LAS
MEMORIAS DE UN GIRASOL
Cuenta la “leyenda” que durante la celebración de uno
de aquellos Premios Girasol de Opina realizados en el teatro “Blanquita”, Charlie
Chaplin y finalmente Karl Marx, su presentadora, aquella señora que antes del
1959 promoviera al jabón de lavar “Rina”, tuvo un fuerte encontronazo con un
hombre que había perdido a su mascota de color azul.
Según me contó la “leyenda”, porque estas líneas no
son frutos de chismes vecinales o bretes en las reuniones de la CTC para optar
por un televisor Caribe, el origen de aquella riña entre bambalinas venía de
solo un poquito atrás. ¡Ohhhhh, sí! Debo contarles quien fue la “leyenda” para
que me comprendan. Pues se trató de un buen amigo al que no me unieron
estrechos lazos de amistad. Sin embargo, disfrutamos como nadie cada encuentro
en mis regresos de viajes. Él fue algo así como mi “concuño” y disculpen no me
extienda mucho porque ambos han pasado a mejor vida. La leyenda poseía un carácter
jovial espectacular, siempre andaba bromeando y nunca le falto una sonrisa a su
rostro, imagen suya muy bien recibida en una casa -por no decir albergue- donde
nos hacinábamos 21 personas. Andaría muy enamorado en aquellos tiempos, cuando
sus visitas a aquella especie de corral eran muy frecuentes. Llegaba conduciendo
una moto con sidecar, no recuerdo ahora si era de marca MZ o aquellas
monstruosas Urales soviéticas. Nunca rechazó un trago o cerveza y bebía como un
camello, luego partía tan sobrio como había arribado, poseía excelente cultura alcohólica.
Entre tragos, la “leyenda” siempre me ponía al
corriente de chismes muy secretos para la población, digamos que compartía conmigo
cierta información confidencial de donde no escapaban artistas o dirigentes. ¡Claro
que eran noticias de primera mano! La “leyenda” trabajaba como fotógrafo de la
revista Bohemia y sentimos muchísimo su muerte repentina producida por un
infarto masivo, al menos, eso nos contó su prometida.
-Ni te imaginas la clase de bateo que se formo anoche
en el Karl Marx cuando los premios “Girasol”, ¿no los viste por televisión? Me
preguntó Gaspar esa tarde, porque ese era su nombre, tal vez al final escriba
su apellido.
-¡Si lo vi, mas de lo mismo! Pero no televisaron ningún
bateo durante el evento.
-Porque el bateo fue detrás de bambalinas. ¿Cómo crees
que te lo van a televisar en vivo y directo en un pais donde toda la programación
es diferida, casi nada se transmite en vivo?
-Entonces, ¿nada de lo sucedido trascendió al público
presente en el teatro?
-¡Oye, cuando yo te traigo alguna noticia considérate
un privilegiado! ¿Viste el programa de los premios anoche?
-Ya te dije que sí, sumamente aburrido.
-¿Viste la parte donde la señora que antes del 59
hacia los comerciales del jabón “Rina” dijo que, el tipo a quien después se le perdió
un Unicornio, no asistía a la ceremonia por encontrarse indispuesto?
-¡Coño, si vi esa parte! Pero todo quedó ahí, no hubo
ese bateo que mencionas.
-¡Frío, Frío, Frío! ¿No
viste que al ratico llegó el tipo justificando su demora? Que si andaba por África
buscando al animalito, que si estaba trabajando en los Estudios Egrem grabando
un disco, que si estaba cortando caña en el Pico Turquino con la Brigada
Venceremos, etc. Bueno, ya sabes como son estas gentes a la hora de las
justificaciones. ¡Eso, sí! Al menos dime, ¿te diste cuenta de que aquellas
palabras las expresó algo enojado? Porque si no observaste este detalle, recojo
el violín y no toco, no me gusta estar perdiendo el tiempo con brutos.
