ESTAFAS EN RECARGAS DE CELULARES EN CUBA
Una oleada de nuevos videos recorre el ciber espacio,
mucha es la gente disgustada por los vulgares robos cometidos por la compañía telefónica
de la isla llamada ETECSA. Vale distinguir o separar a esas victimas en dos
grupos; a).- Quienes les recargan con frecuencia los celulares a sus parientes
desde el extranjero. b).- Quienes carecen de parientes en el extranjero y se
los recargan con muchos sacrificios. Estos últimos deben ser los mas dolidos si
tenemos en cuenta los bajos salarios que reciben y el alto precio que les
ofrece esa compañía por un pésimo servicio.
¿Creen que es ahora cuando comenzó este robo?
Afortunadamente y con la llegada de los celulares y la tecnología, la gente va
perdiendo su inocencia. Los ayudan ese contacto directo con el mundo exterior y
el tiempo que les sobra para estudiar a fondo esos aparaticos llegados a sus manos.
Lamento decirles a los que piensan que, ese acto de descarado vandalismo es
nuevo, pues están verdaderamente equivocados. Cuba ha estado robando durante
muchos años en este terreno, solo que las victimas fueron solo los parientes
que viven en el extranjero y, como es de suponer, nunca realizaron reclamo o
demanda alguna por esa fechoría del régimen. Ese acto de resignación tiene explicación
y el gobierno lo domina muy bien. El miedo que cargan los cubanos viaja hasta
cualquier longitud del planeta y nos sitúa, salvo contadas excepciones, entre
los pueblos mas cobardes del mundo. La razón principal para justificar
cualquier tipo de atropello como este hay que buscarlo sin dificultad en dos
razones, el temor a que les nieguen la entrada al país o no permitan que sus
familiares puedan abandonar la isla. Ese cuentecito que algunos usan para
ocultar sus miedos, donde expresan temores por represalias a su familia,
sencillamente que se los hagan a otro que no haya nacido en esa isla. Vamos a
dejarnos de pendejadas, nadie se convierte en disidente u opositor por reclamar
un dinero que le hayan robado.
¡Pues, no! No ha sido ahora cuando estos degenerados
comenzaron a robar en el territorio de las comunicaciones. Mas abajo les dejo
un articulo escrito en el año 2008, al cual le he agregado datos omitidos
entonces, donde se expresa claramente el estilo de aquellos tiempos para
robarnos la plata. Solo que en esos tiempos no existían los celulares en la
isla y los únicos perjudicados éramos los que vivíamos en el exterior.
Todavía hay ciegos que manifiestan no solo orgullo,
defienden a capa y espada a ese régimen de porquería, donde sus dirigentes y
familiares se han dado vida de millonarios desde que llegaron al poder, mientras la mayor parte del pueblo vive en absoluta miseria. Aquí les
dejo aquel artículo con el modus operandis de entonces.
Esteban Casañas Lostal
Montreal..Canadá
2020-05-20
ESTAFAS EN LLAMADAS A CUBA
Pensé que la experiencia era nueva, pero al consultar
a un amigo de Miami, mi hijo y yerno, todo parece indicar que esta sucia
práctica se viene desarrollando desde hace un tiempo. Llamé a casa de un
hermano y me respondió una mujer con acento oriental, le pedí que pasara a mi
hermana para conversar con ella. Muy atenta me dijo que esperara un poco por
encontrarse ella dentro del baño, pero no me dio tiempo a solicitarle me pasara
a otro de mis parientes. Escuché el golpe que produjo el teléfono al ser
colocado sobre una mesita u otro mueble de madera. Espera, espera y vuelve a
esperar hasta que agotó mi paciencia, colgué sin comprender esa extraña actitud
de mi familia. Dejé pasar otros minutos y repetí la llamada, respondió la misma
voz femenina con acento oriental, no me sorprendió porque mi cuñada es
santiaguera.
-¡Por Dios! Estoy llamando desde Canadá y me han
dejado esperando, esto cuesta. Le dije a la misma mujer que había contestado
antes.
-¡Mire, disculpe! El problema es que ella no ha
salido del baño. Volvió a colocar el teléfono sobre el mueble y produjo el
mismo sonido de la primera llamada. El señor está enojado, dice que está
llamando desde Canadá. Le explicó a uno de los presentes, porque podía escuchar
las conversaciones mantenidas entre ellos, todo parece indicar que se
encontraban preparando algún plato para despedir el año, sugerían agregar
especias a la comida. Espera, espera y vuelve a esperar hasta que se me agotó
la paciencia nuevamente y colgué definitivamente. Mi hijo llegó en esos
instantes y le comenté lo ocurrido.
-¡Viejo! Eso me lo han hecho en varias oportunidades.
-Pero tiene que ser alguna pariente de Julita, tú
sabes que ella es de Santiago y la mujer hablaba con ese acento de ellos.
-No es oriental, están utilizando a venezolanos,
ellos hablan parecido a los orientales. Quise resistirme, pero unas palabras
escuchadas le daban la razón a mi hijo; "El señor está enojado"
expresado por aquella mujer, no se ajustaba al lenguaje de la gente de mi
tierra. Ni existe el hábito de utilizar la palabra "señor" y enojado
se hubiera sustituido por otra más común. Además, esa extraña actitud de no dar
tiempo a otra opción de hablar con otra persona, es un detalle que no tuve en
cuenta desde la primera llamada, y que por supuesto, se contradice totalmente a
las costumbres de los nuestros, muy habladores y donde con cierta vergüenza hay
que cortarlos y pedirles que te pasen a la persona con la que deseas hablar.
