Visitas recibidas en la Peña

martes, 8 de diciembre de 2020

UNA CARTA PENDIENTE DE ENVÍO.

 

UNA CARTA PENDIENTE DE ENVÍO



 

Voy acercándome cada día al final de esta larga y agotadora carrera que es la vida, mientras lo hago, regreso sobre mis pasos y en un acto soberanamente masoquista, me detengo en esos momentos amargos que una vez pretendieron mi renuncia infructuosamente. Es aquí donde apareces tú y el recuerdo de haber enviado una carta a la isla, donde intentaba darte a conocer entre los descendientes de esa familia que una vez fue mía, iba dirigida a los sobrinos. Todo parece indicar que nunca llegó a su destino, razón que me obliga a redactar esta antes de consumir el tiempo que me resta.

Por simple curiosidad viajo por Facebook hasta una página creada a tu nombre y la foto que muestras no me confunde, no cabe la menor duda que eres tú. No has cambiado mucho, no me refiero al aspecto físico, me enfoco en el mental, si es que alguna vez tuviste mente, creo que no, sigues siendo el mismo estúpido. ¡Cuenta porquería publicada! No hay nada que sea fruto de tus neuronas excluyendo dos obituarios, felicitaciones por cumpleaños, solo consignas huecas, tan vacías como tu cerebro. Muy patrióticas para ti, agriamente revolucionarias, rancias y fuera de tiempo, pura basura. No se puede negar que continúas siendo el mismo miserable de siempre.

No he sabido como encabezar la presente para darle forma de carta como normalmente se hace. No eres “querido amigo o pariente”, tampoco “estimado” o “distinguido”. Nada se me ocurre, ni un “a quien pueda interesar”, porque tal vez no le importe a nadie, quizás me equivoque y les interese a muchos. Creo sea buen material para estudiar los niveles de miseria humana a los que descendimos por tipos como tú, eso.

Mientras elaboraba mentalmente estas líneas, acudía a mi mente aquel cuento de Álvarez Guedes del que solo extraigo este fragmento por ajustarse al momento: “Mamá te perdona, Papá también te perdona, hasta yo te perdono, pero por favor, dinos donde te cagaste”. ¿Lo recuerdas? Te recomiendo trates de hacer memoria, porque yo voy a recordarte donde te cagaste tantas veces.

¿Recuerdas donde nos conocimos? No fue en casa de María Antonia como te gustaría leer, fue cuando estuviste becado cerca del Acuario Nacional. Yo fui a verte con tu hermana, mi novia en aquel momento. Ya para esa fecha donde eras un muchacho mantenido, yo había pasado el Servicio Militar Obligatorio y me ganaba los frijoles trabajando muy duro en la marina mercante como un simple timonel. No me queda claro cuando o las razones por las que abandonaste la beca, no lo recuerdo.

¿Qué hiciste después de abandonar la beca? No sé si continuaste estudiando, pero me viene a la mente esa época tuya de “bailador de quinces”. ¿Te acuerdas? Debes recordarlo porque muchas veces te presté ropita para que asistieras a esas fiestas, te hablo de aquellos tiempos de los Kiko Plásticos. Bueno, continuabas siendo un mantenido muy feliz, ¿y yo?, seguía ganándome los frijoles en la marina y guardando plata honradamente para casarme con tu hermana.

Un día te llevaron para el Servicio Militar Obligatorio y vaya suerte, caíste en el Comité Militar que se encontraba en la calle Santa Catalina. Ibas a dormir diariamente a la casa con la barriguita llena y me vienen a la mente todas aquellas peleas con tu mamá cuando no te planchaba bien el uniforme. ¿Lo recuerdas? ¡Claro que debes recordarlo! No espero que los demás lo hagan, ya se sabe la mala memoria que tenemos algunos cubanos. Eres tan dichoso, porque no se puede negar esa gran suerte que siempre te ha acompañado, que un día te seleccionan a pasar un curso de computación en el INAV para después trabajar en el MINFAR. Una vez en la Meca militar reenganchas y comienzas a recibir un salario. Dinero del que no aportabas un centavo en la casa hasta un día, el día que me di cuentas de que yo me quedaba sin plata para poder montarme en una guagua. Fue después de mi reclamación que se te impuso una cuota y se te acabó ese periodo de chulo.