-¡Coño, tampoco te mandes! Yo no soy tan bruto. ¡Acaba
de soltarlo todo y deja los comerciales! ¿Cuál es la razón que provocó esa tensión
entre dos bolas rojas?
-Ya te dije que viene de un poquito mas atrás. Tú
sabes que la señora del jabón “Rina”, es la mamá del tipo que constantemente te
está pidiendo que te acuerdes de Abril, coño, como si el año no tuviera doce
meses.
-Eso lo sabe todo el mundo, ¿y?
-Pues debes imaginar que el tipo del mes de Abril
tiene un grupo musical.
-No me explico la necesidad, solo ha tenido esa canción
con algo de aceptación, ni tiene voz y le sobra vibrato, bueno, también le
sobra algo de quijá. Entonces, ¿el bateo vino por su grupo musical y el
Girasol?
-Bueno, vino por el grupo, pero nada que ver con los
premios.
-¿Entonces?
-¡Sírveme un trago, coño! Te cuento que, en una de
esas, el tipo del mes de Abril, lo invita a una descarguita que iba a celebrar
en su casa para despedir a uno de sus músicos que se iba pal yuma. El tipo
guarda muy bien a su Unicornio por miedo a que se lo roben y jamen y parte al
festejo en casa de Abril. Gaspar hace una pausa para ir al baño y cuando
regresa se da un trago antes de continuar su relato.
-Asere, me tienes nervioso, acaba de soltarlo todo.
Se sentó tratando de esquivar la punta de un muelle que sobresalía del butacón
y respiró profundamente.
-¿Cómo coño se te ocurre invitarme a esta pajarería? Me
dijeron que utilizó palabras mas obscenas que esas, bueno, las que usamos
normalmente los cubanos en una bronca. ¿Qué te cuento? Me dijo quién me lo contó,
que el reguero de plumas obstruía la vista en aquella sala. ¡Dime tú! Te pones
a estudiar la situación con calma y el del Unicornio tiene sus razones, era, lo
es, un furibundo comunista y cómplice del régimen. ¿Imagínate un chivatazo de pajarería
al nivel en que se movía el cuadrúpedo? Lo crucifican, le quitan la casita, el
carro, no lo dejan grabar ni la calabacita. ¡Tú sabes cómo funciona eso allá!
-¡Perfecto! ¿Cuál es la relación del plumerío con el
bateo del Girasol?
-¡Mira, muchacho! Parece que él interpretó las
palabras de la mujer del jabón Rina como una venganza y en un intermedio, el
del caballito cruzado con rinoceronte se le coló en el camerino. ¿Pa'qué fue
aquello? Ahí si estaba yo, nadie me lo contó.
-¡Coño, Gaspar, desembucha! Me tienes caliente.
-¿Qué te cuento? ¡Mira, muchacho! Hasta alma mía le
dijo a la mujer del jabón Rina. ¡A mí no me hace falta el premio Girasol para
ser quien soy! Si tú quieres, yo se lo dono a la pájara de tu hijo, eso y mucho
más. Tampoco creas que la mujer del jabón era jamoncito, se le encaró muy bien
y lo puso como un trapo… ¡Oye, me tengo que ir! Debo cubrir una asamblea de rendición
de cuentas en el matadero del Lawton, ya sabes, sobra la carne. Gaspar Sardiñas
se despidió de nosotros y creo que fue la última vez que compartí con él,
cuando regresé del próximo viaje me enteré de su repentina muerte, le dio un
infarto fulminante. Era un buen hombre y todos sentimos su muerte. Partió mas
tarde la mujer del jabón Rina y al final del cuento el del mes de Abril es medio
amiguito de quien perdió el Unicornio. Ya no lo pueden ofender porque la pajarería
esta autorizada en la isla, no pudieron mantener oculto a tantas a aves que
pertenecen al Comité Central.
Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá
2024-08-24
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