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sábado, 24 de agosto de 2024

LAS MEMORIAS DE UN GIRASOL

 

LAS MEMORIAS DE UN GIRASOL




 

Cuenta la “leyenda” que durante la celebración de uno de aquellos Premios Girasol de Opina realizados en el teatro “Blanquita”, Charlie Chaplin y finalmente Karl Marx, su presentadora, aquella señora que antes del 1959 promoviera al jabón de lavar “Rina”, tuvo un fuerte encontronazo con un hombre que había perdido a su mascota de color azul.

 

Según me contó la “leyenda”, porque estas líneas no son frutos de chismes vecinales o bretes en las reuniones de la CTC para optar por un televisor Caribe, el origen de aquella riña entre bambalinas venía de solo un poquito atrás. ¡Ohhhhh, sí! Debo contarles quien fue la “leyenda” para que me comprendan. Pues se trató de un buen amigo al que no me unieron estrechos lazos de amistad. Sin embargo, disfrutamos como nadie cada encuentro en mis regresos de viajes. Él fue algo así como mi “concuño” y disculpen no me extienda mucho porque ambos han pasado a mejor vida. La leyenda poseía un carácter jovial espectacular, siempre andaba bromeando y nunca le falto una sonrisa a su rostro, imagen suya muy bien recibida en una casa -por no decir albergue- donde nos hacinábamos 21 personas. Andaría muy enamorado en aquellos tiempos, cuando sus visitas a aquella especie de corral eran muy frecuentes. Llegaba conduciendo una moto con sidecar, no recuerdo ahora si era de marca MZ o aquellas monstruosas Urales soviéticas. Nunca rechazó un trago o cerveza y bebía como un camello, luego partía tan sobrio como había arribado, poseía excelente cultura alcohólica.

 

Entre tragos, la “leyenda” siempre me ponía al corriente de chismes muy secretos para la población, digamos que compartía conmigo cierta información confidencial de donde no escapaban artistas o dirigentes. ¡Claro que eran noticias de primera mano! La “leyenda” trabajaba como fotógrafo de la revista Bohemia y sentimos muchísimo su muerte repentina producida por un infarto masivo, al menos, eso nos contó su prometida.

 

-Ni te imaginas la clase de bateo que se formo anoche en el Karl Marx cuando los premios “Girasol”, ¿no los viste por televisión? Me preguntó Gaspar esa tarde, porque ese era su nombre, tal vez al final escriba su apellido.

 

-¡Si lo vi, mas de lo mismo! Pero no televisaron ningún bateo durante el evento.

 

-Porque el bateo fue detrás de bambalinas. ¿Cómo crees que te lo van a televisar en vivo y directo en un pais donde toda la programación es diferida, casi nada se transmite en vivo?

 

-Entonces, ¿nada de lo sucedido trascendió al público presente en el teatro?

 

-¡Oye, cuando yo te traigo alguna noticia considérate un privilegiado! ¿Viste el programa de los premios anoche?

 

-Ya te dije que sí, sumamente aburrido.

 

-¿Viste la parte donde la señora que antes del 59 hacia los comerciales del jabón “Rina” dijo que, el tipo a quien después se le perdió un Unicornio, no asistía a la ceremonia por encontrarse indispuesto?




 

-¡Coño, si vi esa parte! Pero todo quedó ahí, no hubo ese bateo que mencionas.

 

-¡Frío, Frío, Frío! ¿No viste que al ratico llegó el tipo justificando su demora? Que si andaba por África buscando al animalito, que si estaba trabajando en los Estudios Egrem grabando un disco, que si estaba cortando caña en el Pico Turquino con la Brigada Venceremos, etc. Bueno, ya sabes como son estas gentes a la hora de las justificaciones. ¡Eso, sí! Al menos dime, ¿te diste cuenta de que aquellas palabras las expresó algo enojado? Porque si no observaste este detalle, recojo el violín y no toco, no me gusta estar perdiendo el tiempo con brutos.

