LA
OTRA CARA DE LA MONEDA
Recientemente el boxeador cubano Loren Berto Alfonso,
nacionalizado azerí, tuvo un gesto admirable durante su participación en el
Mundial de Boxeo en Serbia. ¡Ojo! Admirable para unos, detestable para otros,
el arcoíris cubano posee mas colores que el mostrado por la naturaleza. Loren
logró vencer por decisión dividida a su compatriota Herich Ruiz y en el momento
que anunciaban su victoria abrazó a su oponente, un cubano que defendía su
bandera. Loren, cubano también, peleaba defendiendo la bandera de Azerbaiyán.
Ese hermoso gesto fue muy bien acogido por la prensa
internacional y aplaudido por miles de compatriotas dispersos por el mundo. Fue
una señal muy deportiva por parte del atleta cubano con residencia bien lejana
al Caribe, muy noble y profesional, pienso. Ese abrazo no tuviera mucha
relevancia o se hubiera visto con mas normalidad, si no se tratara de un evento
poco común desarrollado entre dos mundos tan opuestos. Me refiero al del atleta
que vive en entera libertad y la de su oponente viviendo bajo una dictadura. Vale
la pena señalar que además de nobleza y profesionalidad deportiva, ese gesto de
Loren abraza mucha valentía y me explico.
Una acción como esta, desarrollada en un ambiente
crispado por el rechazo y me atrevo a decir con cierta dosis de odio alimentado
por el régimen de La Habana, muy bien pudo despertar la ira, crítica y condena
de quienes se oponen con verticalidad a ese sistema. Sin embargo, no ha sido así
y si existieron manifestaciones contrarias a la admiración o respeto por la decisión
del boxeador en la diáspora, simplemente no ha tenido repercusión. El abrazo se
extendió también a los entrenadores e imagino la sorpresa recibida ante esa acción
espontanea de un oponente deportivo e ideológico. Porque, aunque muchos se
empeñen en manifestar que el arte, deporte y otras actividades de la vida
humana no son de carácter político, saben que en el caso cubano no es así y
mienten por cobardes. En Cuba es politizado hasta el aire que se respira.
Bueno, toda moneda tiene dos caras y en este caso
acude a mi mente una sola pregunta. ¿Tendrán valor suficiente los atletas
cubanos de la isla para actuar de igual manera que el boxeador Loren? Por el
momento lo dudo, una acción aislada podría considerarse similar a la de un kamikaze,
un verdadero acto de suicidio. Hacerlo desde la isla es casi imposible, es difícil
que coincidan en el lugar uno y otro. Luego, cada delegación que parte al extranjero
lo hace escoltada por un numeroso grupo de agentes disfrazados. Solo les quedarían
dos opciones, hacerlo público como lo hizo el boxeador Loren y en ese caso el
autor de tal desafío se enfrentaría a un exilio forzado o pagar por su acción al
regreso. La otra opción sería que esa acción se realizara colectivamente como
si se tratara de una rebelión pacífica, pero tampoco lo creo. Algo así solo harían
los jóvenes que no están comprometidos con el régimen y tampoco tienen nada que
perder, como los participantes de las manifestaciones de Julio y posiblemente
los que han anunciado una marcha este 15 de Noviembre.
Si nada de esto ocurriera, tendrían que esperar a que
el gobierno los autorice tener contactos con cubanos en el exterior. Nada de
esto es asombroso y menos una especulación, sería bueno que tanto los padres y
abuelos les cuenten a sus hijos los antecedentes de esta situación que menciono.
Si acaso lo han olvidado les voy a facilitar el pie de rima para que compongan sus decimas: “¿Ha
mantenido correspondencia con su familia en el exterior?” Esta pregunta
desconocida para las nuevas generaciones formó parte de un largo cuestionario
aparecido en todas las planillas para optar por un trabajo o escuela en la década
de los 60. ¡Díganle a sus abuelitos y padres que les cuenten!
Después y con un poco mas de calma, transporten esta
cara de la otra moneda a otros campos de la vida en cualquier sociedad. Digamos
a los artistas, intelectuales, científicos y hasta nuestro ramo, el de los
marinos. En bastantes oportunidades salían corriendo cuando se encontraban
accidentalmente conmigo en las calles de Montreal, hay mucho para contar y en
nada se parece a esos puentes de amorcito o cariñito mencionados por el régimen
o sus tarugos del lado de acá.
Ustedes deciden, yo lo hice hace muchos años.
“PATRIA
Y VIDA”
Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá.
2021-11-07
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