INFORME CONTRA ÉL MISMO
Autor.- Eliseo Alberto. (1951)
Editorial.- Extra Alfaguara.
Para el amigo Esteban, escrito por otro amigo,
Lichi. Que lo disfrutes.
Tus amigos del foro.
Chante.
Como es mi
costumbre, debo aclarar que este comentario no abriga ninguna intención de
crítica literaria, es solo eso, un comentario nada más.
Este libro
llega a mis manos como obsequio en un encantador encuentro en Hialeah, un día
de este verano, nos reunimos un grupo de antiguos amigos que solo nos
conocíamos cibernéticamente. A partir de esos momentos nuestras amistades se
fortalecieron, esta es una de las maravillas del Internet.
Confieso que
en mis años de marino fui un gran lector, era una de las maneras útiles de
gastar ese tiempo que a veces resulta infinito en las grandes navegaciones. Sin
embargo, yo era muy selectivo a la hora de quemar pestañas, siempre embarcaba
una buena cantidad de libros antes de partir en cualquier viaje, y les juro,
entre ellos no se contaban obras de escritores cubanos post Castro.
Desde que casi
toda la literatura consumida en la isla fuera invadida por la constante
presencia de cedeerres, efeemecés, supermanes cubanos como Julito el Pescador,
David, El hombre de Maisinicú, etc., etc. Experimenté por ella la misma náusea
que sufrí en mi primera borrachera con vino tinto en Bilbao. Continué bebiendo
como buen marino, pero sentí preferencia por el ron y la cerveza.
Yo consumía
una literatura muy variada, prefería sobre todas ellas la clásica y entre mis
autores favoritos se encuentran Fiodor Dostoievski, Emile Zola, Flaubert, Víctor
Hugo, y por qué no, disfruté mucho con Miguel de Carrión, Cirilo Villaverde,
Avellaneda y con Gabriel García Márquez. No lo hacía por culto, prefería viajar
en el tiempo y desaparecer de la triste realidad del presente.
Gracias a las
relaciones que se establecen por Internet, he recibido varios libros de regalos
enviados desde diferentes partes del mundo. Entre ellos se encuentran obras de
cubanos de mi época y no les niego que he retomado interés por ellos.
Yo no leo esos libros, diría que los estudio mucho
buscando siempre algo. Busco lo que para muchos lectores pasa inadvertido, me
refiero al mensaje. Para cualquier escritor es casi inevitable ocultar parte de
su personalidad o sentir en sus obras, sean de ficción o no, llevarán el timbre
que lo identifica como a cualquier ser humano, es su huella dactilar. Muchas de
ellas llevarán adicionalmente un mensaje oculto que el autor desea trasmitir,
ese es el que hay que buscar a fondo, porque en oportunidades se presenta en
solo una estrofa de todo un libro.
Esteban mucho éxito y sigue escribiendo todas tus
experiencias.
Luis.
En la vida
existimos seres que poseemos calendarios muy peculiares, por ejemplo, para los
marinos una manera de medir el tiempo transcurrido o el futuro, es a través de
los viajes. Nosotros decimos, el viaje que viene, el viaje pasado, etc., sin
darnos cuenta de que en el transcurso de esos viajes que pudieron durar seis o
nueve meses, el tiempo ha pasado aceleradamente y en la humanidad ocurrieron
hechos trascendentales. Para los escritores debe suceder lo mismo, hablarán del
libro que viene, el director de cine dirá la película que viene, el soldado la
guardia que viene, etc.
Para Eliseo el
calendario de su vida es esta historia de sus memorias, o las memorias de su
historia como él mismo dice. Todas contenidas en este libro que es un breve
paseo, donde no se pueden sintetizar más de cuarenta años de una historia
escrita a la manera de cada cual. Para la realización de este, debió
desapolillar archivos del Consejo de Cultura y de la Biblioteca Nacional u otro
organismo del Estado, lo digo, porque al mencionarse nombres de personas, se
omiten algunos que le resultan incómodo al gobierno. Esto me trae a la mente un
disco de Adalberto Álvarez, donde dice que le quiere rendir homenaje a los
soneros cubanos y no menciona el nombre de Celia Cruz. ¿No es ella una gloria
del son cubano? ¿No ha viajado su música por todo el mundo? En mi caso me
hubiera ahorrado esa introducción, pero bueno, yo soy un simple ex marino.
