LECHE HASTA LOS SIETE AÑOS
Y nada de cuento, porque a mi hijo se la retiraron el
mismísimo día de su cumpleaños, luego le tocó el turno a mi hija y por esa
macabra festividad han pasado varias generaciones de cubanos. Lo cierto es que,
el gobierno cubano ha sido incapaz de satisfacer no solo esa, sino todas las
necesidades del pueblo. Pero aquí estamos quienes vivimos todas esas penurias
listos a criticarlos, claro, sin buscarle una explicación filosófica a la
situación. Si algo bueno aprendimos fue eso, buscarle una justificación a cada
adversidad y de paso asignarle un culpable de nuestras desgracias, casi siempre
el vecino. Nos olvidamos de las condiciones “objetivas y subjetivas”, del
momento histórico vivido, de las relaciones causa y efecto, de la unidad y
lucha de los contrarios, y bueno, para qué seguir con todas aquellas cositas
que nos enseñaron, si con el estómago vacío no se piensa.
No hay leche, pero no se puede decir que el gobierno
cubano no ha realizado lo imposible por obtenerla. Bueno, debemos comenzar
diciendo que acabó con nuestra ganadería, pero si nos fuéramos a referir a todo
con lo que “acabó” en estos 44 años, no tuviéramos para cuando acabar y ese no
es mi propósito.
¿No trajo al científico francés André Voisin? Aquel
viejito que implantó las cortinas rompevientos y el pastoreo intensivo, ¿ya lo
recuerdan? ¿No trajo toros de Canadá para lograr por la inseminación razas
llamadas F1, F2, F3 y así hasta el F100? Claro que los trajo y costaron una
millonada, pero pobres animales que murieron a paja limpia. ¿No trajo toros de
agua desde Viet Nam? Animalitos que tal vez pastaban tranquilamente en las
riberas del Mekong, infelices que llegaron al lugar equivocado, al país donde
se contaminaron y secaron los ríos por obra y gracia de un solo mago. Va y a lo
mejor los quisieron meter en alguna playa, bueno, ustedes saben cómo son los
innovadores de la isla. Va y por eso se les pelaron los huevos a los toros y no
pudieron hacer los cruces soñados, porque no es por ser unos simples animales,
pero a cualquiera que se le pelen los huevos no tiene deseos de sexo, son
simples suposiciones.
Pero no creo que la culpa sea definitivamente de
ellos, intervienen muchos “factores” en la producción de un litro de leche.
Puede haber sido por culpa de los vaqueros, digo, me imagino, porque con aquel
lío de que llenaron la isla de tractores se perdieron los caballos y es
imposible arriar al ganado montado en un tractor. Puede que se agrave la
situación por la carencia de perros que ayudaran en esa faena. Era lógico, ¿a
quién se le ocurriría tener perros con lo escasa que estaba la comida? Solo a
un cubano.
Falta la leche, pero nosotros no analizamos nada de
las condiciones objetivas y subjetivas como nos enseñara el mismo régimen, no
pensamos tampoco en la incidencia del “factor humano” en este grave problema.
El vaquero, ese es un hombre como cualquiera de nosotros, con las mismas
necesidades o peores aún por vivir en el campo. ¿Creen que se va a levantar a
las cuatro de la mañana con un buchito de café a ordeñar vacas para que tu hijo
la tome en el desayuno? Sí, se levantará, pero llegará encabronado a la
vaquería y la agarrará por desquitarse con las infelices vacas, o no ordeñará
ni timbales u ordeñará y luego pondrá la tina al sol para que se corte, o la
pondrá en un cuartito con algo de hielo para que se conserve al menos fresca,
pero bueno, ese puto día se rompió el tractor de la granja y se derritió el
hielo, y se cortó la leche.
El vaquero, ¿creen que sea fácil estar trabajando con
un par de botas de agua bajo el sol que hay en Cuba? Claro que no, entonces el
infeliz agarra tremenda peste a pata, llega a la casa y no hay agua para bañarse,
la mujer no pudo lavar el otro único par de medias que tenía y debe continuar
hasta el otro día con esa peste a pata y a mierda de vaca. En resumen, la mujer
se siente que está buena todavía y se cansa de aquella agonía con el infeliz
vaquero, agarra y le pega los tarros con uno de la ciudad y le deja todos los
fiñes. El vaquero encojonado llega hasta el campo y se desahoga matando una
vaca, fíjense que ya se quedaron varios niños sin leche por culpa de la peste a
pata y a mierda de vaca y la falta de agua. Bueno, repitan esta misma escena en
todas las vaquerías de Cuba para que tengan una idea de lo que ha mermado la
ganadería.
