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viernes, 12 de noviembre de 2021

ANGOLA: LA MISIÓN, LOS “MISIONEROS”

 

ANGOLA: LA MISIÓN, LOS “MISIONEROS”




 

De nuestros pasos por Angola se ha escrito en Cuba lo que a ellos les conviene, las páginas negras de esas historias se mantienen selladas por intereses del régimen en ocultar lo sucedido y por el silencio de sus protagonistas motivado por sus miedos. Mutismo provocado por la complicidad de muchos simpatizantes en la isla y el mundo, vergüenza para demasiados, méritos de unos cuantos degenerados.

 

Durante el año y medio que permanecí en aquel país, evité a toda costa mis contactos con el personal civil. En la misma medida que los detestaba, me compadecía por la suerte de los miles de soldaditos que llegaron hasta allí impulsados por razones absurdas, sentimientos confundidos que más tarde provocaron muchos arrepentimientos. Unos lo hicieron por conocer un nuevo país, comprarse alguna radiograbadora, salir de la enorme jaula existente en la isla, simplemente por aventureros y, puede que exista algún confundido que no interpretara bien el significado de la palabra “internacionalista” y se identificara con ella.

 

Un grupito de tripulantes del grupito que éramos, (cubanos, por supuesto), apadrinamos a un grupo de estos soldaditos que radicaban en el campamento militar de Viana, creo que ese era el nombre correcto. Semanalmente llevábamos a tres o cuatro de aquellos muchachos para que se pasaran dos días a bordo del buque “N'Gola”, gesto muy bien aceptado por ellos y que les servía para “refrescar” un poco. Entre tragos, nos contaban todas sus desgracias y penas, nos conmovían y a la vez, nos sobrecargaban de energía negativa. Todos ellos deben ser viejos en la actualidad, si es que pudieron sobrevivir.

 

Veo frecuentemente imágenes de unos viejos hijos de putas con sus pechos adornados, como si se trataran de arbolitos de Navidad, con toda una retahíla de medallitas de aluminio, son felices con esas mierdas. Luego, veo otras fotos con esos viejos cargando palos y vociferando consignas contra los jóvenes que no desean seguir sus ejemplos. ¡Que hijos de mala madre!

 

No todo se ha escrito sobre algunos de esos miserables que vacacionaron en Angola y colaboraron en su destrucción. No todos fueron héroes, no todos combatieron y solo sirvieron para trasladar a ese país nuestras cargas de miseria. Porque después de ellos, esa tierra fue mucho más pobre que cuando era colonia portuguesa. Imaginen por un solo instante que hubo personajes cuyas misiones fueron implantar los CDR, FMC, CTC, UJC, PCC, etc., cada uno de ellos representaban a esas organizaciones. Falta agregar también en esa manada a las representaciones de los ministerios y otros organismos de corte económica. O sea, se estaba implantando un sistema que era copia fotostática del existente en la isla. Estos degenerados, no conformes con el fracaso existente en nuestra casa, lo compartían muy felices en otros países. Ejemplos sobran y se destacan Venezuela, Nicaragua, Etiopia, Mozambique, etc., y etc. Cuba ha producido hijos de putas e ineptos para satisfacer la demanda mundial y su poder destructivo esta más que demostrado. No sé a cuál “continuidad” se refieran en la isla y menos comprendo a esos mal paridos que hoy marchan con el calzoncillo cagado apoyándolo.

 

Bueno, les hablaré del “Comité de Recepción de Luanda”, al que seguramente perteneció algunos de esos “enmedallados” y muertos de hambre. En este comité hay que distinguir al jodedor que realizaba esa función como si fuera un “trabajo voluntario” y al degenerado que lo hacía cumpliendo órdenes. Resulta que estos individuos, sin conexiones entre sí, iban por sus medios semanalmente a recibir al vuelo de Cubana de Aviación en el aeropuerto de Luanda. Operación que se realizaba sin ningún trato protocolar, salvo, si ya se estaba esperando a una mujer en particular, funcionaria, amiguita o queridita de algún pincho, etc. En este último caso ya todo estaba cuadrado, recogían a su presa y la transportaban hasta el lugar elegido por sus jefes, un buen apartamento, casa, hotel Presidente o al mismo domicilio del dirigente. Esta era una de las misiones cumplidas por algunos de esos viejos hijos de putas con medallitas en el pecho, hoy con algún palo en los manos listos para agredir a jóvenes que se rebelen o reclamen sus derechos. O sea, sus misiones eran buscarles jevas a sus jefes, no solo las que llegaban en el vuelo de Cubana semanalmente. Si el dirigente asistía a cualquier actividad donde existiera la presencia de mujeres y le gustara alguna de ellas, se lo comunicaba al jefe de su escolta y este se encargaría de la captación o convencimiento de la presa para que visitara al dirigente.