Eliseo se
lanza desde un trampolín situado en 1959 para caer sorpresivamente en una
alberca ubicada en 1976 (pag. 153, 154, 155). Comienza a decirnos que a finales
de los años sesenta en Cuba se experimenta un gran salto en el ambiente
cultural cubano, no lo dudo si lo dice él auxiliado por sus investigaciones.
Pero deja un vacío muy profundo, casi una década de silencio en sus análisis.
Se le olvidó mencionar que es precisamente en ese tiempo que la música extranjera
estuvo prohibida en la isla, y ese espacio tuvo que ser lógicamente ocupado a
la fuerza por los nacionales. Es donde nacen y nos ofrecen a modo de purgante
todos esos ritmos por él mencionado, el Mozambique, el Pa Cá, el Pilón y para
completar el Dengue (importado), ninguno de ellos sobrevivió la llegada de los
setenta.
La juventud ante esa imposición del gobierno,
aprendió muy pronto a detestar y hasta a odiar a nuestros artistas. Funcionó
como una válvula de escape a esa situación un programa romántico llamado “A
solas contigo”, cuyos principales protagonistas eran el cuarteto de Meme Solís
y Elena Burke. No fue hasta mediados del año sesenta y siete que se importa
nuevamente música extranjera y aparece en escena el programa “Nocturno”, quién
fuera su principal difusora y de gran aceptación por esa juventud hastiada de
oír la Guantanamera.
Al mencionar
esta etapa con inicio en los finales de los sesenta, se omiten nombres de
artistas que fueron muy populares en Cuba en ese tiempo, recordemos entonces a
Luisa María Güell, Georgia Gálvez y a Raúl Gómez con su grupo los Bucaneros,
muy populares en su tiempo y que supo romper fronteras con la canción La Soga,
cuando ya los músicos cubanos estaban condenados por el gobierno al silencio,
¿por qué no se mencionan si la lista de artistas e intelectuales es tan amplia?
Nos dice
Eliseo que Alfredo Guevara, Haydee Santamaría y Alicia Alonso, evadían con
grandes piruetas las embestidas de los “compañeros” en el campo de la cultura.
Creo que esto es para consumo de extranjeros o para las nuevas generaciones. ¿No
son ellos también unos “compañeros”? ¿No hay que ser en Cuba un “compañero para
dirigir hasta un puesto de fritas? ¿Cómo podrá entonces venderlos como héroes
de sus tiempos?
La injerencia
soviética en el ambiente cultural cubano no comienza a partir de la década del
setenta como manifiesta Eliseo, este acontecimiento hace su aparición desde los
mismos inicios de esa “revolución” que yo escribo con minúscula. Cuando partí a
alfabetizar en las montañas de Baracoa con once años, llevaba en mi mochila dos
libros rusos que representaron mi salto de la literatura juvenil a una
totalmente desconocida y difícil de interpretar. Unas semanas atrás dejaba a
Emilio Salgari, Rabindranat Tagore, Julio Verne y Martí, para llevar sobre mis
hombros La carretera de Volokolams y Los hombres de Panfilov, como llegaron a
mi mochila no lo recuerdo, pero los leí con mucha dificultad. Además, la
primera manifestación de culto a la personalidad en la isla aparece reflejada
en el Manual del Alfabetizador, donde acontecimientos ocurridos con dos años de
anterioridad irían desplazando con el tiempo nuestra rica historia hasta
convertirla casi en la única, la historia de la revolución.
Para Esteban, para que perdure entre las telarañas de
la memoria, nuestro primer encuentro con amor.
Machiavelli.
Me disculpan
si no llevo un orden acorde al desarrollo del libro, Eliseo habla por primera
vez del “Bloqueo” en la página 105. Sus razonamientos no pueden apartarse de la
retórica ya gastada por el gobierno cubano y sus representantes izquierdistas
en todo el mundo. Es una lástima que haya sido tan pequeño y nunca visitara el
Mercado de Cuatro Caminos. Hago mención de él para no entrar en detalles sobre
un tema tan debatido y gastado. En aquel mercado el noventa por ciento de los
productos que se vendían eran frescos y de muy buena calidad ofertados a
precios accesibles a toda la población. Pues aquellos productos eran netamente
cubanos y creo que le estoy dando un margen de un diez por ciento para los
extranjeros bastante exagerado. ¿Qué pasó entonces? ¿Tienen los americanos la
culpa de que se desaparecieran del mercado y que Cuba de ser el primer país
exportador de azúcar en el mundo, pasara a racionarle ese producto a los
nacionales?