Sin embargo, no podemos decir que el gobierno cubano
no se ocupara del todo en el caso de los vaqueros, por ejemplo, allí donde no
había electricidad y el vaquero debía ordeñar con la ayuda de un mechón,
nuestra revolución puso plantas para procesar la mierda de la vaca y obtener el
famoso “Bio gas”. Gracias a este adelanto tecnológico muchas vaquerías
obtuvieron alumbrado, claro, pero no escapaban de las situaciones antes
narradas, sobre todas ellas las de los tarros tan temidos entre cubanos.
Después comenzaron a aparecer inconvenientes al
sistema, como ya saben, la materia prima para obtener el gas era la mierda de
la vaca, si no había mierda, no se obtendría gas, y sin gas no se podía
alumbrar la vaquería, en resumen, todo se iba a la mierda. Así mismo fue,
porque como muchos ríos se secaron, se talaron muchos árboles, reinó la sequía,
las vacas no tenían para comer, y el que no come no caga. Se jodió la leche de
nuevo.
Pero bueno, yo solo deseaba llegar hasta este punto,
me refiero al de la mierda. Creo que si la Unión Soviética y todo el Campo
Socialista, no hubieran cometido el error de brindarle todo tipo de ayuda a
Castro, y me refiero a equipos, plata, petróleo, alimentos y el cojón bendito,
pues sencillamente la revolución se hubiera salvado. ¿Cómo? Muy sencillo, si en
lugar de todo aquello que mencioné, les hubieran enviado barcos cargados de
mierda, pues Fidel hubiera puesto todas las fuerzas productivas e inteligencia
del país en función de la investigación y desarrollo a partir de la mierda.
Bueno, si las cosas no llegaran al extremo que él las condujo, tal vez no
hubiera sido necesario importar mierda rusa, pero se repite la misma historia
de las vacas, al no existir suficientes alimentos para el pueblo, éste tampoco
caga. Porque no duden ustedes del poder persuasivo y de movilización del
gobierno, y del apoyo que le hubiera brindado todos los cubanos en una tarea tan
noble.
Pero, suponiendo que la alimentación estuviera buena
y que cada comité trabajara en la colección de la mierda de la población, surge
otra interrogante, ¿Dónde carajo se envasaría esa mierda por parte de la
población? Como ven, resulta imposible y aunque los cubanos han construido una
revolución más grande que ellos mismos, sencillamente no tienen papel ni para
limpiarse el culo y menos aún alimentos para poder garantizar una cagada
diaria.
En este aspecto continuamos dependiendo del
extranjero, o sea, la mierda debe ser importada y ante la ausencia del Campo
Socialista, si de verdad desean salvar a la revolución, los Pastores por la Paz
deben realizar una gran campaña para recolectar toda la mierda de EU y Canadá,
solo de esos países donde la calidad debe ser superior.
Si esa mierda hubiera sido enviada por los rusos,
nuestra ganadería estuviera a salvo y la población viera satisfechas sus
demandas de carne y leche. Nuestros ríos nunca se hubieran secado, nuestros
mares contaminados, nuestras ciudades limpias y relucientes. El servicio de
agua funcionaría normalmente, las calles no estuvieran destruidas, no se
comería tanta mierda en asuntos de guerras y el loco tampoco construiría tantos
pedraplenes. La gente no hubiera emigrado a otros países desesperados y vivir
en la isla hubiera sido una felicidad.
Con un poco de mierda el científico de Castro hubiera
estado muy entretenido, sus discursos serían más cortos y limitados a un solo
punto, “hablar mierda”. El poder Popular se tendría que reunir una sola vez
cada 20 años para analizar los logros de “la mierda”. Hasta nuestra cultura se
hubiera visto influenciada, Alicia bailaría el “Lago de la mierda” y a Silvio
se le hubiera perdido un tibol en lugar del Unicornio.
Es una pena porque aún anda ese viejo de porquería
con el lío de las marchas y la guerra.
¡Ah! El problema de la leche se puede resolver
inscribiendo a los recién nacidos con siete años.
FIN
Esteban Casañas Lostal.
Montreal.. Canadá
2003-06-11
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