MEMORIAS
DEL DESARROLLO.
Xiomara me escribió los otros días desde Canarias,
muchas veces se pierde dejando esa amarga sensación de vacío. Luego aparece
nuevamente, como si no hubiera pasado nada, ni el tiempo. Yo siempre le perdono
esas ausencias, no es que lo haga, ella siempre logra borrar mi enojo. La muy
pícara se derrite entre palabras tiernas que surten los mismos efectos de un
sedante y te saca del pasodoble que tenías formado en la mente. Ella pertenece
a la generación X, y aunque madura, se da el lujo de mostrar esas trazas de
encantos que logran sobrevivir al despiadado almanaque.
Aún la recuerdo de joven con aquella saya plisada de
color azul y unas rayitas blancas cercanas al dobladillo. Después de la tercera
raya se perdió del barrio, nunca supe si ingresó a la universidad. No tuve con
quién compartir nuevamente el sandwich del almuerzo que compraba en la
cafetería del paradero de La Víbora, ni el vaso de guarapo, ni las miradas
incisivas de sus compañeras de escuela, se perdió.
Apareció muchos años después por la magia que nos
ofrece el Internet, lo hizo como todos esos fantasmas que una vez creímos
muertos y detenidos en las celdas de los relojes. Aquella vieja fantasía fue
rota por una foto que luchaba por borrar, la que conservé tantos años en la
mente, ella ha insistido en rellenar todo el espacio existente entre
fotografías, escribe sin parar y yo leo hasta el cansancio. Casi todo lo que le
digo resulta una novedad y todo lo que me cuenta pertenece a las aguas de un
río cuyas corrientes me trajeron hasta aquí.
No llegó a entrar en la universidad, después de la
tercera rayita su vida se convirtió en un calvario. Sus padres quedaron varados
cuando Camarioca y los transformaron en campesinos de la noche a la mañana. Era
una forma revolucionaria de humillar a las personas, castigarlos en nombre de
la clase obrera, proletarios le decían ya. Sin saber las razones, Xiomara se
convirtió en gusana, pero no una cualquiera, hablo de las más rancias e
intransigentes, la que odia su pasado y arrastra toda esa carga de
frustraciones imposibles de deslastrar. Luego, su lenguaje cambia y se torna
dulce cuando menciona su nueva tierra, otras islas como la nuestra, pero ajena
a la trayectoria de los ciclones. El pico Teide sustituye al Turquino de sus
estudios y Maspalomas a Varadero, aunque su arena no sea tan fina.
Las Palmas debe ser esa Habana caprichosa y su
rompeolas aquel malecón legendario donde cada habanero posara alguna vez sus
nalgas. Palmas diferentes se confunden con repuntes guajiros que se apartan de
lo flamenco y el ambiente te envuelve dentro de la niebla de nuestros
ancestros. Una palabra conserva fresca y la envidio, yo hablo del bus en
nuestros intercambios y ella me dice guagua.
Siempre tan distinguida y locuaz, coherente y medida,
tolerante y adorable, piadosa a la hora de opinar, misericordiosa a la hora de
criticar, distinta. Me sorprendió su último mensaje y lo he leído sepetecientas
veces antes de contestarle, dice así y no he alterado una sola letra de su
contenido:
…Desde ayer estaba pensando y conversando mentalmente
contigo, pues me pasó una de esas cosas que te hacen comprender por qué los
Castro y toda su camarilla siguen ahí…
…Hablaba el domingo 27 con una amiga cubana de aquí,
de Canarias. Ella, su esposo y su hijo son personas maravillosas, trabajadoras,
honestas. Se me ocurre preguntarle por el hijo. Él ha pasado por un momento
personal bastante jodido…
-Está en tal lugar, una fiesta que da el Consulado
Cubano para todos los cubanos. Traen conjuntos musicales cubanos, bebida cubana
y ponen muchísima comida cubana. Me quedé muda.
-¿Pero están celebrando el 26 de Julio? Mi amiga se
quedó medio aturdida cuando me escuchó.
–Pues es verdad, pero mi hijo va todos los años porque
hay muchos cubanos y mucho “ambiente”, total, da igual. Cuando colgué me quedé hablando sola, medio
cabrona, medio desesperada, medio triste.
¿Comprendes, Esteban? ¡Esto es Cuba, Chaguito! Este
chico tiene aquí de todo, se va de discoteca un día sí y otro también, compra
el ron cubano cuando quiere y su madre y su padre cocinan comida criolla todos
los días del año. ¿Qué carajo va a buscar a esa fiesta haciéndole número al
repugnante Cónsul y su fiestecita? ¿Qué coño tienen algunos cubanos en la
cabeza? Y te garantizo que esta gente no es ni agentes infiltrados, ni sienten
ninguna simpatía por Fidel, pero lo triste es que allí había cientos de
cubanos.
Ahí te dejo la anécdota, es triste, pero a veces
pienso que nuestro pueblo tiene lo que se merece. No te preocupes por
responderme, sé que estás liado con el periódico.
Abrazos…
Xiomara
¿Qué le respondo? Ella está esperando por mi
respuesta, yo no estoy sorprendido por esa actitud de aquel muchacho, yo viví
los metros de tiempo que existen entre las dos fotografías.