Cuando oigo a algún cubano alegando que la hambruna
sufrida durante estos 43 años se debe al “bloqueo” no lo puedo creer. Eliseo
desconoce que el “Chopo” de la malanga se lo daban aquellos campesinos
hambrientos como alimento a sus puercos. Es una verdadera pena que no haya sido
marino mercante, para que tuviera argumentos que destruyan toda esta burda
mentira. En mi último viaje hacia Cuba llevé a bordo del frigorífico “Viñales”
1000 Tm. de cebolla desde Castellón de la Plana al país. De toda esa cebolla la
población no probó una sola y ya nos encontrábamos en los inicios del Período
Especial. Eliseo no sabe a quienes estaban consignados esos tubérculos, pues
nada más y nada menos que al Consejo de Estado y al Turismo. Ejemplos me
sobrarían para ampliar sobre este punto tan aburrido.
Luego y en la
medida que avanza en sus memorias, el autor narra toda una serie de
deficiencias y errores cometidos durante esta revolución, que desmienten de por
si la teoría del bloqueo como la principal causante de todas nuestras
desgracias. Al final del libro podrán encontrar un llamamiento al levantamiento del bloqueo realizado por el
autor, bueno, está en su libre derecho, pienso yo. De la misma manera que los
cubanos de la isla están también en su derecho a reclamar un espacio dentro de
su país.
Para Esteban;
Que un libro pueda parir otro libro, así seremos los
más felices y podremos disfrutar lo mejor de Esteban, que podamos recrear la
vida, lo más importante de todo.
Rasputín.
Profundizando
en el tema del bloqueo y la firma de la ley Helms-Burtom, el autor al referirse
al acontecimiento que sirvió como justificación a la firma del Presidente
Clinton, manifiesta en la pag. 108 refiriéndose al derribo de los Hermanos al
Rescate;
“Fue como matar moscas con ametralladoras. Hermanos
al rescate “habían violado” el espacio aéreo con anterioridad varias veces para
lanzar volantes contra Fidel. Irresponsable e inútil provocación, que
sobrepasaba los objetivos que habían dado origen al grupo.
Como podemos
ver en esas líneas, el autor se suma o aprueba el ajusticiamiento de esos seres
que “HABIAN” violado el espacio aéreo con anterioridad, o sea, el gobierno
cubano se reserva el derecho al ajusticiamiento sin previo juicio, por un
delito cometido con anterioridad. Lástima que el autor no se enterara que, en
el juicio celebrado en Montreal por la Asociación Internacional de Aeronáutica
Civil, se presentaran pruebas de que el derribo de aquellas naves se realizó en
aguas internacionales y es sumamente repugnante el diálogo establecido entre
pilotos y torre de control.
Pero bueno,
¿habrán hecho el mismo daño material, aquellos volantes que las bombas y
cócteles molotov que los “revolucionarios” distribuyeron por toda la isla
durante sus luchas clandestinas? ¿Por qué niega también el autor ese derecho
que tenemos los cubanos a luchar de cualquier manera por la libertad de Cuba?
¿Piensa él que Cuba es libre?
Para Esteban, con cariños.
Katungo.
(Saludos de Roxana)
No tengo mucho
tiempo disponible para analizar todo lo escrito por el autor en su obra,
también, si lo hiciera me vería obligado a escribir un contra libro, o en su
defecto, “Un Informe contra él mismo” y ese no es mi propósito.
Algunas de las personas que participaron en ese
encuentro de Hialeah son demasiado jóvenes y no vivieron la experiencia cubana
desde sus inicios. Algunos, los más viejos, partieron de la isla hace muchos
años y desconocen como es el cubano actual y cómo actúa. Para ellos es
sumamente difícil encontrar detalles tan sutiles, porque cuando leen se
embriagan en el estilo del autor y pasan por alto mensajes muy complicados de
interpretar.
En la página
123 encontrarán referencia al atentado ocurrido contra un avión de Cubana en
pleno vuelo después de despegar de Barbados y que conducía a la isla al equipo
de esgrima del país y otros estudiantes de Guyana y pasajeros.
Indiscutiblemente aquello fue un verdadero crimen, nunca he apoyado el
asesinato de civiles en confrontaciones entre partes beligerantes. Existe un
error técnico en cuanto a la descripción de la nave derribada, no fue un TU 144
como manifiesta el autor. La nave era un DC-8 de las tres que Cuba mantenía en
operaciones bajo contrato de arrendamiento, al año siguiente yo volé en una de
las restantes rumbo a Angola como trabajador civil.
