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sábado, 31 de julio de 2021

UN SECRETO BIEN GUARDADO

 

UN SECRETO BIEN GUARDADO

 


Debo confesar que escuchar y leer la noticia sobre esa masacre, perpetrada en Luanda contra una parte de su pueblo el 27 de Mayo de 1977, no solo me sorprendió, me invadió un inmenso sentimiento de culpa y arrepentimiento por un crimen que no cometí. Es muy probable que en momento alguno yo haya coincidido con alguien de los que ejecutaron esa criminal y bochornosa acción. Nuestro buque, mejor dicho, el buque de ellos, los angolanos, era visitado frecuentemente por militares cubanos radicados en aquel país.

Me ha sorprendido esta noticia, porque yo arribé a Luanda en el mes de Julio de 1977 y no escuché nada sobre esta masacre, crimen por el que hoy, su presidente pide perdón a su pueblo. Un perdón encadenado a la participación cubana y de la que solo se ha obtenido silencio.

¡Que raro! Permanecí trabajando un año y medio a bordo del buque insignia angolano, y créanme, no me llegó un solo soplido de aquel sangriento acontecimiento. O somos demasiado buenos en la práctica de ese secretismo que, ha flotado como una nube sobre nuestras mentes. O nos hemos convertido en demasiado cobardes y esa nube es solo el reflejo de todos nuestros miedos.

¿Han sido necesarios el transcurso de cuarenta y cuatro años para que se rompiera esa blindada burbuja? ¿Ha sido necesario el consumo de este prolongado silencio para llegar a enterarnos de esta manera? Tiene que resultar increíble, tanto, que sus protagonistas aun permanecen con la boca cerrada y siento asco, verdadera vergüenza por esa fracción de los nuestros, porque, aunque nos aferremos a negarlos o rechazarlos, son cubanos como nosotros.

Me viene a la mente un trabajo que publiqué el 2 de Septiembre del 1999 titulado “La Misión de los Condenados”.

https://estebancl1949.blogspot.com/2017/06/la-mision-de-los-condenados.html

En ese trabajo denuncio la solicitud que nos hiciera el gobierno cubano; “Encerrar a los 1200 soldados que transportamos para la guerra de Angola en las bodegas y hundir la nave si era detectada por fuerzas navales enemigas”. Han transcurrido veintidós años de esa denuncia y no ha aparecido un solo marino que confirme lo mismo que yo escuché. Tal parece que yo viajaba solo en aquel buque y que esa orden no fuera recibida por todo el convoy que participó en ese transporte de tropas durante la guerra en aquel país.

Comprendo entonces la longevidad de este secreto hoy revelado por el presidente de Angola, pero no comprendo ni comprenderé a los míos o tuyos, nuestros por desgracia geográfica o histórica. Siento verdadera vergüenza por la gente de mi generación, muchos de ellos con residencia en diferentes países libres y presos de sus miedos o cobardía. Gente que no solo ha preferido guardar silencio ante los acontecimientos ocurridos recientemente en Cuba, mucho peor, han elegido continuar su labor de cómplices.

Gracias a Dios, una parte de la generación de mis hijos se desmarca de la vida moralmente miserable de sus padres. Gracias a Dios, una gran parte de la generación de mis nietos ha salido a la calle y borra para siempre ese pánico sentido por sus padres y abuelos por reclamar sus derechos.

Es una verdadera vergüenza ver a hombres que desafiaron huracanes y galernas en el mar, se encojan miserablemente detrás de sus temores y hayan olvidado que nacieron varones. No se cuánta palabra soez me invaden para referirme a ustedes y, si existirá una frase de alto contenido peyorativo para describirlos que supere a la de cobardes.

No sé si podrán vivir en paz con ustedes mismos el tiempo que les resta de vida, convencido estoy que sus descendientes les abrirán las puertas del infierno para que purguen o paguen por todas sus miserias.

 

 

Esteban Casañas Lostal.

Montreal..Canadá

2021-07-31

 

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Presidente de Angola pide perdón por masacre en la que participaron tropas cubanas.


Se estima que durante la masacre de 1977 miles de ciudadanos, incluidos muchos jóvenes intelectuales y activistas, fueron encarcelados, torturados y asesinados

CUBANET  SÁBADO, 29 DE MAYO, 2021 12:57 PM en NOTICIAS


MIAMI, Estados Unidos. ─ El presidente de la República de Angola, João Lourenço, pidió disculpas públicas en nombre del Estado de ese país por la masacre de mayo de 1977, en la que murieron decenas de miles de personas y que contó con la participación de fuerzas cubanas.