Por desgracia tuve que vivir en la casa donde nacieron todos ustedes, digo por desgracia porque trabajo tenía para aspirar a tener un hogar por muy modesto que fuera donde albergar a mi naciente familia. Luego llegaste tú con tu novia y la vieja siempre buscaba un rinconcito donde dar cobija a cada uno de sus hijos y luego nietos. Esa vieja era una santa y la quise muchísimo, siempre le agradeceré ese gesto suyo. De esa manera llegamos a sumar 21 personas, vivíamos en condiciones infrahumanas, cola para cocinar, lavar, bañarse, cagar, comer en la mesa y hasta para poder dormir. En esas condiciones decidí superarme y estudié como nadie. Me levantaba a las cuatro de la mañana y partía para la escuela con un traguito de café en el estómago. Logré finalizar de primer expediente gracias al enorme sacrificio realizado.

Tuvo que ser en el MINFAR donde te lavaron el cerebro hasta convertirte en el individuo fanático, extremista y ciego que eres. ¡Claro, siempre acompañado de muy buena suerte! Llegabas a la casa con tu estómago llenito y poco te importaba lo que se recibía por la libreta de racionamiento. Todavía me acuerdo de aquella gran bronca con la infeliz de tu mujer por comprarle malangas al viejo Alipio, yo no pude contenerme e intervine en ella. ¿No lo recuerdas? Se te olvidó que le prohibiste comprarle alimento para tus niñas porque Alipio era gusano. Como también se te pudo olvidar que Alipio nos llevaba a cualquier hora de la madrugada al hospital infantil con nuestros hijos. ¡Que memoria de mierda tienes! ¡Que bueno y servicial era ese gusano odiado por ti! 

¡Que afortunado fuiste durante toda tu parásita vida! Te dieron un apartamento totalmente amueblado en Plaza. Eso si es suerte en aquel desgraciado país, nunca cargaste un cubito de arena para construir ese edificio, es que no sabías donde se encontraba. Mientras tanto, este que escribe estas líneas se partía el alma levantándose a las cuatro y media de la mañana para ir a trabajar en las Microbrigadas de Alamar. Trabajaba 10 horas diarias de lunes a sábado y el domingo era “trabajo voluntario”. ¡Oh! Solo me pagaban 44 horas semanales. Bueno, tu no sabes lo que es trabajar, y encima, debía soportar tus alardes cuando ibas a comer a la Casa Central de las FAR o comprabas cuatro mierdas en la tienda para ustedes destinada. ¿Te acuerdas?

Antes de mudarte déjame refrescarte la memoria sobre algo que mamá te perdono y hasta tus hermanos también te perdonaron, yo no tengo esa capacidad para perdonar. ¿Te acuerdas cuando fueron a buscar de madrugada a tu hermano para sacarlo por el Mariel? Una sola voz se escuchó gritar en toda la cuadra y fue la tuya, no fue una nota de dolor. ¡Que se vaya la escoria! Gritaste y tuvo que haber asombrado hasta al chofer de aquella guagüita. ¡Haz memoria! A los homosexuales y delincuentes no se les hacía acto de repudio, los buscaban de madrugada. Pasaron muchos años y aquel hermano me manifestó una vez que eso no había sucedido, yo sé que te perdonó. 

Lo odiabas tanto por su condición de homosexual y no compartir tus rancias ideas revolucionarias, que cuando ese gusano mandaba cosas para tus hijitas debían decirte que yo las había comprado en el extranjero. ¿No lo recuerdas? Tu mamá y todos tus hermanos lo sabían, ellos te han perdonado, yo no estoy capacitado para hacerlo.

-Casañas, necesito hablar contigo. Me dijo una mañana el negro Arística en el edificio donde me encontraba poniendo lozas de piso. Hacia varios años que no lo veía y me alegró, viejo compañero de nuestra entrada a la marina mercante. Nos dimos un fuerte y sincero apretón de manos. 

-¡Dispara aquí mismo! Le dije mientras lo saludaba. 

-Prefiero hacerlo en privado, vámonos fuera del edificio. Me sentí sorprendido por aquella inesperada proposición suya y supuse que algo malo sucedía. Lo seguí mientras bajaba y sus pasos se detuvieron en el costado del edificio que quedaba frente al vivero de Alamar.

-¡Lee esto! Me extendió un papel sin cruzar explicación alguna y una vez en mis manos no daba crédito a lo allí escrito.