 

—Mi jefe quiere conocerte -le dijo un día un escolta a una blanca tan hermosa que paraba un tren, yo la conocí personalmente y fue quien me narró esta historia.

 

—¿Quién es tu jefe? -preguntó ella muy serena.

 

—El ministro Levi Farah, quiere que vengas conmigo a su apartamento.

 

—¡Mira, dile a tu jefecito o ministro que si desea conocerme tiene que venir en persona! Yo no sé cómo puede haber hombres que acepten el trabajo de buscarles queridas a sus jefes. Es muy extraña tu misión internacionalista, ¿no crees?

 

Aquel caso fue muy sonado entre los allegados a esa hermosa mujer de la que no recuerdo su nombre y participó en una fiesta que me hicieron varios amigos como despedida antes de partir de vacaciones a Cuba. Hacia solo unos días yo había visitado el feudo de Levi Farah durante su permanencia en Luanda, no lo hice solo, ya lo he comentado en otro trabajo. Llegué hasta allí con mi amigo Manolito Balsa, quien, a su vez, era amigo de uno de los hermanos De La Guardia, no recuerdo cuál de ellos, éste era el jefe de la escolta de Risquet, jefe de la Misión Cubana en aquellos tiempos.

 

Resulta que Levi Farah tenía para vivir durante su “misión” en Angola, nada más y nada menos que dos pisos de un edificio con un gimnasio incluido. Gimnasio que no utilizaba anárquicamente, se unió a nosotros durante la visita un individuo que resulto ser su profesor de “educación física”, esa era la “misión internacionalista” de aquel güevón. Quizás haya guindado el piojo o, sea de los comemierdas que anden cargando medallitas en el pecho los días festivos.

 

—¡Coño, me parece que te conozco! Le dije a un individuo al que estuve observando durante varios minutos en una visita que hice a un amigo mío en 21 y G-Vedado. Ya habían transcurrido varios años de mi aventura en Angola.

 

—No lo creo, tu cara no me resulta conocida

-respondió el tipo algo nervioso y no dejé de observarlo.

 

—Pues a mí me parece que sí, raramente me equivoco. Ya te diré dentro de unos minutos, yo tengo una memoria fotográfica. No le mentía, yo poseía una memoria más peligrosa que el Google actual en esos tiempos juveniles, privilegio concedido por Dios y que hoy comienza a sufrir los embates de los años. Tampoco me asusta mucho, se borran los recuerdos presentes con algo de facilidad, mientras los viejos permanecen congelados como un durofrío en las cámaras de mi mente. La conversación entre los presentes continuó con fluidez, ya saben, algo elevados de tono hasta el momento que encontré la respuesta en mis archivos.

 

—¡Compadre, yo te dije que te conocía y fallo muy poco en mis sentencias! Tú eras el instructor de deportes privado de Levi Farah en Luanda. Yo no sé si se cagó al escucharme, lo cierto es que a los pocos minutos inventó un pretexto para retirarse. Cuando se despedía tuve deseos de decirle algo a aquel parásito revolucionario.

 

Ya les mencioné al equipo o Comité de Recepción en Luanda que actuaba por cuenta propia, algunos de ellos eran unos jodedores que luchaban en buena lid un huequito tibio donde enterrar al muñeco. Sus métodos de lucha eran muy simples, le tiraban un vistazo a las pasajeras que desembarcaban y seguían al vehículo que las transportaba hasta el “predio” sede del organismo que las llevó hasta ese país. A partir del día siguiente frecuentarían ese edificio buscando las mil maneras de conquistar a su presa, este era un método sano de luchar al que nunca me atrevería a criticar. Sin embargo, paralelos a ellos y en apariencias independientes, jugaba otro equipo cuyas luchas no eran nada justas o saludables.

 

Estos hijos de putas desarrollaban el mismo método de los jodedores, o sea, seguían al vehículo de sus posibles presas hasta la sede del organismo en cuestión y, a partir del día siguiente, desarrollaban un criminal acoso contra sus víctimas. ¡Vamos a ver! Nadie es santo o perfecto tampoco, las mujeres que patinaron en este caso lo hicieron por voluntad propia. La cuestión es que estos tipos poseían cierto poder o algún grado de influencias para proceder como lo hacían. El método de presión o chantaje más común utilizado contra sus víctimas siempre fue el traslado de ellas hacia otras provincias. Claro, luego de demonizar las condiciones de vida alejadas de la capital, unas veces ciertas y otras muy exageradas.