 Medios de prensa como el diario angoleño Jornal de Angola se hicieron eco de las palabras del gobernante africano, quien admitió que durante el conflicto hubo ejecuciones sumarias y asesinatos de ciudadanos.

 “Nos reunimos con las víctimas de los conflictos y los angoleños en general para pedir humildemente en nombre del Estado angoleño, nuestras disculpas públicas y perdón por el gran mal que fueron las ejecuciones sumarias en ese momento y en esas circunstancias”, declaró Lourenço el pasado martes en un mensaje dirigido a la nación.

 El mandatario lamentó, además, “la angustia que las familias han estado cargando durante estos años por falta de información sobre la suerte corrida por sus seres queridos”.

 En septiembre del pasado año, BBC Mundo sacó a la luz detalles de aquella masacre ordenada por el exgobernante angolano Agostinho Neto, un baño de sangre que tuvo como protagonistas a secciones leales del ejército y a las propias tropas cubanas.

 La matanza se produjo luego de que se desencadenaran numerosas denuncias contra la cúpula gobernante angolana por corrupción y enriquecimiento, ya que sectores populares acusaban a la élite liderada por Neto de priorizar la riqueza personal y el poder sobre el bien del país.

 Aunque las fuerzas de Neto apenas reconocieron 300 víctimas, se estima que miles de ciudadanos, incluidos muchos jóvenes intelectuales y activistas, fueron encarcelados, torturados y asesinados.

 El movimiento global Amnistía Internacional ubica en alrededor de 30 000 las personas que murieron en la purga, mientras que otras fuentes aseguran que los fallecidos llegaron hasta 90 000.

 En su mensaje al país, João Lourenço sostuvo que si bien no es el momento de señalar y buscar culpables, sí “es importante que cada uno asuma sus responsabilidades en su parte”.

 El pasado 27 de mayo se llevó a cabo una ceremonia en el Cementerio de Santa Ana, en Luanda, donde se entregaron los primeros certificados simbólicos de defunción a los familiares de las víctimas de la masacre.


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¿Se disculpará Raúl Castro por la masacre del 77 en Angola?

La pasada semana, el presidente angolano João Lourenço pidió perdón al pueblo de ese país por la matanza perpetrada por el régimen de Agostinho Neto en 1977, que contó con el apoyo irrestricto de las tropas cubanas

ALBERTO MÉNDEZ CASTELLÓ  MARTES, 1 DE JUNIO, 2021



LAS TUNAS, Cuba. ─ En vísperas del 44 aniversario de la masacre ocurrida en Angola el 27 de mayo de 1977, el presidente de ese país, João Lourenço, pidió disculpas al pueblo por la matanza perpetrada por el régimen de Agostinho Neto, que contó con el apoyo irrestricto de las tropas cubanas.

En su alocución, Lourenço señaló que no era el momento de señalar culpables. Sin embargo, dejó claro la importancia de que cada una de las partes responsables de la matanza asumiera sus responsabilidades. 

Aunque en Cuba las declaraciones del gobernante angolano no tuvieron repercusión,  valdría la pena apuntar hechos históricos desconocidos para los cubanos, o que solo han sido abordados desde el relato castrista.

El pasado 27 de mayo se cumplieron 44 años de que partidarios del exministro del Interior Alves Bernardo Baptista ─más conocido como Nito Alves─ enfrentados al gobierno de Agostinho Neto fueran cercados por tanques y tropas mecanizadas cubanas, para luego ser detenidos, torturados y ejecutados extrajudicialmente.

Sobre los hechos, el diario belga Le Soir apuntó: “cuando los estudios de la radio fueron invadidos por el grupo pro Neto, uno podía escuchar claramente, a través de las ondas, el característico acento de Cuba”.

Pero si el redactor de Le Soir hubiera tenido a un cubano al lado conocedor del modo de hablar en las distintas regiones del archipiélago caribeño, hubiera podido ser más preciso, porque lo que se “podía escuchar claramente a través de las ondas” era el característico acento de un cubano de Santiago de Cuba. 

Raúl Castro había designado al entonces coronel Rafael Moracén Limonta jefe de la guardia personal del presidente Neto y de las fuerzas encargadas de su defensa, que incluían tanques y vehículos blindados, con los que cercaron a la Novena Brigada FAPLA y el barrio de Sambizanga, dos de los focos de rebelión.

Nacido en Palma Soriano y criado en Santiago de Cuba, Moracén Limonta, antiguo guerrillero de la Sierra Maestra devenido jefe de unidades de tanques y de operaciones internacionalista, fue apodado “Quita Fusil” por su habilidad desarmando a adversarios personalmente.

