,
no hay sueños, no existe el verbo y las voces no tienen eco,
busco la sombra de una bala o la de un beso, cuando beso,
mejor despierto.



¡Cumbéala!
¡Canten, conmigo canten! ¡Hagamos una canción que se levante! (Sin metro, sin eco)

Con permiso de Don Polo Montañez



                 
                  Esteban Casañas Lostal.
                  Montreal..Canadá.
                  2011-06-14




xxxxxxxxx

domingo, 16 de julio de 2023

MARIPOSA

 

MARIPOSA




 

 

-¿Por qué lloras mariposa? Preguntó una flor.

 

-Lloro porque deseo ser un ave,

 

tener grandes alas y volar hasta el cielo.

 

-Qué consuelo para todas nosotras,

 

quienes vivimos ancladas a este suelo,

 

y para el pobre jardinero que tampoco tiene alas,

 

sin embargo, siendo viejo y jorobado,

 

nos riega y canta cada mañana.

 

-¿Lloras por ser un gavilán?

 

Qué tonta eres, él no tiene tus colores,

 

tampoco puede vivir entre las flores.

 

¡Deja de llorar y vuela mariposa!

 

Alegra nuestro jardín y disfruta nuestros olores,

 

no por volar alto se puede conquistar el cielo.

 

Luego... viajarás muy lejos,

 

lo harás en el espacio y el tiempo,

 

volarás en el recuerdo de todos los que te quisieron.

 

¡Vuela, mariposa! ¡Comparte tus colores con las rosas!

 

 

 

 

 

Esteban Casañas Lostal.

Montreal..Canadá

10-3-2001

 

 

xxxxxxxxx


lunes, 10 de julio de 2023

EL AMOR ES COMO UN ARBOL.


EL AMOR ES COMO UN ARBOL 





El amor es como un árbol, cuando es joven crece vigoroso y siempre está verde. Nunca se deshoja en otoño, solo conoce la primavera. Es así cuando se riega con amor, entonces, en sus ramas se anidan sueños y esperanzas, muchas promesas. Si un día dejas de regarlo o equivocas el líquido que lo alimenta, comenzará a perder su color hasta perder las hojas. Como aves, abandonarán sus nidos aquellos sueños que una vez le dieran vida. Cada duda o mentira serán demasiado peso para sus ramas y el árbol morirá.



Esteban Casañas Lostal

Montreal..Canadá

2014-07-05

 

 

xxxxxxxxx

 


domingo, 9 de julio de 2023

Ñoñerías

 

Ñoñerías

 



Bájate del auto, desnuda o vestida, nadie te observará, tú no formas parte de ese mundo, al menos de sus prioridades. Anda a la velocidad de tus espantos y mira hacia todos lados. ¿Qué ves? Si no ves un parque, un niño, el perro meando un árbol, al mendigo empujando un carrito donde carga su pasado. Si elevas la mirada y nunca puedes ver el sol, el vuelo de una mariposa, la mirada orgullosa de una puta trasnochada. Si no escuchas el escándalo del marino borracho que busca su nave o la plegaria del cura pedófilo que envenena la sangre. Si en tu marcha nunca chocas con un río o el mar no te ofrece un concierto con sus olas, si en el cielo no confundes gaviotas con palomas. Si nunca ríes, lloras, te lamentas, condueles, amas, sientes compasión, dolor, piedad, inocencia. Si no te place perdonar y llevas como equipaje los rencores de un pasado cercano o distante. Si no distingues los colores de un arcoíris, ni los olores de las flores o el vapor de la marisma que unos años más tarde se destila por los poros. Si el viento nunca acarició tu rostro y tus labios secos nunca han dado un beso. Cuando sientas que tus ojos son inválidos y nunca derraman una lágrima por el sufrimiento ajeno. Cuando experimentes todo esto, te aseguro que habrás aprendido a vivir sin mí. Solo puedo asegurarte una cosa, nunca lograrás aprenderlo, desafortunadamente para ti, eres igual que yo. No puedes andar con los ojos ciegos, los oídos sordos y el corazón tan seco.

 

El sol sale, se apura, tal vez sienta vergüenza por encontrarnos desnudos en la arena y sentados junto a un viejo piano, cómplice de nuestras penas y poemas. Allí, encueros, como Dios nos trajo al mundo o, nosotros desnudos e inocentes pusimos ese mundo en sus manos. Tetas y nalgas incluidas para hacernos tal cual él nos concibió, unos desalmados, mendigos de placeres y escándalos mojados siempre con semen. El sol se pone y borrachos por nuestras lujurias no nos percatamos que se hundiera entre mareas de edificios que nos ocultan el horizonte.