Después de escuchar las versiones de mi hijo, amigo y
yerno, dejé pasar un tiempo prudencial para volver a llamar y cagarme en la
madre de esa mujer. Desafortunadamente la llamada fue desviada para China u
otro país asiático.
¿Cómo funciona esto? Hay números telefónicos del
exterior o la isla que están pinchados, o sea, marcados. Cuando se recibe una
llamada desde esos números en el exterior o de cualquier otro hacia los que se
encuentran marcados en la isla, esas llamadas son desviadas automáticamente
hacia las casas de esos "camaradas" venezolanos. Cuenta mi hijo que
han superado incluso las deficiencias presentadas en los primeros tiempos, se
refiere al uso de palabras ajenas a nuestro uso y con origen en Venezuela. Lo
que no puede detectarse es, si la llamada fue desviada hacia Venezuela o es
recibida en casas habitadas por esos individuos en Cuba.
El día 24 de Dic. yo había llamado al mismo número
telefónico y hablé con éxito, pero recuerdo haberles anunciado que llamaría el
31 para saludar al resto de mis hermanos. Cabe entonces la posibilidad de que
aquella llamada fuera escuchada también, posibilidad que no debe descartarse
conociendo la cantidad de personal que disponen para estos menesteres dentro
del Ministerio de Comunicaciones. No olviden a ese pequeño ejército destinado
para abrir las cartas que llegaban desde el exterior con base en ese ministerio.
¿Qué debe hacerse ante un caso como éste? Denunciar
inmediatamente este hecho fraudulento ante la compañía telefónica y anunciarles
que dichas llamadas no se pagarán, ya otras personas lo han hecho con éxito. Si
la acción es realizada como una represalia política o un simple fraude
económico, ninguno de nosotros está obligado a pagarlas mansamente. Cuando
llame nuevamente y no reconozca la voz de ninguno de sus parientes, pregunte
primero quiénes se encuentran en la casa, si le niegan hábilmente esa información,
cuelgue el teléfono.
Eso fue lo que hice la siguiente vez que llamé, una
vez descolgado el teléfono en su supuesto destino fui yo el que preguntó; -¿Con
quién hablo? La persona fue sorprendida y apenas pudo balbucear algunas
palabras, después pasó a la ofensiva con su bien estudiada pregunta; -¿Con quién
desea hablar? No le di tiempo a que me consumiera minutos de llamada; -Yo
quiero hablar con el coño de tu madre, hija de la gran puta. No escuché
respuesta y colgué.
No fue esa la única manera de robarle a las personas
que llamaban a Cuba y les aclaro algo muy importante, el precio del minuto para
las llamadas a Cuba en aquellos tiempos
era de $3.00 dólares, los mas caros del mundo de acuerdo a la lista de precios
ofrecida por la compañía Bell Canada.
Aquí no termina esa aventura plagada de robos por
parte de la compañía de teléfonos de la isla que, en aquellos tiempos no respondía
al nombre de ETECSA. Canadá era de los pocos países que disfrutaba del servicio
de llamadas directas de casa a casa sin necesidad de operadoras. Llamabas a
cualquier hora y a números diferentes sin lograr conectarte, siempre daba
ocupado. Insistías porque sabias que eso no era posible, ya habías avisado con antelación
el día y hora en que llamarías, se suponía que ellos estaban esperando la
entrada de la llamada. El día que lograbas hablar con ellos te contaban que la
llamada pactada nunca les había entrado. De muy poco servía que insistieras,
solo en apariencias. A ellos les servía de mucho y lo comprobé cuando recibí la
cuenta telefónica de ese mes.
¿Qué les cuento? En el Bill telefónico aparecían todos
los intentos de llamadas como efectuadas con un minuto de duración cada una. Si
multiplicamos 15 o 20 intentos de comunicación por el valor de los $3.00 dólares
mencionados, tendrán una idea del monto que pretendieron robarme y, si esa
cantidad se multiplicara por los miles de personas que llaman a Cuba
diariamente, entonces hablamos de miles y quizás millones de dólares robados
impunemente.
Yo no creí nunca que un imperio de las comunicaciones
como era Bell Canada en aquellos tiempos, se dedicara a robarle de esa manera a
sus clientes por varias razones. Eso es un atentado a su prestigio que desembocaría
en una propaganda funesta contra la compañía, ellos poseen un departamento de “atención
al cliente” como la mayoría de las compañías existentes en este país y, cuando
el cliente no está satisfecho con la respuesta a su demanda, puede acudir al Comité
de Protección al Consumidor. No creo que para ninguna compañía sea beneficioso
la intervención de ese comité para resolver los problemas presentados por el
cliente. En fin, bastó una sola llamada donde expliqué mi caso y me enviaron un
nuevo Bill corregido. ¡Claro! Tuve que pagar aquellas llamadas donde se había establecido
contacto con supuestos parientes. ¿Cuántas personas hicieron una reclamación similar?
Dudo que no hayan sido muchas, ya conocen el miedo con el que viven los cubanos
y su incapacidad para reclamar sus derechos.
Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá.
2008-01-01
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