Pero, aunque fuera un primer oficial, al hacerse cargo de la seguridad personal del doctor Neto, el coronel Moracén ─tanquista de profesión, un artillero y no un oficial operativo─, si antes no tenía una orden de nivel superior, fundada en información de inteligencia, como mero jefe de la guardia presidencial, no podía tener acantonada permanentemente y bajo sus órdenes una dotación de tanques, transportes blindados y hombres en las afueras de Luanda, listos para entrar en acción.

El coronel, luego general Moracén, lo ha dicho elogiando la capacidad de previsión de su jefe. Mantente a la “viva”, recuerda Moracén que le dijo Raúl Castro en La Habana a principios de 1976, ordenándole que preparara una unidad militar específicamente destinada a la protección de Neto, previendo la sublevación que finalmente sucedió.

Lo que no ha dicho el general Moracén es que sin la participación de las tropas cubanas ─y la suya personalmente─ la masacre del 27 de mayo de 1977 no hubiera podido ocurrir porque Agostinho Neto hubiera estado en igualdad de condiciones que sus conciudadanos y no protegido por militares extranjeros dotados con armas blindadas.

En el caso de Nito Alves, fue ministro del Interior desde que el Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA) tomó el poder el 11 de noviembre de 1975 hasta octubre de 1976, cuando fue destituido por sus críticas al gobierno de Neto, al que acusaba de anticipar intereses de poder y riqueza personal sobre el bienestar del país. Se le acusó de ser prochino y luego prosoviético, las mismas teorías conspirativas difundidas en Cuba.

A Nito Alves y a José Van Dúnem los destituyeron del Comité Central del MPLA el 21 de mayo de 1977. A ambos los seguían otros importantes integrantes del MPLA (intelectuales, estudiantes, militares, policías y la Novena Brigada FAPLA) que, sincronizadamente, a las cuatro de la madrugada de ese día, tomaron la cárcel de São Paolo y la Radio Nacional de Angola.

Como antecedente histórico no debe olvidarse que el inicio de la lucha armada contra el colonialismo portugués en Angola parte, precisamente, de la prisión de São Paolo. El 4 de febrero de 1961, hombres y mujeres armados de palos y machetes atacaron la penitenciaría para liberar a los presos políticos condenados a muerte. Pero, aunque la respuesta del régimen colonial por el ataque a São Paolo también fue la persecución y el asesinato, esos crímenes nunca pueden compararse con la matanza cometida por el régimen de Neto contra su propio pueblo, con la participación unas veces por acción y otras por omisión de las tropas cubanas.

Según cifras del propio régimen de Neto, unas 300 muertes ocurrieron por los sucesos del 27 de mayo de 1977, al que llamaron “intento de golpe de Estado” y no sublevación popular. Sin embargo, Amnistía Internacional considera que los muertos fueron 30 000, mientras otros investigadores elevan esa cifra hasta 90 000 fallecidos. 

Un médico cubano bajo condición de anonimato dijo que él se encontraba en un hospital en Moxico cuando el 28 de mayo llegaron tropas leales a Neto. Los efectivos tomaron a 27 angolanos, los fusilaron a plena luz del día en presencia de cubanos civiles y militares y luego abrieron una zanja donde los sepultaron, empleando tractores. Luego, las tropas cubanas, con tanques, rodearon el predio alrededor de una semana, hasta cerciorarse del total aplastamiento de la rebelión.

A los olvidadizos les recuerdo que los crímenes de lesa humanidad no prescriben. Esos delitos siempre están ahí, como una espada de Damocles sobre los criminales. También recuerdo, con perdón de las víctimas, un aforismo cubano que dice: “Tanto paga quien mata la vaca como quien le sujeta la pata”, y con este refrán quiero decir que son autores y no cómplices los que cooperan en la ejecución de los delitos mediante actos sin los cuales no hubieran podido cometerse los crímenes.

El general Raúl Castro Ruz, en aquella época ministro de las Fuerzas Armadas de Cuba; el general Abelardo Colomé Ibarra, jefe de la misión militar en Angola; el entonces coronel Rafael Moracén Limonta y todos los militares cubanos que, aunque no dispararan, con sus acciones y omisiones sí posibilitaron asesinatos masivos, son autores de un delito de genocidio según normas de Derecho Internacional.

Por la perpetración de esos crímenes de lesa humanidad, a nombre del Estado, el presidente João Lourenço pidió disculpas al pueblo angolano. Ahora, tras 44 años de silencio… ¿Raúl Castro tendrá flexibilidad para en gesto simbólico arrodillarse ante las víctimas de su Ejército?



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