Hay que
destacar algo muy importante, el gobierno cubano explota a su favor cada uno de
estos acontecimientos y casualmente les llega por obra y gracia del espíritu
santo. Yo me encontraba de Profesor de Navegación en la Academia Naval del
Mariel cuando aquello. La situación en el país era bastante crítica (como lo ha
sido en los 43 años), pero en esos momentos era caótica por graves problemas
energéticos. Los apagones llegaban a tener una duración de 24 horas continuas,
la irritación y malestar de la población era expresada sin temor en la calle.
La prensa nacional tuvo el descaro de anunciar un apagón de unas horas en New
York y la gente no se callaba.
Aquel avión le cayó del cielo al gobierno cubano, nos
vimos obligados a consumir esa tragedia por más de tres meses, llegué incluso a
pensar en la participación cubana sobre lo ocurrido, tenía que pensarlo de un
régimen que solo se ha alimentado de sus muertos y no de todos, solamente los
de su conveniencia. Les sugiero que pongan atención a este punto y ratifico que
yo no apruebo este tipo de crimen.
Para Esteban;
Como un recuerdo de esta reunión tan linda, que
comenzó Siendo cibernética.
Un Abrazote..
Katia.
El autor no
puede evadir los efectos de ese virus inoculado durante años en contra de la
comunidad cubana en el exterior, viviendo en el extranjero persiste en su mente
la idea de identificar a todo el exilio cubano con organizaciones políticas del
exterior. Para él y otros autores, parece muy difícil comprender que los más de
dos millones de cubanos fuera de la isla, no pertenecemos a ninguna de ellas y
se habla siempre en términos generales identificándonos como miembros de la
FNCA, CID, ALPHA y otras que representan de una u otra forma el sentir de todos
los desterrados de la isla.
Manifiesta
Eliseo (pag.165) que; “Representantes del gobierno y el exilio se sentaron a
discutir cara a cara sus respectivos puntos de vista”. Aclaremos de una vez y
por todas, que el gobierno cubano se sentó a discutir con los que ellos
seleccionaron como parte del exilio. Digamos también que los pocos contactos
ocurridos en estos años han sido realizados con una minoría que acepta la
presencia de Castro. Digamos de paso que, aquella reunión no fue celebrada como
un acto de buena voluntad del gobierno de Castro. La situación económica del
momento por su incursión simultánea en varias guerras, lo obligó a vender
orgullo y dignidad. Creo que fue uno de los primeros choques violentos en
contra del pensamiento de muchos cubanos, convencidos de que el camino
recorrido había sido el correcto. No fue fácil asimilar de pronto que te
expulsaran de un hotel para recibir a un miembro de la “Comunidad” que, había
salido del país bajo las más terribles humillaciones y para desbordar el vaso,
tratarlos como señores.
El sabor de los dólares de entonces, porque no puede
negarse que el gobierno descubrió en el exilio una inagotable mina de oro, le
ha provocado grandes trastornos al gobierno y es a partir de esa fecha que se
inicia un grado de depauperación indefinida al sistema, que aunque tanto el
propio autor, como muchos otros dentro y fuera de la isla se empeñen, no podrán
definir al actual régimen como socialista, y menos aún como capitalista, es
sencillamente un híbrido mucho más voraz y explotador que el encontrado por
Castro a su llegada al poder.
Créanme que se me hace muy difícil poder sintetizar
todo lo que he encontrado en esta obra. Eliseo pretende mostrarme a un gobierno
que abraza a la comunidad en un gesto humanitario y no por “dolores” que al
final convertirán los billetes con la figura de Martí en papel sanitario.
De haber sido
como pretende mostrar el autor, ¿cómo se explica, que los marielitos no
pudieron viajar a la isla desde el año 1980 hasta después del 93? ¿Cómo pudiera
explicar que los cubanos tengan que pagar una humillante visa para viajar a su
país? ¿Cómo pudiera explicar que existen escritores, artistas e intelectuales
que pueden viajar a la isla y otros no?, ¿Cómo puede explicar que existan
disidentes que pueden viajar al exterior y otros no?
Para el amigo Esteban Casañas;
Una linda idea de Chantelle, esperamos que Esteban
nos devuelva este regalo con su libro próximo a publicar y su autógrafo.
Dantes.