…Querida Xiomara, hace mucho tiempo que saliste de la
isla y no podrás comprender el comportamiento de nuestra gente. Eso que me
cuentas es muy normal, fíjate que en Suecia se reunieron para celebrar la misma
fecha con la gente de la embajada. Allí tuvieron el honor de aplaudir a la
Cónsul cubana, aplaudirla luego de escucharle el mismo discurso que repiten
desde hace medio siglo. Aplaudir a la misma persona que le tramita el permiso
de entrada a su país, gestión que no necesitan los extranjeros. Trámites por el
que deben pagar con moneda dura, y pagar también los pasajes más caros, y las
llamadas telefónicas a precios exorbitantes para hablar con sus familias. Es
muy normal que deban mantener esas relaciones armoniosas con quienes tienen la
potestad de vetarles la entrada a la isla. ¡Mira, aquí mismo! En Montreal, se
reunieron para festejar la fecha, despedir a los supuestos “Pastores por la
Paz”, la paz de ellos solos, y por si fuera poco, pidieron de paso la libertad
de esos “cinco” terroristas que disfrazan de antiterroristas. Todo un relajo
querida Xiomara, pero no podrás comprender muy bien esta pachanga por el tiempo
que llevas fuera de la isla. ¿No es normal? Necesitas tiempo para
comprenderlos…
Recibe un fuerte abrazo.
Esteban…
Me detuve antes de pinchar el botón de
enviar. ¡Coño!, Xiomara no se merece que yo le responda eso.
…Querida Xiomara.-
¡Coño! Tú me conoces y sabes que yo no soy así, ¿por qué debo mentirte y
exigirte algo más de tolerancia? La primera pregunta que me viene a la mente,
¿cómo escapó esa gente? Si quieres me lo dices o los proteges, ese es tú
problema, pero algo puedo asegurarte, no todos salieron sufriendo las
humillaciones que le aplicaron a tu familia. ¡Claro que es normal compartir con
la gente de tu embajada o consulado! Es muy normal cuando ellos no han sido
autores de tantas desgracias, divisiones familiares, crímenes en contra de la
gente que pretende escapar de ese pintado paraíso, y no hay que ir muy lejos,
existe el ejemplo del hundimiento del remolcador 13 de Marzo donde asesinaron a
varios niños. ¡Carajo! ¿Cómo puedes pretender que te responda de manera diferente?
Son unos pendejos, y ya sabes cuántos epítetos caben en el lenguaje de nuestros
barrios. ¡Es verdad! Tienes mucha razón, tenemos al Castro y todos sus
hijoputas que nos merecemos, ¿por qué? ¡Carajo! No hay que buscar tan lejana la
respuesta y que se vaya a la mierda el síndrome de Estocolmo. ¡Mariconerías!
Así le llamaban en todos los barrios de La Habana, vamos a dejarnos de
boberías. Nadie te pone un puñal en el pecho para asistir a esas festividades.
Comprendo tu indignación y me alegro no haberte enviado mi primera respuesta,
yo sé que no la hubieras aceptado y resultaría repulsiva, asquerosa. ¡A la
mierda con todo y que se ofenda el que le dé la gana! Cuando leí tu mensaje me
vino a la mente aquella escena de la película “Memorias del subdesarrollo”.
Estaba Sergio Corrieri mirando por un telescopio parte de nuestra ciudad y se
detuvo frente a una valla que decía algo así: “Esta gran humanidad ha dicho
basta y ha echado a andar.” Creo que fue un fragmento de un discurso de aquel
asesino argentino conocido como el Che. Luego, Corrieri le agregó algo a ese
pensamiento que hicieron universal. ¡Claro!, lo pensó el personaje que él
encarnaba en la película: “Y esa marcha no se detendrá hasta llegar a las
noventa millas”. Fue una predicción algo madura para sus tiempos, se cumplió. Sin
embargo, esa corriente se comporta como un reflejo condicionado dentro de la
mentalidad de las nuevas generaciones de cubanos. Desgraciadamente ya estabas
fuera de ese panorama y te resulta difícil comprenderlo… Es tan normal.
¿Es normal? No puede serlo querida Xiomara, un alto
porcentaje de esa gente escaparon de la isla teniendo como visa sus órganos
genitales. Pero no creas que son todos los que salieron por esa vía, el resto,
gente a la que castraron de pensamientos, se identifica como emigrante
económico.
¡Pobrecitos! Son lo que son, lo que fueron y serán,
pendejos. ¡Ah! Querida Xiomara, nunca te dejes confundir, son los mismos
sementales exóticos que se venden en La Habana y solo logran pasar inadvertidos
en estas tierras de cazadores o San Fermines. Imagino en el futuro cuando se
filme la película “Memorias del Desarrollo”, es muy seguro que Corrieri haya
vestido el traje de palo, pero su telescopio recorrerá parte de nuestra Habana.
La vista del nuevo protagonista chocará con la misma valla, allí permanecerá el
lema con potestad casi eterna: “Esta gran humanidad ha dicho basta y ha echado
a andar”, leerá el artista de su tiempo. Luego, como el personaje encarnado por
Corrieri, agregará su pensamiento. “Y esa marcha no se detendrá, hasta que no
den el culo por volver a regresar”.
Con mucho cariño a esa gran amiga que tengo en
Canarias.
Esteban Casañas Lostal.
Montreal.. Canadá.
2008-07-30
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