 

No te apures, sueña, imagínate sentada al piano desnuda y yo junto a ti. Piensa que ese piano se encuentra clavado en la arena y frente a nosotros el sol corre, siente vergüenza, no calienta. Sueña que algunas gotas de rocío corren por tu espalda y yo las persigo con mi lengua. Piensa que soy así de loco y tú eres mi poema. Las gotas se pierden entre tus nalgas o se evaporan, ardes sin que se vean las llamas.

 

No te apures, resiste aquella humedad que el sol no secará, nos queda parte del día para amar. ¿Vaciamos nuestras sombras?, ¿nos cobijamos bajo tu alfombra? ¿La arena cubrirá nuestras entregas? ¿Cómo la sábana empercudida trata de lavar las faltas de una puta honrada? ¿Será prostituida nuestra memoria? ¡Ay amor! ¿Qué mierdas sueño en medio de mi soledad? La soledad es mala compañera, es traidora.

 

¿Tenemos amaneceres pendientes? ¿Cómo ortos que nunca sucedieron y ocasos cagados en el vertedero de nuestras fingidas faltas de memoria?

¿Amanecer que te debo y me debes?

Te debo el sol y antes, cada crepúsculo que te arranque algo, aunque sean putas penas.

 

No me mires, no me escuches, no sientas mi presencia con tu olfato. No huelo y mis pasos son sordos, mis huellas vuelan con el viento, nadie sabe a dónde. Buscan el sonido de un piano que una vez fueron clavados en la arena, el mar celoso se los llevó y hoy andan a la deriva, quién pudiera saberlo.

 

Viviendo así, pudriéndome en tus desvelos o el vuelo equivocado de una estúpida paloma. Yo le haría el amor a una loca, se lo haría si ella tocara piano y entre notas, soñara una sinfonía distinta al del pájaro que confundía el mar y el cielo en pleno vuelo.

 

Yo le haría el amor a una loca, no a una cualquiera, lo haría con una que me contamine su locura.

Yo le haría el amor a esa loca, solo a una. La que sea capaz de hacerme perder los estribos, sin extenderse más allá de su braga y entre las piernas no tuviera lucidez o memoria. Pobre tiempo que nunca ha existido en su mundo, porque allí no existe claridad o sol, ni el tictac de un reloj que pueda contar al revés.

Yo le haría el amor a una loca, una dulce enferma que me saque la lengua y con la pícara armonía de sus labios me arranque la cordura. Solo a aquella que tenga mariposas en su barriga y comparta el vuelo con ellas.

Yo le haría el amor a una loca, o tengo dudas, ella lo hará primero y una vez contagiado con su locura. Gritaré a todos los vientos que no deseo estar sano, quiero estar loco como ella.

 

Tenemos amaneceres pendientes preñados de ñoñerías. No tienes que escribir tanto, me lo pagas con música un día. Estaremos en paños menores y cada nota desafinada de tu piano, podrá interpretarse como el lamento o quejido ángeles que han extraviado sus plumas.

El sol sale, se apura, tal vez sienta vergüenza por encontrarnos desnudos en la arena, sentados junto al viejo piano que se convierte en cómplice de nuestras penas y poemas. Todo está inmóvil, no sopla el viento, nadie toca sus teclas, silencio.

 

¿Puedo pedirte algo? Ya llegué, no me detengas, solo controla mis animales impulsos como hiciste antes. Allí, déjame besarte hasta el cansancio, si es que alguna vez pudiera agotarme, si alguna vez te besé.

Déjame respirar profundamente para llenar mis pulmones con el aroma de la vida que me regalaste antes y después, deja calmar esta vieja sed que padezco. Beberé y luego, cuando seque ese maravilloso manantial, regresaré a tus labios.

¿Puedo pedirte algo? Hagamos el amor como tantas veces y después inventemos, solo después para no mancharnos. No me detengas en el ombligo y déjame llegar, estoy desesperado. Eso sí, controla toda mi pasión para que no marchite aquel hermoso recuerdo que guardo tanto.