Para confundir
un poco más al inexperto lector o a nuevas generaciones, el autor escribe lo
siguiente en la pag. 166; “Una gota de sangre colmó la copa cuando un grupo de
habaneros, en acto irresponsable entró por la fuerza en la antes Embajada del
Perú, en la Quinta Avenida del Reparto Miramar. En la acción murió un
combatiente del Ministerio del Interior.”
Como vemos, la acción de entrar por la fuerza en
aquella embajada fue un acto irresponsable, pero en el caso del derribamiento
de las desarmadas avionetas de los Hermanos al Rescate no lo fue por parte del
gobierno cubano. Para el autor lo correcto hubiera sido que aquellos hombres se
personaran ante los custodios y le manifestaran; “Compañero, déjenos pasar
porque nosotros venimos con la intención de solicitar asilo político, o
simplemente, nos queremos ir de este paraíso.” Los guardias haciendo gala de
toda la amabilidad con la que fueron adiestrados, se apartarían y dejarían pasar
a otros compañeros que simplemente estaban confundidos. ¡Coño Eliseo! Acabaste.
No sé si todos aquellos que sumaron más de cien mil
seres que ganaron la libertad (incluyendo a los locos y criminales) estarán
agradecidos o condenarán aquella suicida acción. Tal parece que no te
informaste de los acontecimientos en la Embajada de Checoslovaquia. Como quiera
que sea, gracias a esos locos, mucha de esa gente comprará tu libro y te
llenarás un poco los bolsillos. Bueno, como les digo, mucha atención a estas
reflexiones.
Para Esteban;
Muchos éxitos y una buena vida.
Cartagena.
Si ponen
atención en la lectura de este libro, Eliseo hace referencia a los 20 000 muertos
producidos durante la guerrita contra Batista, cifra hasta hoy no demostrada.
Tendencia que tienen todos los revolucionarios a exagerar cifras, no importa
cuales sean. Lo mismo ocurrió cuando el caso de Pinochet en Chile, se le
acusaba de no se sabe cuantos miles de muertos, y a la hora del juicio final
apenas llegaba o sobrepasaban los 3000 entre muertos y desparecidos. No quiero
con ello restar importancia a la cifra, como tampoco acepto por parte del autor
que me presente a la izquierda chilena, como la más moderada de este
continente, cuando en realidad se trató por parte del gobierno de La Habana de
armarla hasta los dientes desde su llegada al poder. Agreguémosle a ello
también que parte del fracaso en su gestión de gobierno no lo tuvo solamente la
CIA como quieren demostrar. La Unidad Popular era una coalición de los partidos
de izquierda que una vez en el poder, todos luchaban por llevarse la mayor
mascada del pastel y trajo consigo mucha división y antagonismo.
En ese andar
por los archivos gubernamentales, Eliseo habla de los muertos en las guerras
extranjeras y da exactamente las cifras brindadas por el gobierno, yo no me
hubiera arriesgado a tanto, preferiría esperar por una perestroika que saque a
la luz muchas verdades ocultas hasta ahora, eso sucederá tarde o temprano.
En la pag. 260
y 261 encontrarán la versión de Eliseo sobre el crimen del remolcador 13 de
Marzo, dice el autor;
“Una docena de niños murieron por la estupidez de sus
padres, que no pensaron en los peligros reales de la descabellada acción.”
Les pedí que estuvieran atentos a las manifestaciones
pasadas del autor. Si leen cuidadosamente lo escrito con referencia al crimen
cometido, comprobarán que es una cínica versión satírica. Disminuye la cantidad
de niños asesinados por culpa de sus padres y no es el gobierno el criminal,
quién premeditadamente ubicó a los remolcadores Polargos a la salida del Morro
en espera de la vieja nave. Ruego que
lean bien esas páginas y sean ustedes quienes hagan el juicio final, no puedo
extenderme porque escribiría otro libro y esto es solo un comentario.