…El ciudadano Esteban Casañas Lostal es un gusano que no colabora con las organizaciones revolucionarias, no participa en las reuniones del CDR, no hace guardias y no se oculta para manifestarse en contra de la revolución… Firmado Gloria, secretaria de vigilancia del CDR y mi cuñado.

Un frío temblor recorrió todo mi cuerpo, sabía perfectamente las consecuencias que podía traer una acusación de esa índole. No solo corría el riesgo de perder el apartamento por el que tan duro había trabajado después de construir tres edificios, estaba en juego mi trabajo, profesión a la que había dedicado varios años de mi vida.

-¡Arística, no sé ni que decirte! ¿Como obtuviste estas declaraciones? Tienes el futuro de mi familia y el mío en tus manos.

-Me mandaron a hacerte unas verificaciones por el partido y eso fue lo que obtuve. Estás en graves problemas viviendo con un pariente así en la misma casa.

-Asere, lo que queda por terminar el edificio es muy poco. Si le das curso a ese papel ya sabes lo que me puede suceder. ¿Qué piensas hacer? Aquella pregunta se escuchó casi como una súplica.

-¡Rómpelo! Pero fíjate bien en lo que voy a decirte, yo sé que por tu mente corre en estos momentos la idea de despingarlo por hijo de puta y te doy la razón. Si haces eso o cualquier tontería en contra de ese tipo, no solo te botarán a ti de la marina, puedes estar convencido de que yo te acompañaré también en esa expulsión. Esto debe quedar entre nosotros y yo escribiré un informe falso para que escapes. Mientras lo escuchaba fui rompiendo aquella hoja en pedazos muy pequeños y luego me agaché para darle fuego. No sabía como agradecerle a ese negro lo que acababa de hacer por mí, es que no sé si aun se encuentre vivo, fue una de las pocas personas que tuvo mi destino en sus manos.

Nunca he podido comprender la ceguera de este individuo, al cometer aquella delación contra mi persona, no le pasó por la mente que no solo me condenaba a mí por mi ideología. Fue tan frío y degenerado, que nunca pensó que perjudicaba de paso a su hermana y sobrinos a continuar viviendo en las condiciones descritas. Puede darle las gracias a ese negro y a su mamá por haber continuado tratándolo como si nada hubiera sucedido.

-Voy a tratar de que me manden en una misión para Angola. Me dijo un día en una de aquellas visitas que le hice.

-¿Qué necesidad tienes tú para ir a Angola?

-Para ver si de esa manera me asignan un Fiat polaco.

-Yo no te lo recomiendo, puede que te ganes ese auto de mierda o que te pongas un traje de palo y tu familia no pueda velarte, tal y como les sucede a miles de cubanos. No sé si lo convencí o simplemente no le dieron la oportunidad de ir. 

Lo seguí tratando igual, como si nada hubiera sucedido, es que realmente no soy una persona rencorosa o pudo ser empujado por el cariño que le profesé a su madre. Hasta un día lo toleré, ese día yo me encontraba en Canadá. Habían llegado mi esposa y mi hija a este país, se encontraban estudiando francés cuando una mañana partieron a la escuela y yo no trabajé. Sobre su cama, mi hija olvidó una carta que le había escrito este tipo y la leí. No conforme con todo lo que me había hecho años atrás y les he contado, aquellas líneas insistían en culparme por el paso que había dado y condenado de alguna manera que hayan abandonado el país. No pude contenerme y me senté a escribir una carta para que la compartieran entre todos sus sobrinos. Es muy probable que aquella misiva nunca cumpliera su objetivo y me obligara hoy a estas líneas un poco más amplia. 

“Mamá te perdona, Papá también te perdona, hasta tus hermanos y sobrinos te perdonan, agrego hoy. Si así lo deseas interpretar, no he mencionado tu nombre y puedes considerarlo de alguna manera como un perdón, pero yo no te perdono. Nunca lo haré porque revisando tu página de Facebook, encuentro que eres la misma mierda de aquellos años. Una porquería con suerte que nunca aportó nada útil a esa sociedad, porque tu vida ha sido parásita y aun así, continúas defendiendo ciegamente a ese régimen degenerado que ha obligado a varios de tus hermanos a abandonar el país.

 


Esteban Casañas Lostal.

Montreal..Canada

2020-12-08

 

xxxxxxx

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Síntesis biográfica del autor

CRONOLOGÍA DE UNA AVENTURA

                               CRONOLOGÍA DE UNA AVENTURA La vida para mí nunca ha dejado de ser una aventura, una extensa ...