 

-¡Coño, tampoco te mandes! Yo no soy tan bruto. ¡Acaba de soltarlo todo y deja los comerciales! ¿Cuál es la razón que provocó esa tensión entre dos bolas rojas?

 

-Ya te dije que viene de un poquito mas atrás. Tú sabes que la señora del jabón “Rina”, es la mamá del tipo que constantemente te está pidiendo que te acuerdes de Abril, coño, como si el año no tuviera doce meses.

 

-Eso lo sabe todo el mundo, ¿y?

 

-Pues debes imaginar que el tipo del mes de Abril tiene un grupo musical.

 

-No me explico la necesidad, solo ha tenido esa canción con algo de aceptación, ni tiene voz y le sobra vibrato, bueno, también le sobra algo de quijá. Entonces, ¿el bateo vino por su grupo musical y el Girasol?

 

-Bueno, vino por el grupo, pero nada que ver con los premios.

 

-¿Entonces?

 

-¡Sírveme un trago, coño! Te cuento que, en una de esas, el tipo del mes de Abril, lo invita a una descarguita que iba a celebrar en su casa para despedir a uno de sus músicos que se iba pal yuma. El tipo guarda muy bien a su Unicornio por miedo a que se lo roben y jamen y parte al festejo en casa de Abril. Gaspar hace una pausa para ir al baño y cuando regresa se da un trago antes de continuar su relato.

 

-Asere, me tienes nervioso, acaba de soltarlo todo. Se sentó tratando de esquivar la punta de un muelle que sobresalía del butacón y respiró profundamente.

 

-¿Cómo coño se te ocurre invitarme a esta pajarería? Me dijeron que utilizó palabras mas obscenas que esas, bueno, las que usamos normalmente los cubanos en una bronca. ¿Qué te cuento? Me dijo quién me lo contó, que el reguero de plumas obstruía la vista en aquella sala. ¡Dime tú! Te pones a estudiar la situación con calma y el del Unicornio tiene sus razones, era, lo es, un furibundo comunista y cómplice del régimen. ¿Imagínate un chivatazo de pajarería al nivel en que se movía el cuadrúpedo? Lo crucifican, le quitan la casita, el carro, no lo dejan grabar ni la calabacita. ¡Tú sabes cómo funciona eso allá!

 

-¡Perfecto! ¿Cuál es la relación del plumerío con el bateo del Girasol?

 

-¡Mira, muchacho! Parece que él interpretó las palabras de la mujer del jabón Rina como una venganza y en un intermedio, el del caballito cruzado con rinoceronte se le coló en el camerino. ¿Pa'qué fue aquello? Ahí si estaba yo, nadie me lo contó.

 

-¡Coño, Gaspar, desembucha! Me tienes caliente.

 

-¿Qué te cuento? ¡Mira, muchacho! Hasta alma mía le dijo a la mujer del jabón Rina. ¡A mí no me hace falta el premio Girasol para ser quien soy! Si tú quieres, yo se lo dono a la pájara de tu hijo, eso y mucho más. Tampoco creas que la mujer del jabón era jamoncito, se le encaró muy bien y lo puso como un trapo… ¡Oye, me tengo que ir! Debo cubrir una asamblea de rendición de cuentas en el matadero del Lawton, ya sabes, sobra la carne. Gaspar Sardiñas se despidió de nosotros y creo que fue la última vez que compartí con él, cuando regresé del próximo viaje me enteré de su repentina muerte, le dio un infarto fulminante. Era un buen hombre y todos sentimos su muerte. Partió mas tarde la mujer del jabón Rina y al final del cuento el del mes de Abril es medio amiguito de quien perdió el Unicornio. Ya no lo pueden ofender porque la pajarería esta autorizada en la isla, no pudieron mantener oculto a tantas a aves que pertenecen al Comité Central.

 

 

 

Esteban Casañas Lostal.

Montreal..Canadá

2024-08-24

 

 

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