El caso más
curioso presentado en este informe mal redactado contra él mismo, Eliseo nos
regala varias cartas, entre ellas me llama la atención la de un amigo que se
lamenta no haber podido estudiar filosofía porque solo le faltaron unas décimas
para clasificar, solo logró convertirse en médico. Su amigo, el último Almiquí
cazado en la ciudad de La Habana, lo expreso para darle un sentido más criollo
en ausencia de Mohicanos, se nos presenta a principios como el comunista o
revolucionario de ideas puras en esta etapa del proceso, donde las penurias y
el destino sobre el camino recorrido o el que queda por recorrer, abrió los
ojos al más estúpido de los cubanos. Sin embargo y a pesar de sus primeras
trovas baratas donde el autor (porque entiéndase bien, no me trago lo de la
carta) pretende hacernos comprender que Cuba no es posible sin Castro y que
este asesino es el símbolo de la unidad nacional. Luego, cae en las mismísimas
contradicciones del autor. No pierde oportunidad para decirnos que adoptará a
una niña que sus padres balseros abandonaron dentro de un escaparate (y
sobrevivió durante tres días sin asfixiarse ni deshidratarse) Pero muy buena
oportunidad para decir que todos los que abandonan la isla son unos hijoputas.
Su amigo le dice que termine su libro pero que no lo publique, porque será
blanco de los ataques de la gente de Miami. Eliseo lo publica y se atreve a
publicar también la carta que su amigo autorizó, solo que lo hace con letras y
no con su nombre. El autor desafió valientemente las advertencias de su amigo. ¡Coño,
señores! Me es sumamente difícil tragar todo esto de un solo bocado.
Eliseo nos
llama la atención sobre la necesidad de un diálogo, nos pide tolerancia, nos
habla de la patria con ese sentimiento que supera al de todos nuestros
antepasados, por poco lloro al leerlo, termina hablando de los logros en
materia de educación y salud. No habla sin embargo de todo el historial
fraudulento en ambos campos, nos siembra el temor a regresar al pasado, a la
época de Batista. Nos vende una juventud dinámica y dispuesta a revelarse, no
es la que yo vi antes de partir en el 91, ni la que está llegando. Jóvenes a
los que les trasmitimos todas nuestras cobardías, seres sin sentimientos
patrios y menos aún sin responsabilidades por esta catástrofe que ha vivido el
pueblo cubano.
Le preguntaría a Eliseo, ¿qué ha pasado con todos
aquellos que han manifestado esos sentimientos dentro de la isla? Todos han ido
a prisión, pero el autor se encontraba viajando entre las nubes con los poemas
de su padre, con la larga lista de refranes criollos y fuera de uso, con todas
las consignas usadas en 43 años, averiguando dónde se encontraba cada
intelectual, donde estaban situado todos los monumentos de la capital, mientras
los jóvenes solo se preocupaban por un hueco para meter el palo. O un palo para
meter el hueco.
El Ché Guevara
se equivocó cuando dijo que los intelectuales no habían hecho la revolución, la
guerrilla se nutrió de campesinos analfabetos en su gran mayoría y luego fueron
condenados al olvido. El ejército se convirtió en cuerpo armado técnicamente
después del primer llamado al Servicio Militar Obligatorio, le inyectaron
sangre juvenil y con suficiente nivel de escolaridad para operar radares,
cohetes, aviones, etc. La verdadera revolución es innegable que la realizaron
los artistas e intelectuales, entre brindis, recepciones y galas. Los que no
bailaron al compás de la música puesta por el amo de la isla, fueron sepultados
junto a su arte y los que sobrevivieron fueron al exilio. Otros, los que no
tuvieron la hombría de Reinaldo Arenas, o María Elena Cruz Varela, o Pedro Luis
Ferrer, por mencionar a algunos. Fueron sepultados con su arte en un sarcófago
ruso marca Lada.
El informe de
Eliseo es sencillamente un informe sobre él mismo y para nada debe
interpretarse en contra de su generación, sí, todos somos culpables de lo
ocurrido en Cuba, pero no todos tenemos el mismo grado de responsabilidad. A un
albañil se le puede culpar por colocar mal un ladrillo y eso es reparable. Sin
embargo, el daño causado por muchos escritores, artistas e intelectuales es
mucho mayor, ese daño no respeta fronteras ni tiempo.
Para Esteban.
Las ideas no se recuerdan hasta que no se reduzcan al
escrito. Una vez escritas, aportan nuevas ideas y las nuevas ideas pueden dar soluciones. No todo el mundo
puede escribir una Biblia, pero no todo el mundo es Dios.
Cordialmente..
Laura M. Pruna.
Agradezco de
todo corazón el encuentro con este grupo de admirables amigos unidos por un
dolor común, también sus bellas dedicatorias y el deseo de que un día, un día
cualquiera, podamos compartir nuevamente sin usar seudónimos, yo los comprendo,
el autor de este libro no.
Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá
24-8-2002.
xxxxxxxxxxxxx
No hay comentarios.:
Publicar un comentario