¿Puedo pedirte algo? No dejes de ser la loquita que siempre fuiste. Si lo haces, tú no eres tú y yo no me sentiré el mismo. Por caprichos de la mente regreso sobre mis pasos, después de los senos haré una pausa en tu ombligo, ¿otra vez? Beso tus senos, hoy algo más agotados que antes, quizás extenuados por su uso, pero igualmente bellos. Los beso y me amamanto.

¿Puedo pedirte algo? Besa los míos, hazlo como mi primera vez. Te pido de paso me recuerdes lo que me enseñaste en medio de un bosque de sargazos.

¿Puedo pedirte algo? No pido mucho. Una de aquellas caricias, no una cualquiera, acaríciame primero con tu pelo. ¿Puedo seguir pidiendo? No me regales nada, porque cuando lo hagas, vas a devolverme lo que fue mío. En cambio, te ofrezco el océano de mis sueños o la galerna que me destroza el pecho.

 

Te brindo este amor a destiempo hilvanado con besos planos, secos y coloridos que no saltan la muralla de tus labios. Te brindo este amor al garete entre mis venas que como nave fantasma busca abrigo en tus senos. Te brindo lo que no tengo, porque la vida se me escapa como agua salada entre los dedos.

Te brindo una mirada, no una cualquiera, solo aquella que se pierde dentro de un túnel blanco, embajada de mi último sueño.

Te brindo un cuerpo maltratado, escoltado por miles de caballitos de mar y calamares que iluminen mi camino oscuro y agotado.

Te brindo sin embargo, un corazón joven para mis décadas y un alma que ha resucitado con tu imagen a mi lado. Te brindo.

Te brindo un beso que extienda tu vida más allá de mi sombra, cuando el sol no brille tanto. Te brindo

Te brindo un oído que ha perdido la sordera con tu música. Tu música beso.

Te brindo lo que no tengo, porque desde que te conocí nada es mío, ni mis pasos tienen ecos, ni mi aliento huele a tabaco, ni mis ojos pueden mirar a través de tu velo.

Te brindo mi última luna, la pasión de mis pleamares, las locuras de mis aventuras. Te lo brindo todo, lo que tengo y no tengo. Te lo brindo todo a cambio de un beso y cuando menos, una de las perlas que se esconden en tu boca. Silencio y palabras que muy bien pueden ser mi concierto. Concierto feliz para una dulce gaviota, gorrioncillo que picotea mis labios.

Te brindo, no sé. ¿Qué pudiera brindarte? Quizás alguna palabra limpia o sucia. Un gemido tibio y tierno, el ay de un concierto que nadie escucha.

¿Qué pudiera brindarte? ¿La miel de mis ojos? Los brindaría si tu vida dependiera de quedarme ciego.

Te brindo, me queda muy poco, apenas tengo algo. Te regalo o cambio mi alegría por la suma de tus penas, no me interesa si son pesadas. Deben traer de ti un beso

 

-¿Tienes polola? Me preguntaste esa tarde.

-¿Tienes pololo? Te pregunté mientras empujo suavemente el columpio del parque y tú empujas el tuyo.

-¡No tengo polola! Respondí muy nervioso y el columpio rozó mi pecho.

-¡No tengo pololo! Respondiste y giraste el rostro, el columpio golpeó tu pierna, me agaché para observarla.

-¿Pololeamos? Te pregunté y el columpio chocó con mi cabeza.

-Mejor nos vamos cada uno a casa, nuestros nietos llegarán del trabajo, ya les dedicamos un rato en el parque.

-¡Mira que estás ñoña!

-¡Mira que estás ñoño!

-¿Regresas mañana?

-¡Quién sabe! No sé si escuche el tictac del reloj que cuenta al revés.

-¡Pobre tiempo que no ha existido en su mundo!

 

Ambos se marcharon por rumbos divergentes y sus pasos no dejaron huellas, el sol no reflejó sus sombras en el suelo. Los columpios se movieron vacíos y a lo lejos, se escuchó la pitada larga de un barco acompañada por un piano.

 

 

 

Esteban Casañas Lostal.

Montreal..Canadá

2014-05-27

 

 

 

"Y si tenéis por rey a un déspota, deberéis destronarlo, pero comprobad que el trono que erigiera en vuestro interior ha sido antes destruido".

Jalil Gibrán.

 

 

 

xxxxxxxx


Síntesis biográfica del autor

CRONOLOGÍA DE UNA AVENTURA

                               CRONOLOGÍA DE UNA AVENTURA La vida para mí nunca ha dejado de ser una aventura, una extensa ...