 

No era necesario presionar mucho tampoco, estamos hablando de mujeres que arribaron a ese país con pensamientos o ambiciones similares a las de muchos hombres. Algunas de ellas dejaron en su estela el hogar con su esposo e hijos incluidos. Muy patriotas y partidistas ellas, exageradamente comprensible y complaciente el marido, quien durante un año jugaría el rol de mamá y papá. Hay que ver el grado de militancia o partidismo que alcanzó el macho cubano a solo unos 16 años de dominio castrista. Luego de sufrir crueles ataques y ser acusado de furibundo o empedernido machista por todos los medios de difusión existentes, batallas donde participó un ala bastante amplia de la intelectualidad cubana. Aquel machote cubano fue reducido a la estatura de un pobre mariconcito que, entregaba con gusto su esposa a sus jefes ideológicos. Es probable que hoy se encuentren comprendidos en esas brigaditas de respuesta rápida, muy dispuestos a atacar a la juventud que desea desmarcarse de estas pajarerías. Si la mamá de los que están leyendo estas líneas participó en alguna de aquellas misiones en Angola, yo les recomiendo para que no se sientan heridos, las incluyan en el escaso porcentaje de mujeres que no metieron un patinazo. ¿Estamos hablando de igualdad de género? ¿No hablamos de igualdad de derechos? ¿No se luchó para que la mujer y el hombre disfrutaran los mismos privilegios? Entonces, si no vivió aquella película, les recomiendo que se queden calladitos. Esto fue lo que nos tocó a los de abajo, no a todos, hablo de aquellos hombrecitos que se transformaron en mamá.

 

Pues sí, sin ánimos de ofender a nuestras mujeres, seres humanos como los hombres y con esa carga indispensable de virtudes y defectos, ellas supieron escribir algunas importantes páginas negras de aquella macabra historia que aún se mantiene oculta, porque en esto de los secretismos, estos castristas son bien expertos. Ya vimos como el 27 de Mayo del 2021, el actual presidente angolano pidió perdón a su pueblo por la masacre desatada por fuerzas cubanas y angolanas contra su gente. Ese silencio fue tan perfecto, que yo arribé a ese país unos dos meses después y me vengo a enterar ahora.

 

Mucho se ha hablado del carácter “internacionalista” de nuestro pueblo en cada una de las injerencias realizadas por el mundo, se acusa de paso a nuestra gente de “mercenaria” cuando muestra su inconformidad con ese sistema. Lo peor, abundan fotos de esos viejos cagones de los que hago referencia con sus medallitas de aluminio y vociferando amenazas contra nuestra juventud. Para la prensa y organizaciones políticas todos los que participaron en estas aventuras son “héroes o mártires” internacionalistas. No leerán nunca una línea haciendo referencia de los bandoleros, pícaros, traficantes, violadores, ladrones, chivatos, oportunistas, etc., quienes formaron una parte muy importante de la sociedad de sus tiempos. No todos pelearon o perdieron sus vidas en batallas, eso sí, muchos fueron cómplices de todos los males transportados hasta esa costa en nuestros barcos o aviones.

 

Quince años sacrificando las vidas de nuestra gente, solo sirvieron para arruinar a dos países. En el caso de Angola y luego del fracaso vivido, les entregaron un país hambreado y destruido. ¡Oh, se me olvidaba! Le regalaron a la mujer mas rica de toda África. ¡Que casualidad! Es la hija del expresidente José Eduardo dos Santos, quien se mantuvo en el poder durante 38 años. Todavía hay idiotas que se dejan seducir por esta manga de cabrones, siguen creyendo en el futuro que les venden y cantan loas a una “continuidad” que hace decenas de años perdió el rumbo.

 

¡Patria y Vida!

 

 

Esteban Casañas Lostal.

Montreal..Canadá.

2021-11-12

 

 

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1 comentario:

  1. Ante todo Bienvenido en tu regreso a facebook El famoso predio de Luanda muy conocido por nosotros Es pura verdad del chantaje de los jefes para satisfacer sus apetitos sexuales, tambien habian jineteras internacionalistas, la pacotilla resolvia el encuentro sex y por su puesto la botellikta de curda para las parrandas con happy final.

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